Es oir Sevilla y seguro que a la mayoría lo primero que se le pasa por la cabeza es la Feria de abril, la Semana Santa, y la Giralda. Pero Sevilla, al igual que ocurre con cualquier ciudad, va mucho más allá de los típicos clichés y puede presumir de mucho más. Y hoy quiero dar a conocer una faceta sevillana poco conocida; su papel dentro de la historia automovilística española.
Si como un servidor eres sevillano y estás acostumbrado a salir de Andalucía por vacaciones, trabajo o cualquier otro motivo, seguramente que irás con la lección aprendida de que te tomarán por alguien gracioso y chistoso al que le encanta la diversión y bailar sevillanas. Esto te podrá molestar más o menos, pero bueno, son clichés que ya forman parte de nuestra cultura y deberíamos asimilarlo, como el pensar que un catalán es un tacaño o un vasco alguien muy bruto. Pero se nos catalogue como se nos catalogue, en toda tierra siempre hay gente trabajadora, emprendedora e innovadora que deja su huella en la historia.
Dentro del mundo del automóvil, para la gran mayoría de personas España es un país cuya
cultura automovilística se resume al SEAT 600. Sin embargo, los que nos
interesamos por este mundo sabemos que va más allá. Por eso, hoy me gustaría dar a conocer un poco más de la historia del automóvil español, a la vez que tiro un poquito para mi tierra.
VEHÍCULOS AUTO-TRI
Esta empresa sevillana con sede en el popular barrio de Triana, fue fundada por Francisco Gaitán Sánchez (1915-2006) en el año 1936 con el nombre de "Construcciones Gaitán S.L". Su objetivo inicial fue la de reparar y alquilar bicicletas, pero con el paso de los años fue ampliando su gama de productos abarcando a los vehículos con motores.
Así, en el año 1953 la empresa dio a conocer unos interesantes prototipos de microcoche de tres ruedas llamados Auto-Tri, los cuales ofrecían varias versiones, como turismo, comerciales, ambulancias, e incluso un prototipo pensado para el ejército. Pero de todas las versiones los más llamativos eran un impactante modelo con carrocería de aluminio y otro con una carrocería tipo "huevo" cuyas formas recuerdan mucho al popular Isetta , siendo además el único modelo que ofrecía dos ruedas delanteras y una trasera.
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Ambulancia Auto-Tri |
Estos modelos estaban propulsados por un pequeño motor de 125 c.c que les permitía alcanzar una velocidad máximad e 60 Km/h y soportar un peso en torno a los 300 kilos. Por su parte, la tracción siempre iba al eje que disponía de una sola rueda, de modo que según el modelo ésta podía ser delantera o trasera.
Presentación Auto-Tri en Madrid (1953) |
Sin embargo, a pesar de que estos vehículos aparecieron en los cines españoles a través del NO-DO, en los que se podían ver circulando por las calles de Madrid, y que en el año 1955 se hizo una presentación en Barcelona, no llegaron a comercalizarse a gran escala, y su producción se limitó a los pedidos que la empresa recibía por encargo.
"DAR", EL ELÉCTRICO CASERO
Y de una empresa sevillana pasamos a un brillante ingeniero; Francisco Domínguez-Adame Romero. Este Doctor en Ingeniería Industrial y catedrático de Hidráulica y Motores Térmicos comenzó a barajar la idea de fabricar su propio coche eléctrico. El motivo de tan extravagante idea residía en la tremenda escasez de combustible que sufría España desde el final de la Guerra Civil, lo que llevó a que se impusiesen medidas como la prohibición de usar el vehículo en determinados días en función de la matrícula.
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Francisco Domínguez-Adame Romero |
Tras fracasar intentando electrificar un Fiat Balilla, Francisco comenzó la fabricación del coche en el sótano de su chalet situado en el barrio del Porvenir. Los primeros trabajos consistieron en darle forma al chasis, carrocería, suspensiones, frenos y neumáticos. La construcción de chasis, carrocería y suspensión (independiente a las 4 ruedas) fue totalmente artesanal, mientras que el sistema de frenos y neumáticos provenían de otros vehículos. Posteriormente la estructura fue llevada lo llevaron al taller de la Escuela de Peritos Industriales
donde Francisco trabajaba como catedrático, y allí continuaron con el ensamblaje.
El resultado final fue un vehículo de aspecto similar el popular Escarabajo, pero con capota de lona. Tenía capacidad para 5 personas, distribuido en 3
asientos delanteros y dos atrás dada la estrechez de la parte trasera.
En cuanto a su sitema de propulsión el vehículo contaba con dos motores eléctricos construidos artesanalmente que ofrecían 2 CV de potencia, lo que en términos de prestaciones esto se traduce en una velocidad punta de aproximadamente 50 km/h. En cuanto a las baterías, reutilizó cuatro de 12 V y 150 Ah de capacidad que daban un total de 60 voltios. Eran de plomo y ácido sulfúrico, se recargaban todas las noches y con ellas conseguía obtener 80 kilómetros de autonomía
Tras 5 meses de trabajo la fabricación del coche concluyó en el año 1946, y cuando Francisco fue a matricularlo, desde el Ministerio de Industria le dijo que podría hacerlo siempre y cuando
registrase una marca comercial para su nueva creación. Y eso hizo, poniéndole al coche el nombre de DAR al utilizar las iniciales de su apellido: Domínguez-Adame Romero.
El DAR comenzó así a prestar sus servicios a la familia durante más de 10 años, aunque por el camino sufrió también una notable transformación, ya que debido a la finalización de las restricciones de circulación y a la degradación que las baterías sufrían con el paso del tiempo el DAR pasó de ser un coche eléctrico a uno híbrido al añadirse un motor de gasolina y sustituyendo las baterías por un grupo electrógeno para poder seguir empleando el motor eléctrico.
Finalmente, a finales de los 50 (según las fuentes consultadas varían entre 1956 y 1959) la familia acabó vendiendo el DAR, el cual terminó sus días en un desguace, para poder comprar un Seat 600. Un triste final para este vehículo pionero en la historia de la automoción española.
Bonito homenaje a la automoción sevillana.
ResponderEliminarEspecialmente interesante me ha parecido la historia del DAR, pionero de la electrificación en nuestro país ahora tan en boga, pero eran tiempos muy difíciles de tremenda escasez de combustible y había que buscar alternativas como las baterías eléctricas o el gasogeno.
Saludos!
Ya se sabe, en tiempos difíciles se agudiza el ingenio. Me pregunto dónde estaríamos ahora si no hubiesen fracasado tantas ideas maravillosas y ni se hubieran quedado por el camino tanta gente emprendedora.
EliminarUn abrazo ;)