Evidentemente nadie puede poner en duda que a lo largo de la historia del automóvil los italianos siempre han sido los que más corazón han puesto a la hora de diseñar sus vehículos, y dentro de la gran variedad de fabricantes, Alfa Romeo siempre ha sido una de las más destacadas. Es que es ir repasando su historia y está plagada de bellos vehículos que te hacen pensar que el amor a primera vista existe.
¿Pero todos sus vehículos son bellos? Salvo algunas excepciones que no te dejan indiferente como el Alfa Romeo SZ lo cierto es que es complicado encontrar un coche que sea feo dentro del catálogo de la marca, hasta que te encuentras con nuestro protagonista: el Alfa Romeo 4L, un vehículo calcado al mítico Renault 4, uno de los coches más duros de la historia. Y entonces te preguntas.... ¿qué demonios pinta este coche espartano y simple dentro de la historia de Alfa Romeo? Pues como ocurre con todo, tiene su sencilla y curiosa explicación. ¿Te apetece conocerla?
EUROPA, FINALES DE LOS AÑOS 50
Retrocedemos hacía el año 1957, y más concretamente en la firma de los Tratados de Roma el primero de los cuales estableció el origen al Mercado Común Europeo. Firmados por Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos, dicho tratado se firmó con el objetivo de establecer el libre movimiento económico de bienes y propiedades, eliminando así los derechos prohibitivos establecidos en las aduanas establecidos por algunos productores para defender sus intereses.
Sin embargo, a pesar de dicho tratado, la legislación italiana mantuvo el derecho de poder gravar fuertemente con impuestos aquellos vehículos no nacionales, salvo que se ensamblaran dentro de sus fronteras. Ante este hecho, Volkswagen no tardó en abrir una fábrica propia en Sicilia, y Ford planeaba hacer lo mismo en Nápoles, hasta que FIAT puso el grito en el cielo y consiguió que a sus competidores les resultase más caro producir un coche en Italia que en otro país.
Por aquel entonces Renault se encontraba ya trabajando en un importante proyecto; el Renault 4, un coche capaz de plantarle cara al mítico Citroën 2CV empleando sus mismas armas, pero para poder abarcar más mercado, era importante adentrarse también en territorio italiano. ¿Cómo solventar, pues, este problema?
EL AS EN LA MANGA DE RENAULT
Para solventar el problema de las duras restricciones del mercado italiano comandadas en la sombra por FIAT, en Renault aplicaron la vieja dicha de "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" y tuvieron la idea de asociarse con otro fabricante italiano: Alfa Romeo. Así, en el año 1958 se firmó un acuerdo de cooperación por la cual Renault podría comercializar algunos de sus modelos bajo licencia del constructor milanés y comercializarlos en su red.
Nacía así el Alfa Romeo 4L un coche que se montaba en las antiguas instalaciones de Pomigliano y que solamente se diferenciaba de su homónimo francés en que poseía un motor de 850 cc frente a los 750 cc del Renault, un cambio diferente, y que sus pilotos traseros eran muy similares a los del FIAT 500 Giardiniera.
Sin embargo, el "cuatro latas italiano" no tuvo ni por asomo el enorme éxito del Renault 4, principalmente debido a dos importantes motivos. El primero, la actitud algo despreocupada de Alfa Romeo a la hora de comercializar este modelo en comparación con el resto de la gama. Y el segundo (y no menos importante) el extraño y repentino cambio que hubo en la normativa fiscal italiana que produjo un notable encarecimiento del Alfa Romeo 4L frente a su competencia, ya que se estableció un impuesto que se calculaba a partir de la longitud del coche (una idea de FIAT) en vez de en su motor. Esto produjo que nuestro protagonista, con 3,66 metros de longitud saliera muy perjudicado frente a su máximo competidor italiano, el FIAT 850, que medía 3,57 metros: nueve centímetros de diferencia que marcaron su sentencia de muerte.
Como era de esperar, Renault reclamó ante tales decisiones del gobierno italiano, pero dichas quejas no fructificaron y la aventura del Alfa Romeo 4L solamente duró un par de años (entre 1962 y 1964), tiempo en el cual se fabricaron 41.809 unidades, de las cuales quedan muy pocas actualmente.
Vaya historia mas rocambolesca, entroncandola con España me hace pensar en la FASA de Valladolid, que fabricó Renaults "made in Spain" incluso Alpines y por ser fabricados aqui no tenían elevados aranceles.
ResponderEliminarUn saludo!
Pues la verdad es que tiene que haber otras historias como esta, y la que has comentado, por culpa de hechos iguales o parecidos. Y es que ya se sabe, dicen que todos tenemos un hermano gemelo en algún rincón del mundo.
EliminarUn saludo ;)
Interesante historia que no conocía. Es un poco raro ligar el nombre de Alfa Romeo a una carrocería tan simple como la del cuatro latas. Supongo que estos Alfa Romeo 4L se cotizarán el doble que uno normal.
ResponderEliminarSaludos!
Pues entre que se fabricaron pocos y de éstos quedan muchos menos aun seguramente que si. Estoy por comprar un cuatro latas, hacer las modificaciones pertinenetes, cambiarle el logo por uno de Alfa Romeo y venderlo, a ver si cuela, jejeje.
EliminarUn saludo.