El cuerpo humano es una máquina compleja, con multitud de órganos que funcionana en armonía, pero las enfermedades, las lesiones y el paso del tiempo pueden afectar a su normal funcionamiento. Nuestro coche es igual, una máquina que también tiene órganos y sistemas que pueden verse mermados por diversos factores. Y al igual que nuestro cuerpo nos habla a través de unos síntomas, nuestro coche también lo hace.
Dicen que ojos que no ven, corazón que no siente, pero lo cierto es que por mucho que tratemos de no mirar, siempre hay hechos que hay que aceptar y afrontar. Uno de ellos es el tener que reparar una avería sufrida por nuestro coche. No sé tú, pero a mí es algo que me aterroriza, tanto, que sólo hay una frase que me da más pánico que el "tenemos que hablar" de mi mujer, y es el "no me gusta para nada ese ruido" de mi mecánico.
Y es que no hay nada más perjudicial para nuestra salud que el ir tranquilamente conduciendo y escuhar un ruido extraño proveniente de nuestro motor, o sentir que alguno de los elementos de nuestro coche no funciona como debería. Pues bien, para tratar de ayudarte a identificar mejor esos síntomas que nos indican que algo no va bien en nuestro vehículo, voy a hablarte de las averías más típicas que puede sufrir tu coche, cómo puedes identificarlas, y cómo es su reparación.
La correa de distribución es uno de los elementos de nuestro motor que constantemente está sufriendo desgaste, y que haciendo caso a las recomendaciones de uso (ya sea por kilometraje o por tiempo) del fabricante, nos evitará tener que abonar una cuantía bastante alta en el taller.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que algunos coches llevan una cadena de distribución en lugar de la habitual correa dentada. Seguramente habrás escuchado po leyendas urbanas y alguna que otra conversación de cuñado que esta correa es indestructible, pero no es así, y también conviene estar atento a su sustitución. Lo que sí es verdad es que son más fiables y tienen una vida más larga que las correas.
¿CADA CUÁNTO TIEMPO HAY QUE CAMBIARLA?
Eso depende mucho de las recomendaciones del fabricante. Así, tendremos correas que se aconsejan cambiar cada 60.000 kilómetros, y otras, sobre todo en los vehículos más modernos, que pueden llegar a tener una vida de hasta 240.000 kilómetros. Ahora bien, si tardaremos mucho en hacer esa cantidad límite recomendada, también hay que tener en cuenta el factor del tiempo, que suele ser aproximadamente unos 5 años.
Tampoco hay que olvidar que estos límites de referencia deben ser acortados en el caso de que circulemos bastante por entornos urbanos, ya que aunque estemos detenidos por culpa de un semáforo o atasco, la correa seguirá funcionando.
SÍNTOMAS DE SU DESGASTE
Existen algunos síntomas que nos podrían ayudar a identificar una correa de distribución desgastada, por ello deberemos de prestar especial atención al cambio de este elemento si:
- El humo expulsado por el escape es excesivo.
- El coche acumula un alto kilometraje y arranca con dificultad.
- El motor vibra y el vehículo tiembla durante la conducción.
- La correa presenta desgaste: grietas, cuarteamiento, sequedad en la goma, falta de tensión o dientes de la correa no uniformes.
¿CUÁNTO CUESTA SU SUSTITUCIÓN?
Lo cierto es que la diferencia entre cambiar la correa a tiempo y reemplazarla por otra tras una rotura es más que notable. En el primer caso los precios puden oscilar entre 50 y los 200€, a los que habría que añadir la mano de obra.
Sin embargo, la cosa se pone bastante preocupante si hemos roto la correa, y en estos casos siempre es bueno rezar a todos los santos que conozcas, ya que si la correa ha interferido en el movimiento de las válvulas con los pistones puede ascender incluso a los 6000 €. Vamos, que todo depende del tipo de motor y del nivel de daños que la correa le haya ocasionado. De todas formas, la media de estas averías suele estar entre los 1500 y los 2000 €, Como para no ser precavido...
EL EMBRAGUE
Jamás se me olvidará la frase que me dijo mi profesor de autoescuela para que, novatos como yo, perdiéramos la manía de estar casi constantemente con el pie pisado en el embrague, acelerando así su desgaste. Decía así:
"Recuerda que cada vez que pisas el embrague, es como si estuvieras ahogando el motor"
Y lo cierto es que no le faltaba razón. No debemos olvidar que muchos de los malos hábitos que tenemos con el embrague como el apoyar el pié sobre él cuando no lo estemos usando, no pisar el pedal hasta abajo a la hora de engranar una marcha, o dejarlo pisado en un semáforo, pueden acelerar su proceso de desgaste.
¿CADA CUÁNTO TIEMPO HAY QUE CAMBIAR EL EMBRAGUE?
Lo cierto es que establecer una vida útil concreta al sistema de embrague es complicado, ya que influyen elementos como estos malos hábitos que he comentado, o si se circula mucho por ciudad. Pero intentando hacer una media de uso mixto carretera y ciudad, con un uso adecuado (sin vicios) podríamos hablar de una durabilidad de unos 150.000 kilómetros.
Al igual que ocurre con la correa, podemos intuir que el embrague de nuestro coche está al borde del desgaste prestando atención a los siguientes síntomas:
- Olor a quemado: aparece cuando el embrague ya patina demasiado.
- Ruidos al pisar lentamente el pedal o chirridos al mantenerlo pisado
- Ruidos de rozamiento cuando embragamos (es decir, cuando soltamos el pedal)
- Tacto duro del pedal
De todas formas, para asegurarnos de que el embrague no está gastado existe la prueba de engranar una marcha larga con el coche parado (tercera o cuarta, por ejemplo) e ir soltando embrague poco a poco. Si el coche no se cala o tarda en hacerlo, es un síntoma de desgaste.
¿CUÁNTO CUESTA SU SUSTITUCIÓN?
Hay que tener en cuenta que cuando cambiamos un embrague hay que sustituir todo el conjunto, además de que se recomienda también cambiar el volante bimasa. Así, estamos hablando de cifras que pueden rondar los 500 € (mano de obra incluida) o el doble en el caso de que también sustituyamos el volante bimasa.
LA VÁLVULA EGR
Debido a la necesidad de promover políticas anticontaminantes y medidas
que ayudasen a proteger el medio ambiente, desde los años 90 se decidió instalar en los vehículos un sistema de
recirculación de gases de escape, al que conocemos como válvula EGR. La válvula EGR (se denomina así por las siglas en inglés de Recirculación de Gases de Escape: Exhaust Gas Recirculation) es un dispositivo cuyo objetivo es que parte de los gases de escape surgidos por la combustión del motor vuelvan de nuevo al circuito de admisión. Éstos, mezclados con el aire fresco, vuelven a intervenir en el proceso de combustión. De esta forma, se reducen las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera gracias a este reciclaje parcial de los mismos.
Como es fácil de imaginar, parte de esta suciedad se acumula dentro de la válvula, de modo que si no es expulsada se irá incrementando, lo que provocará que la válvula se mantenga totalmente abierta o cerrada, ya sea porque la sucedad acumulada bloquee la válvula, o la selle.
¿CÓMO PREVENIR LA ACUMULACIÓN DE SUCIEDAD?
La forma más eficaz que evitar que esta suciedad se acumule dentro de la válvula EGR es, literalmente, quemar dicha suciedad. Para ello, lo conveniente es circular con un régimen de revoluciones altas cuando vayamos en velocidades cortas, de esta forma expulsaremos la carbonilla acumulada.
SÍNTOMAS DE OBSTRUCCIÓN
El modo más simple de saber si la válvula EGR se ha obstruído es cuando se ilumina un testigo en el salpicadero
(solo en EGR eléctricas). Normalmente las EGR no tienen su propio
testigo para indicar un fallo, por lo que suele encenderse el fallo
motor, fallo inyección o incluso avería en los calentadores. El manual
del vehículo suele indicar los usos del testigo.
Otro síntoma bastante habitual de una EGR sucia son tirones en el funcionamiento del motor, pérdidas de potencia, problemas de arranque, exceso de consumo o humos negros.
¿Y QUÉ HACEMOS SI SE HA OBSTRUÍDO?
Si finalmente la válvula EGR ha llegado a obstruirse hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales.
- Si se trata de una válvula EGR mecánica o eléctrónica: en el caso de ser electrónica lo más probable es que no tengamos más opción que sustituirla por una nueva, debido a su mayor complejidad de componentes
- Nivel de acumulación de la suciedad: en el caso de que no sea muy grande, a veces con una limpieza es más que suficiente, siempre y cuando la válvula no haya sufrido una rotura, claro está. Si somos manitas y tenemos tanto los conocimientos como las herramientas adecuadas, podemos atrevernos incluso a hacerlo nosotros mismos, ahorrándonos con ello un dinerillo.
EL ESP
El ESP (Electronic Stability Programme) o Control de Estabilidad, es un sistema de seguridad activa que evita que en gran medida perdamos el control de nuestro vehículo ante una situación o maniobra de emergencia, y que desde 2014 es de obligatorio equipamiento en todos los turismos nuevos que se comercializan en Europa.
A diferencia de los otros mecanismos que hemos visto, el ESP es un sistema 100% electrónico, lo cual no le libra de sufrir averías o anomalías. Lo "bueno" es que en estos casos no nos veremos tirado en la carretera, ya que una avería del ESP no imposibiliatará el arranque y circulación de nuestro vehículo, aunque habrá que ser conscientes de que en caso de una pérdida de estabilidad, no actuará, por lo que nuestro nivel de seguridad estará bastante mermado. Es más, en algunos coches es posible incluso que la gestión de la potencia o el régimen de giro máximo se vean reducidas al detectar este fallo.
SÍNTOMAS DE AVERÍA Y SOLUCIONES
Al tratarse de un sistema eléctrico, las averías o fallos del ESP pueden darse por diversas causas, aunque como ocurre con este tipo de sistemas, también se corrigen de forma fácil al tratarse de simples errores electrónicos. Vamos a ver qué tipo de fallos puede dar y cómo corregirlos.
- Error al hacer el chequeo inicial: antes de arrancar nuestro coche se produce un chequeo inicial de los componentes electrónicos, que es cuando se encienden todos esos testigos del cuadro de instrumentos para después apagarse. Pues bien, uno de esos testigos es el del ESP (coche dejando huellas de derrapada) y es posible que veamos que no se apaga tras el chequeo. Si ello ocurre quitaremos el contacto y volveremos a repetir la operación, y si sigue sin apagarse probaremos a avanzar unos metros, apagar el coche y volverlo a arrancar. Esto es posible porque durante el chequeo alguno de los sensores no ha tomado referencia de giro de la rueda, de modo que tras moverlo unos metros se pueda recuperar.
- Error por fallo en el sensor del pedal del freno o captador de ángulo de giro del volante: en estos casos probaremos a pisar el pedal del freno y girar el volante. De pesistir, es probable que el sensor del pedal del freno esté sucio, de modo que habría que desconectarlo y limpiarlo.
- Suciedad en alguno de los sensores de giro de las ruedas: suele ocurrir tras haber circulado por zonas de campo o barro, de modo que una buena limpieza de las zonas como los pasos de rueda y frenos podría solucionarse.
- Fallos de la batería: como he dicho anteriormente, el ESP es un sistema totalmente eléctrico, de modo que si la batería está en las últimas o tiene algún fallo de alimentación, es factible que el testigo del ESP se ilumine.
- Fallos instantáneos memorizados: si el error persiste no queda más remedio que conectar el coche a una máquina de diagnosis, el cual nos podrá indicar si ha sido un fallo puntual o una avería más grande, lo cual puede subir la cuantía de la reparación hasta unos cientos de euros.
LA BOMBA DE GASOLINA
La bomba de gasolina es un elemento esencial para el buen funcionamiento del motor ya que es la encargada de hacer que el sistema de inyección reciba de manera constante el combustible a través de los rieles de los inyectores que mediante succión extraen el líquido del tanque.
Por lo general, se trata de bombas eléctricas que suelen estar instaladas en el interior del depósito de combustible o en los alrededores del mismo, aunque en vehículos antiguos con sistema de carburación la bomba de gasolina se encuentra instalada en el motor y trabaja a presión a través de un diafragma que es accionado por el propio eje de levas.
SÍNTOMAS DE AVERÍA
La bomba de gasolina pude averiarse por diversos motivos, los cuales se reflejan en una serie de síntomas que nos indicarán qué tipo de desperfecto está influyendo en su mal funcionamiento, así como determinar qué solución puede aplicarse. Dichos síntomas son los siguientes:
- El vehículo no arranca: se debe al no existir presión mínima en la rampa principal de los inyectores, por lo que el combustible no llega hasta los cilindros.
- El coche arranca esporádicamente: puede deberse por la presencia de desgastes o deficiencias en los contactos eléctricos, no suministrando así el voltaje necesario para el funcionamiento de la bomba. También puede darse por un fallo en el relé de la boma (elemento que se encarga de accionar la bomba cuando se produce el encendido del motor)
- Tirones en la aceleración y al ralentí: puede deberse a que el pre-filtro de combustible se encuentra obstruido, por lo que no será capaz de extraer carburante del tanque con una presión constante.
Como habrás intuido, estos síntomas no tienen por qué ser sinónimos de fallos en la bomba de gasolina, por lo que para poder descartar esta hipótesis podemos seguir los siguientes pasos que nos ayudará a identificar si dicha avería es de la bomba de gasolina, o de otro elemento.
- Abrir el capó y arrancar el motor: si vemos que el motor no arranca, pero sí lo hace el ruido del encendido, casi con toda seguridad podemos afirmar que el fallo es de la bomba de combustible.
- Comprobar el estado de las bujías
- Comprobar el estado de la correa de distribución, sobre todo si gira sin dar tirones una vez se encienda el motor.
¿CÓMO PODEMOS PREVENIR SU AVERÍA?
Como he indicado, la bomba de gasolina se encuentra dentro del tanque de combustible, y es el carburante el que le proporciona la refrigeración necesaria para su óptimo mantenimiento. Por eso, la mejor forma de evitar su avería es no apurar el depósito hasta la reserva, ya que esto afectará a la capacidad de refrigeración de la misma, además de otros inconvenientes.
El sistema de refrigeración del motor es vital para asegurar un óptimo funcionamiento del mismo, así como su longevidad, ya que evita su sobrecalentamiento así como desgastes prematuros de sus componentes.
SÍNTOMAS DE AVERÍA
El factor más determinante que nos indica que el circuito de refrigeración se ha averiado es el comprobar como a los pocos kilómetros recorridos la temperatura de tu motor está más caliente que los palos de un churrero, lo que te obligará a detenerte si no quieres ver como la junta de culata pasa a mejor vida.
Lo natural en estos casos es que el fallo se deba a que el depósito del líquido refrigerante se encuentra vacío, por lo que convendría, además de llenarlo, comprobar si existe alguna fuga en su circuito. Sin embargo, también es posible que dicho calentamiento sea causa por un fallo en el termostato, lo que causaría que el líquido refrigerante no podrá circular de forma adecuada por los conductos al quedarse totalmente cerrado.
Y una última causa puede deberse a que tengamos el radiador sucio. Por eso, lo ideal para que un radiador se mantenga en buen estado es que se encuentre limpio y que no se acumulen excesos de suciedad en el interior, ya que de los contrario podría disminuir su rendimiento y afectar al funcionamiento del motor, puesto que se produciría un aumento de la temperatura que podría ocasionar imperfecciones en la culata.
Para conservar el radiador en buen estado durante más tiempo es posible realizar limpiezas internas, eso sí, siempre y cuando éstas se realicen con sumo cuidado puesto que de cualquier otra forma podría quedar inservible, lo cual haría imprescindible su sustitución.
Bueno, pues espero que este largo post te haya servido para conocer un poco mejor los síntomas y causas de averías que desgraciadamente están a la orden del día, pero que podemos evitar si prestamos atención a la salud de nuestro coche con cierta periodicidad. Nuestro vehículo, y con ello nuestra cartera, lo agradecerán.
¡ Lagarto, Lagarto, jeje.
ResponderEliminarPero como muy bien recalcas la mejor manera de evitar las peores averías es la prevención y un mantenimiento regular, aunque a priori esto nos puede parecer caro pero seguro nos evitaran males mayores y disgustos en ruta.
Un saludo!
La mejor recomendación para evitar averías es estar siempre alerta a cualquier cambio en el coche, sea por ruido, tracción que a veces pueden parecernos pequeñas tonterías pero al final lo que estamos haciendo es dándole mayor vida útil al vehículo y mayor seguridad para nosotros.
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