Campañas publicitarias, radares a cascoporro que rozan la inteligencia artificial, cámaras al estilo Gran Hermano, controles por parte de la Guardia Civl.... Numerosas son las herramientas que la DGT implanta para tratar de evitar que se produzcan accidentes en las carreteras, pero por mucho que se quiera "evitar" la mejor solución siempre pasa por la "prevención". Y una de las mejores, sencillas, y baratas herramientas para hacer de la conducción algo más placentero y seguro es la empatía.
Me dirijo hacía la estantería de mi casa, toda repleta de libros, y me pongo a buscar ansiosamente el diccionario de la Real Academia de la lengua cuando recuerdo que no tengo ninguno. Menos mal que esa tecnología, con la que tan mal me llevo, acude en mi ayuda. Pongo en Google el término “empatía” y me salen millones de resultados, así que tomo el camino fácil y abro la página de la Wikipedia, que dice lo siguiente:
Capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.
Vale, pienso. A grandes rasgos, saber ponerse en la piel del otro. Y entonces me pregunto: ¿Por qué tenemos tan poca empatía cuando nos ponemos tras el volante? ¿Si fuéramos conductores empáticos tendríamos menos accidentes?
SOLAMENTE EL 20% DE LOS CONDUCTORES ES EMPÁTICO
Me pongo a investigar un poco y resulta que doy con un estudio que presentó Audi en las 11ª Jornadas de Reflexión de Attitudes. Lo que más me llamó la atención de este estudio fueron sus resultados: el
54% de los conductores son empáticos en otras situaciones de sus vidas
cotidianas, sin embargo cuando se montan en sus vehículos, dicho
porcentaje se reduce a un preocupante 22%.
En otras palabras; la mitad de la población es empática, y más de la mitad de éstos pierden dicha empatía cuando suben a sus respectivos coches.Me quedé helado… ¿Cómo es posible dicha transformación? ¿Es que los coches tienen algún tipo de dispositivo anti empatía en su interior? Pues más o menos parece que sí, porque cuando entramos en nuestro vehículo accedemos a un recinto totalmente cerrado que parece aislarnos del universo que nos rodea.
Como si de un escudo de fuerza se tratase, dentro de este recinto nos sentimos seguros y protegidos. Ya no somos animales sociales que necesitemos de la colaboración de nuestros semejantes para poder afrontar diferentes situaciones. Nos las apañamos bien solos y los demás son nuestros enemigos. Desaparece ese vínculo de unión con los demás y se pierde así la condición más básica que fomenta la empatía; se pierde así la condición de persona.
ASÍ INFLUYE LA EMPATÍA EN LA SEGURIDAD VIAL
De acuerdo, ya no tengo dudas sobre mi primera cuestión; perdemos la
empatía cuando nos ponemos al volante. Vuelvo entonces a mi segunda
duda. ¿Están relacionados la empatía al volante con la seguridad vial?
Retomo los datos del estudio de Attitudes y hayo el perfil idóneo del
conductor empático, basado en 2.000 encuestas realizadas a conductores.
Éste se identifica con una persona, hombre o mujer, de 30 a 59 años, con estudios superiores (esto me ha llamado poderosamente la atención), y que hace un uso racional del vehículo.
Tras leer estos datos, termino por decirme siempre lo mismo: “las
encuestas nunca son fiables”. Así que tampoco saco nada en concreto y
llego a la conclusión de que demostrar con números y datos empíricos si la empatía es sinónimo de tener menos accidentes es una utopía.
Necesito abarcar el tema desde otro punto de vista. Por suerte, doy
con unas afirmaciones realizadas por el director de dicho estudio, David Fernández, Catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, el cual, resalta lo siguiente:
Para ser un buen conductor, además de experiencia, habilidad, atención y conocimiento de las normas, también es necesaria la empatía que, aunque esté ligada al nivel de formación, no se aprende ni se puede imponer. Se contagia de conductor a conductor con el ejemplo. Y es conveniente dar notoriedad y reconocimiento a los buenos conductores y las buenas conductas para reforzar ese efecto contagio.
Traduciendo, que la empatía es una virtud que, al igual que
la velocidad, la fuerza o los reflejos, puede ser mejorada con
entrenamiento constante, hasta convertirse en una respuesta
automática. Y es entonces, me vienen a la mente un sinfín de situaciones
habituales de tráfico que, seguramente, no hubieran acabado tan mal si
no llega a ser por culpa de la mala cabeza de los conductores.
Termino así convencido de que si todos fuéramos más empáticos a la
hora de conducir, seguramente el número de accidentes de tráfico se
reduciría notablemente. Lástima que esta sea una labor que tengamos que
realizar entre todos, y lamentablemente nunca somos conscientes del poco poder que tenemos individualmente y del enorme poder que tenemos como colectividad.
Tal vez, lo mejor sea invitar a
todos a que seamos más empáticos cuando estamos al volante. Yo, para
entrenar mi empatía ya he pegado un papelito con dicha palabra en el
salpicadero de mi coche, con la vaga esperanza de ir contagiando mi
“enfermedad” a otros conductores y pensando que seguramente el sistema
tendría más eficacia si dicha palabra estuviera escrita con letras
enormes en la carrocería de todos los coches, o bien, con simpáticas
señales de tráfico que nos recuerden que la carretera puede ser un lugar más placentero si todos ponemos de nuestra parte.
Así que ya solamente me queda desearos a todos una feliz conducción empática.
Otra manera de verlo es aquella que dice; no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
ResponderEliminarPor desgracia vivimos en un entorno muy acelerado, con horarios laborales muy poco flexibles, horarios rígidos, una búsqueda empresarial de la productividad por encima d ela seguridad, poca conciliación laboral y familiar, todos estos factores no son excusa pero seguro que influyen en el stress al volante, en las conductas irrespetuosas incluso en la siniestralidad.
Excelente articulo, no son muchas las páginas de motor que se hagan estas reflexiones, ojala fueran más.
Un saludo!
¡Muchas gracias Xavi! Es otro artículo antiguo rescatado del baúl de Freno Motor. A pesar de eso, esperemos que sirva para concienciar un poco más a la gente.
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