A su vez, el término «taxímetro» proviene de la combinación de dos palabras: «taxa» y «metro». «Taxa» hace referencia a la tarifa o precio establecido por el servicio de taxi, mientras que «metro» se refiere a la medida de distancia. Por lo tanto, «taxímetro» literalmente significa «medidor de tarifas».
A medida que los vehículos de alquiler comenzaron a utilizar estos dispositivos de medición de tarifas, el término «taxímetro» se acortó informalmente a «taxi», que se convirtió en el nombre comúnmente utilizado para describir estos vehículos de transporte público de alquiler.
El origen de los taxis se remonta a la antigua Roma, donde se utilizaban carretas provistas de un rudimentario "taxímetro". Estas carretas, unidas a los ejes de las ruedas, dejaban caer una piedra en una caja cada 200 metros recorridos. Al finalizar el trayecto, el pasajero pagaba según la cantidad de piedras acumuladas.
Como es fácil de imaginar, desde entonces y hasta nuestro días, el servicio de taxi ha sufrido una fuerte evolución. La primera gran modernización se produjo en la década de los 40, con la introducción de la radiocomunicación, la cual permitió a los conductores recibir instrucciones y coordinar mejor los viajes con las centrales de radiotaxi.
Pero sin duda alguna, ha sido en este siglo XXI el que ha traído una de las mayores revoluciones en el sector. En primer lugar, con la incorporación de sistemas de posicionamiento global (GPS) facilitando la planificación de rutas óptimas y ayudando a los conductores a llegar más rápidamente a sus destinos. Y por otra parte, con la llegada de los teléfonos inteligentes y aplicaciones móviles, las cuales han permitido a los usuarios solicitar viajes sin necesidad de contactar directamente con una centralita y conociendo de antemano el precio del servicio solicitado.
Pero no sólo eso, el cambio que ha desatado sin duda alguna más polémica ha sido la aparición de empresas o compañías de ámbito privado que, como bien sabemos todos, han tenido sus conflictos con el sector tradicional del taxi.
¿Y cuál es el futuro que le espera al taxi? Eso está todavía por ver, pero para muchos, dentro pocas décadas la movilidad urbana estará marcada por vehículos autónomos sin conductor que "vendrán a buscarnos" allá donde estemos cuando lo solicitemos. Y aunque es verdad que los taxis sin conductor aún están en fase experimental, en el futuro podrían representar una amenaza real para los taxistas tradicionales, reduciendo drásticamente la necesidad de conductores humanos.
En conclusión, que el taxi tendrá que modernizarse y adaptarse a los cambios tecnológicos y regulatorios si quiere sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo.
EL TAXI EN ESPAÑA
Bueno. Una vez que hemos podido conocer de forma ligera la historia sobre el origen y evolución del taxi a nivel global, no estaría de más conocer también cómo ha sido su historia dentro de la geografía española.
Para ello tenemos que remontarnos al siglo XVIII, cuando en ciudades como Madrid ya existían carruajes de alquiler conocidos como "coches de punto" o "simones", posiblemente en referencia al cochero Simón González o al constructor francés Simón Garrou, que vivía cerca de la Plaza Mayor en 1772. Estos vehículos, tirados por caballos, ofrecían un servicio de transporte público y tenían paradas fijas en plazas o calles céntricas.
La regulación del servicio de taxis en España comenzó en 1903, cuando se aprobó el primer reglamento para los carruajes de plaza. Este reglamento establecía que los vehículos debían llevar una faja roja como distintivo y que los conductores debían tener una autorización para ejercer la actividad. Sin embargo, no fue hasta 1920 cuando se expidió la primera licencia de taxi para un coche en Bilbao, concretamente para Claudio Pérez García.
Se impuso el color blanco de forma mayoritaria, pero también se dejó libertad a comunidades autónomas y ciudades para decidir cómo debían ser los taxis que circularan por sus calles.
El último cambio de diseño se produjo el 31 de julio de 2018, cuando se publicó en el BOE la nueva Orden Ministerial que establece que todos los taxis nuevos deberán instalar una matrícula especial en la parte trasera con los caracteres en blanco sobre fondo azul para evitar la piratería en el sector.
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