Al igual que actualmente tenemos competiciones con automóviles de cabina abierta, a principios del siglo pasado eso era lo exclusivo, lo que por entonces implicaba que verse involucrado en algún tipo de accidente que conllevase un vuelco era sinónimo de muerte casi segura debido a las ausencias de sistemas antivuelco y a que las protecciones para la cabeza eran lo más parecido a un gorro de cuero y gafas.
Precisamente, en un accidente de este tipo perdió la vida el piloto Bob Bruman en el año 1916 durante una carrera en Corona, California. A raíz de este accidente, su principal amigo y competidor dentro de las pistas, Barney Oldfield comenzó a considerar seriamente la opción de construir un coche de carreras con cabina cerrada para asegurar la integridad física del piloto en caso de un vuelco.
Para llevar a cabo el proyecto Oldfield pidió colaboración a quien por entondes era una leyenda de las carreras y mente maestra de la ingeniería, Harry Miller. Ambos comenzaron entonces a trabajar en el desarrollo del automóvil dando como resultado este vehículo que fue bautizado com Golden Submarine, debido al color de su carrocería.
¿Y qué podemos destacar de este vehículo, además de su extravagante carrocería? Pues bueno, en primer lugar podemos decir que la misma está construída íntegramente en aluminio con el fin de que su peso fuese lo más liviano posible, y su extraña forma era la respuesta a conseguir una aerodinámica sobresaliente para la competición, siendo incluso probado en un túnel de viento.
Con un peso de solamente 725 kg, el Golden Submarine fue dotado de un motor (también de aluminio) de 4 cilindros y 4.7 litros de cilindrada que le otorgaba una potencia de 136 CV, permitiéndole así ofrecer las prestaciones necesarias para competir.
El debut del Golden Submarine se produjo el 16 de junio de 1917 en el Chicago board Speedway en Maywood, Illinois. Sin embargo, el motor tuvo un fallo que le impidó continuar la carrera pero habiendo dejado una velocidad media de 167 km/h mientras el vehículo estuvo en pista.
No fue el debut soñado, ni mucho menos, pero tras subsanarse los problemas del motor el Golden Submarine volvió a las pistas obteniendo una semana después tres victorias en el Milwaukee Dirt Track. Y posteriormente, de las 54 carreras en las que compitió, se obtuvieron nada más y nada menos que 20 victorias, 2 segundos puestos, y 1 tercer lugar. Es mas, el coche se llegó a clasificar para disputar las 500 millas de Indianápolis, pero durante la competición volvió a sufrir problemas con el motor que le obligaron a abandonar la carrera.
Una locura, a saber si equipaba cinturón de seguridad, ya que tampoco eran habituales. La verdad que la cabina le da toda la personalidad al coche, sin ella sería uno más. También me pregunto si habiendo realizado las pruebas en un túnel del viento no les dio por carenar las ruedas. Quizás el reglamento.
ResponderEliminarSaludos!
Pues sería interesante saberlo, la verdad. A lo mejor no carenaron las ruedas por tema de presupuesto: al parecer el proyecto costó 15.000 dólares, lo que más o menos vendría a ser 150.000 dólares a día de hoy.
EliminarSaludos ;)
Hoy no puedo ver bien las fotos del Golden Submarine en tu pagina, pero las he buscado en la red y casi me caigo de espaldas, sobre todo por esa cola tan prominente y afilada.
ResponderEliminarYo hubiera puesto el motor detrás y todavía hubiera resultado mas aerodinámico.
Por el color se diría mas que de aluminio la chapa parecía hecha de bronce o cobre.
Un saludo!
Uffff... Espero que lo de las fotos haya sido algo puntual y no le pase a otros lectores. Por cierto, aquí te dejo una reinterpretación que se hizo para el Sema Show del año 2008: este sí que parece que tiene la carrocería de aluminio. https://www.motorpasion.com/clasicos/the-golden-submarine-reinterpretacion-de-la-antigua-competicion
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