Admitámoslo. ¿Quién de nosotros no le ha dado un golpecito con nuestro vehículo a otro de forma accidental y hemos salido cagando leches aprovechando la ausencia de su dueño? ¿O quién de nosotros no se ha encontrado algún bonito arañazo intencionado en la chapa de su coche? ¿O quién de nosotros al abrir una puerta del coche tiene cuidado de no darle al vehículo estacionado justo al lado? ¿O quién no ha dejado el coche en un parking estacionado de tal forma que ocupe dos plazas?
Todos estos “detallitos” que mostramos hacía el prójimo puede definirse perfectamente con tres palabras: “FALTA DE URBANIDAD”. ¿Urbani qué? URBANIDAD. Pero ¿que demonios es la urbanidad? Supongo que será eso que impartían en los colegios en la extinguida asignatura “Educación para la Ciudadanía”. ¡¡¡ Ufff !!!, cada vez que analizo su nombre se me ponen los pelos de punta. Educación para la ciudadanía... Eso que significa, ¿que en el colegio nos enseñan a ser ciudadanos?. Caray, estaré desfasado, pero en mis tiempos eso me lo enseñaban mis padres. ¡¡ Eyyy !!, un momento... a ver si va a resultar que la URBANIDAD y la EDUCACIÓN van a estar relacionadas.
Kant decía que el hombre sólo puede llegar a ser hombre a través de la educación. Es decir, que somos el resultado de la educación que hemos recibido. Comenzamos obedeciendo, respetando e imitando a nuestros padres. Vamos, que comenzamos con el “eso no se hace” (lo que sería urbanidad) para comprender cuando crecemos que “eso no debe hacerse” (lo que sería ética o moralidad). Entonces, la urbanidad sería como una especie de ética del comportamiento o código para la vida social.
Creo que me va quedando ya algo claro. Uno acaba siempre pareciéndose a lo que imita, y si desde pequeños nos enseñan lo que es la urbanidad seremos capaces de tener valores morales. Pienso que todos los padres deberían saber ésto, pero claro, si a uno no le enseñan estas cosas, ¿cómo se las va a enseñar a su respectivo hijo?.
Pero no nos alarmemos, no hay que preocuparse. Mientras a nuestros hijos no les falte de nada; juguetes al principio, la consola después, el móvil, internet, ropa para ir a la última moda y demás, habremos hecho más que suficiente. Ya se encargarán en los colegios de enseñarle esas “otras cosas” que le ayuden a ser mejor persona. O... ¿tal vez no?. Pues sí, va a ser que voy a tener que preocuparme.
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