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CATÁLOGO DEFINITIVO SOBRE LOS DIFERENTES TIPOS DE CONDUCTORES QUE PUEBLAN LAS CARRETERAS (2ª parte)


Tras haber conocido mejor algunos tipos de conductores que circulan por nuestras carreteras y las peculiaridades que les caracterizan, ha llegado la hora de seguir profundizando en este peculiar estudio y conocer de mejor mano a esta curiosa fauna que vive tras el volante de sus vehículos. 


EL NIÑATO DEL SCOOTER (Gracias Xavi): Mi compañero de fatigas Xavi Hernández, del cual no os podéis perder su sensacional blog  nos ha dado a conocer a éste tipo de conductor, bastante incordio por cierto. 
Conductor de la típica motillo scooter cascada y sin escape, también aprovechan el verano para lucir sobre sus monturas sus torsos desnudos. Su hábitat preferido son los semáforos, donde les gusta pasar rozando milimetricamente el retrovisor de tu vehículo para posteriormente detenerse delante tuya con el único fin de darle al acelerador y dejarte sordo mientras te gasean de tal manera que ni en los campos de concentración nazis.
Seguramente también es el mismo motorista que aparca en medio de un hueco de 5 metros, privando a los demás de aparcar el coche en ese valiosísimo espacio, cuando a dos metros tiene un parking reservado para motos medio vacío.



EL VIRTUOSO: este tipo de conductor recibe su nombre en honor a los antiguos filósofos griegos, que profetizaban que la virtud del hombre debe encontrarse siempre en el término medio. Pues bien, el Virtuoso extrapola dicha filosofía a la carretera y no abandona el carril del centro en las carreteras de tres carriles o más. Podrá ir excesivamente rápido o excesivamente lento, pero nunca abandonará el centro hasta que el mismísimo Aristóteles salga de su tumba para darle la enhorabuena por ser tan fiel al virtuosismo clásico. Es más, tal es su obsesión por el centro que solamente abandonan dicho carril (de forma bastante brusca e imprudente) cuando ya quedan menos de 100 metros para tomar su salida.

EL BRITÁNICO: se puede considerar como una variante del Virtuoso, pero en este caso, bien por ser zurdos cerrados, británicos o descendientes de éstos, se abonan al carril izquierdo de la vía, tal vez pensando que aunque vayan pisando huevos, los conductores que circulan por el resto de carriles tienen que circular más lentos que él, ya que no se puede adelantar por la derecha.

EL ARNOLD SWARZENNEGGER: esta especie abunda sobre todo en las ciudades. Gracias a su “virilidad” siempre asocian que “cuanto más grande mejor”. Por eso, para manejarse por las estrechas calles urbanas, conducen todoterrenos enormes que suelen completar en su parte delantera con barras defensivas (si fuera legal le añadirían pinchos) y en su parte trasera con una gran bola de remolque. Gracias a este equipamiento de combate, consiguen tener “preferencia” en los cambios de carriles no dudan en aparcar “de oído” en huecos estrechos o incluso si su tanque no cabe, tampoco dudan en añadir algunos centímetros a la plaza de aparcamiento con un “suave” empujoncito a los vehículos ajenos.





EL SEÑOR INTERMITONTO: a éste tipo de conductor se le identifica porque no tiene y ni la más remota idea de para qué sirve “ese palito que hay detrás del volante”. Para ellos usar el intermitente en alguna maniobra son ganas de gastar energía absurdamente; y tienen razón, porque cuesta la propia vida estirar el dedito de la mano para accionarlo. Además, con lo dura que suele estar la caña del intermitente el riesgo de sufrir alguna luxación o esguince en el intento es más que notable, y la salud es lo primero. De todas formas, y a pesar de dichos riesgos, algunos piensan en los demás y hacen el esfuerzo de accionarlo para que “al menos” el piloto naranja de un rápido fogonazo, como si un flas de una cámara de fotos se tratara.


EL DISLÉXICO: según los últimos estudios genéticos, parece ser que descienden de la misma rama evolutiva que el Señor Intermitonto. Sin embargo, a diferencia de éstos, si que suelen usar el intermitente, pero de forma errónea, ya que suelen jugar al “despiste”, accionando el piloto izquierdo para ir a la derecha y viceversa. Cuidadito con ellos, y no te fíes si ya han ejecutado su maniobra, porque suelen dejarse el piloto encendido y nunca sabes cuando pueden volver a las andadas.


EL TIPO CON DIARREA: este tipo de conductor es una especie diferente al resto debido a que no se asocia a un perfil único. Todos, en alguna ocasión podemos convertirnos en uno de ellos. Y es que la naturaleza nos puede llamar en cualquier momento; y si ese momento te pilla conduciendo no dudamos en pisar el acelerador a fondo e ir como alma que lleva el diablo con la única obsesión de llegar al humilde hogar y plantar nuestro apretado trasero sobre el frío mármol de la taza del W.C . Así que si ves a alguien a velocidad peligrosamente excesiva, cambiando constantemente de carril y cuyo vehículo no cumpla con los clichés del típico cani o chulo (véase catálogo nº 1), por favor, facilítale el paso al igual que harías con una ambulancia. Porque nadie está libre de sufrir un inoportuno apretón.




EL REY DEL ASFALTO: existe la sospecha de que éste tipo de conductor tuvo que pertenecer en alguna vida pasada a la clase noble o incluso a la realeza. Heredando esos aires de grandeza de dicha época, suelen creer que están escoltados por alguna especie de patrulla invisible y suelen circular justo en el medio de una calzada con dos carriles por sentido, por lo que adelantarlos es tarea imposible.

EL SUFRIDOR:  éste tipo de conductor es de los que más compasión levantan entre todos nosotros. Suelen ser maridos o esposas sufridores de tener que aguantar a su respectivo cónyuge, normalmente sin carnet de conducir o sin conocimientos sobre normas de circulación, como copiloto. Y es que éste, cuando se sienta en el coche parece que adquiere algún tipo de poder especial y se transforma en todo un clon de profesor de autoescuela, por lo que cuando el conductor emprende la marcha comienza a sufrir una descarga incesante de gritos y voces como: - ¡Ten cuidado!, ¡No gires por ahí!. ¡Atento a la carretera!. ¡No corras tanto!. ¡Vas muy lento!, etc.

MISTER FRENILLO: Si te topas con un conductor de ésta especie por la carretera andate bien con ojo y multiplica por cien la distancia de seguridad ya que son muy dados a pisar el pedal del freno sin venir a cuento, y lo peor no es eso, lo peor es que cuando si existe algún motivo para frenar (una curva, un obstáculo, reducción del límite de velocidad, etc) lo hacen con tanta violencia que ni un Fórmula 1 podría igualarlo.



EL LINDO CHUCHO: de los conductores que mayor impresiona a simple vista debido a la ilusión óptica que genera. Son identificables porque verás una cabeza de perro asomando por la ventana del conductor, pero no te asustes, no es que el lindo chucho se haya sacado el carnet de conducir, detrás de ellos suele esconderse un conductor de la especie ¿Homo Sapiens?”



EL NARIZOTAS: imagínate que un coche visto de perfil fuera una cara. Bien, evidentemente, su capó o morro sería su nariz. Pues éstos conductores tienen la puñetera manía de asomar siempre la narizota de sus vehículos en un cruce antes de mirar si viene alguien, conllevando el susto a aquellos que circulan en el carril con preferencia. A estos señores les digo que hay que ver antes que oler.

EL APURACURVAS: Especie 100 % urbana donde las haya, hay que tener mucho cuidado con éstos seres porque abundan más de lo que crees. Y es que, como si de un piloto de carreras se tratara, no dudan en tomar las curvas de las numerosas intersecciones, rotondas y cruces de la ciudad a una velocidad endiablada y con una trayectoria desde el interior al exterior que ni el mismo Fernando Alonso mejoraría. Evidentemente el peligro de ésta acción reside sobre todo en los cruces con Stop o Ceda el Paso, ya que si proceden de una vía donde tienen preferencia, invaden por un momento el carril contrario de la vía a la que acceden. Así que si te topas con un cruce y no tienes preferencia, reduce la velocidad con antelación, ya que es posible que cerca del cruce puedas encontrarte con un coche de frente.

EL CONDE DRÁCULA: Aunque no te lo creas, los vampiros existen. Afortunadamente no van por ahí chupando sangre, ni sembrando el terror por todas partes, ni tampoco pueden transformarse en murciélago. Por eso, están obligados a conducir un coche como el resto de los mortales, y como no se reflejan en los espejos, cuando conducen suelen tener los retrovisores totalmente plegados. Esto es una temeridad, pero claro, como ellos son inmortales si tienen un accidente de aúpa por no usarlos a ellos les da igual.



EL DEJÁ VU: este tipo de conductor suele ser un chico que, orgulloso de su reciente adquisición sobre ruedas, no tiene mejor cosa que hacer que dar paseitos por el pueblo con la música a todo volumen y acelerando al máximo con el fin de que todo el mundo pueda contemplar semejante maravilla. Así que en más o menos 5 minutos suele pasar tres o cuatro veces por el sitio en donde te encuentras y sufres el fenómeno conocido como Dejá vu; ¿yo no había vivido ésto antes?

EL BATMAN:  No se sabe a ciencia cierta si es pariente del mencionado Conde Drácula, pero si sabemos que comparte con él su gusto por lo oscuro. Tanto, que a éste tipo de conductor le encanta conducir de noche con las luces completamente apagadas; aunque ello implique ver menos que un topo con miopía. Y encima, para más inri, suelen conducir coches de color negro, azul o gris oscuro, por lo que percatarse de su presencia es tarea de titanes.




EL FANTASMA: Y concluyo con la figura más terrorífica  y desconcertante de nuestras carreteras .Y es que impacta mucho mirar por el espejo retrovisor del habitáculo, no ver que detrás tuya la carretera está absolutamente despejada, y cuando al segundo vuelves a ver por el espejo comprobar que hay un coche pegado literalmente a tu trasero. ¿De dónde ha salido? ¿Cuánto tiempo estará ahí?... Hay cosas que es mejor no averiguar....

Ver la 1ª parte

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