Seguro que siempre que se acerca el final de año hayas visto por la televisión algún reportaje o noticia en la que se busca encontrar una palabra que defina al año que llega a su fin. Pues bien, creo que no me equivocaré si digo que una de las candidatas a ser palabra del 2022 es sin duda, inflación.
Y es que, ningún sector se libra de la subida generalizada de precios que estamos viviendo, y el sector del automóvil tampoco está siendo ajeno, tanto en la venta de vehículos nuevos como de ocasión. Tal vez, esto pueda resultar muy tentador para quienes estén pensando en tasar un coche para conocer su valor de mercado, o directamente vender un coche que ya no necesite a un precio bastante suculento para el vendedor.
¿SEGUIREMOS VIENDO UNA SUBIDA DE PRECIOS EN EL AÑO 2023?
Para poder dar respuesta a este asunto, hay que repasar las causas que están provocando la subida de precios.
Los motivos del encarecimiento de los coches de segunda mano hay que buscarlos en el colapso de la industria del motor, algo que deriva directamente la pandemia del coronavirus. Lo cierto es que actualmente no hay coches nuevos, porque la escasez de semiconductores para los chips (heredada también de los meses más duros de confinamiento) ha provocado un cuello de botella en la producción.
Como resultado de la escasez de
semiconductores, muchos coches nuevos se ofrecen sin opciones
adicionales, por lo que ante la imposibilidad de adquirir un
automóvil nuevo porque los tiempos de espera son de más de seis meses,
los potenciales compradores se vuelcan en el mercado de ocasión. Es decir, que tenemos un aumento de la demanda, pero no de la oferta, ya que sin coches nuevos no puede haber coches de segunda mano en futuro. ¿Resultado? Aumento de los precios.
Las cosas empezaron a cambiar en marzo para la industria del automóvil y toda la situación socioeconómica y política de Europa. La guerra en Ucrania provocó sanciones a Rusia, y los precios del combustible y del gas subieron inmediatamente. Con los precios del combustible por las nubes, tener un coche, nuevo o usado, acababa de ser mucho más caro. Además, con la escasez de níquel y paladio, la producción de coches nuevos se convirtió en un reto cada vez mayor, y algunas de las grandes marcas como BMW y Volkswagen suspendieron su producción de forma ocasional.
Tenemos así el cóctel perfecto para que los precios se disparen, por lo que a no debe extrañarnos que a causa de la inflación, el coste de la vida y la incertidumbre económica, el mercado de coches usados esté experimentando una ralentización de la demanda.
¿Qué significa todo esto para los precios de los coches usados? Pues en parte que todo dependerá de la evolución de los conflictos geo-políticos, lo cual es complicado de predecir, dependiendo todo del cristal con el que quiera mirarse. Por ejemplo, y tomando una visión optimista, según el informe anual de la consultora especializada en el sector de automoción MSI, pronostican un aumento de las ventas debido a la progresiva normalización en la entrega de chips lo que supondrá la posterior vuelta a la normalidad en cuanto a la fabricación y oferta de vehículos nuevos.
Sin embargo, estas previsiones resultan algo optimistas para otras fuentes del sector. Así, desde Ganvam, la patronal de vendedores y talleres, estiman que 2022 se cerrará con un total de ventas de coches cercano a las 820.000 unidades, mientras que en 2023 podrían venderse aproximadamente 915.000 unidades de turismos y todo terrenos.
Y los grandes expertos europeos del automóvil no son nada optimistas y prevén que la solución no llegará por ahora, ni tan rápido como inicialmente se preveía. Por ejemplo, en una entrevista concedida al prestigioso medio francés Le Parisien, Carlos Tavares, director general del gigante Stellantis, reconoce ahora que la situación seguirá siendo muy complicada hasta finales del año 2023.
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