Si existe una marca que siempre se haya caracterizado por su atrevimiento y visión futurista a la hora de intentar sorprendernos con el lanzamiento de un vehículo esa marca ha sido, sin dudarlo, Citroën. Modelos como el DS, el GS, o el CX, son algunos de sus ejemplos más característicos. Sin embargo, hubo un modelo que, aunque no ha tenido tanta repercusión histórica como los anteriormente mencionados, fue un modelo que marcó un punto de inflexión dentro de la historia de la marca de los chevrones. Me refiero al nacimiento del grupo "PSA Peugeot-Citroën," que tuvo lugar en el año 1976, cuando "Peugeot SA" por medio de un proceso de absorción lleva a cabo una integración con "Citroën SA"