GURGEL ITAIPU. EL PRIMER COCHE ELÉCTRICO DE AMÉRICA LATINA.

 

 


 

Los coches eléctricos se van imponiendo más y más en el mercado, y salvo que el destino realice un giro imprevisto, acabarán supliendo a los motores de combustión interna.  Pero para esto pueda ocurrir, la movilidad eléctrica debe seguir avanzando tecnológicamente.

Sin embargo, los coches eléctricos no son cosa de la historia reciente, como bien me imagino que sabes. Y hoy vamos a repasar a uno de esos valientes que se atrevió a adelantar el futuro de la movilidad. Pero ahí no queda todo, porque además proviene de un país que, si bien ha aportado grandes pilotos, no puede decir lo mismo de su industria automotriz.

Brasil, mediados de la década de los 70. El ingeniero mecánico y electricista João Augusto Conrado do Amaral Gurgel, tenía el sueño de crear su propia marca de coches, fundando con ello la compañía Gurgel en el año 196, el cual se basaba en la creación de pequeños coches y camiones de perfil económico. 

Pero Gurgel no soñaba solamente con fabricar automóviles, sino que aspiraba a dar un paso más para ofrecer un producto novedoso y a la vez que concordase con la conciencia ecológica que poseía: el automóvil eléctrico. 

 


 

Llegamos así al año 1974, cuando en el Salón del Automóvil de Brasil presentó un vehículo denominado Gurgel Itaipu. Bajo este atractivo nombre, se escondía un pequeño vehículo de corte evidentemente urbano con diseño plagado de líneas rectas con capacidad para dos personas. Este vehículo se convertía, pues, no solamente en el primer automóvil eléctrico de Brasil, sino también en toda la América Latina.

Llamaba la atención que el peso total del Itaipu fuese solamente de 460 kg, en la que nada más y nada menos que 320 kg se los llevaba la batería. Es decir, que dejando la batería al margen, el vehículo sólo pesaba 140 kg.

Pero como he mencionado antes, la tecnología debe avanzar y evolucionar para que pueda ser considerada útil y práctica, aportando más beneficios que inconvenientes, y eso era algo que el Gurgel Itaipu no pudo ofrecer. Y es que sus prestaciones eran más que modestas: ofrecía 4,2 CV de potencia, por lo que los primeros modelos sólo alcanzaban los 30 km/h, aunque posteriormente se consiguió aumentar hasta el doble.

Pero ahí no quedaba todo, porque su autonomía no superaba los 50 kilómetros en total, necesitando además 10 horas de carga total para tener disponible de nuevo el 100% de la batería.

A pesar de ello, Gurgel no se rindió y construyó posteriores modelos de automóviles. Pero eso es otra historia… 

 


 


 

Comentarios

  1. Creo que el mercado brasilero fue pionero en usar combustibles bio que hacían a partir de alcohol destilado de caña de azúcar, pero luego esta el problema de la desforestación para la plantación de las cañas.
    El carrito no tiene mala pinta con esas puertas de apertura total y sus llantas sport.
    Un saludo!

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