Las suspensiones son unos de los elementos más importantes de un vehículo, y marcan seriamente el comportamiento dinámico de éste. Hoy vamos a profundizar en todo lo referente a las suspensiones neumáticas; un tipo de suspensión que poco a poco va ganando terreno frente a las convencionales, sobre todo en los coches de gama alta.
Las suspensiones son un elemento clave y vital de todo automóvil, no solo sirven para ofrecer comodidad, sino que es un aspecto fundamental para ofrecer una estabilidad adecuada, y resultan vitales para la seguridad vial, tanto que junto con los neumáticos y los frenos forman parte del denominado triángulo de seguridad.
A lo largo de la historia del automóvil hemos conocido multitud de tipos de suspensiones, desde las más antiguas de tipo rígido y semirrígido hasta las de tipo independiente. Pues bien, dentro de esta amalgama de suspensiones, existe un tipo de suspensiones que paulatinamente están ganando terreno, sobre todo en los coches de gama alta, y no resulta descabellado pensar en que puedan popularizarse aplicándose a vehículos más modestos.
Me refiero a las suspensiones neumáticas. Por eso, me he propuesto tratar de explicar de la forma más clara y sencilla todos los entresijos de este tipo de suspensiones, desde su funcionamiento, ventajas, inconvenientes hasta incluso cómo detectar los síntomas que nos indiquen que hay que reparar una suspensión neumática. De modo que te invito a seguir leyendo estas líneas si quieres conocer más sobre este tipo de suspensiones
¿QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA UNA SUSPENSIÓN NEUMÁTICA?
A grandes rasgos, se puede decir que la suspensión neumática es un tipo de suspensión que sustituye los tradicionales muelles de acero por un cojín hinchable, eliminando así el contacto mecánico directo entre las ruedas y el habitáculo. Las suspensiones neumáticas se componen de un circuito de aire a presión que suele funcionar dentro de un rango que va desde los 10 a los 16 bares, a lo que hay que añadir un bloque de distribución, cojines herméticos de aire, y sensores tanto de altura como de aceleración.
En función de su volumen de aire, cada cojín puede modificar la altura de la suspensión del vehículo, de modo que, cuando el coche tiene un peso extra, por poner un ejemplo, la altura se corrige aumentando la presión de aire en los cojines.
La forma de variar la altura de la carrocería respecto al suelo puede hacerse de forma manual, o bien establecerla de forma automática, al igual que su ubicación, ya que no es necesario al cien por cien que vaya integrada en las cuatro ruedas, pudiéndose aplicar solamente sobre el eje trasero.
¿PARA QUÉ SIRVEN?
Para la mayoría de los aficionados cuando decimos suspensión neumática nos viene a la mente esos coches americanos capaces de dar más botes que una pelota de baloncesto, pero las finalidades de las suspensiones neumáticas van mucho más allá de hacer que nuestro coche baile a ritmo de hip-hop. La principal finalidad de la suspensión neumática es la de proporcionar una mayor comodidad en la conducción y un mayor confort de marcha para los ocupantes del vehículo, incluido claro está, su conductor.
Al permitir variar la altura del chasis respecto al suelo, el conductor puede elegir entre diversos programas predefinidos en función de sus gustos o necesidades. Así, si nos encontramos en una zona muy bacheada, podemos escoger un modo confort para que limite al máximo las irregularidades del terreno, o al contrario, eligiendo un modo más deportivo la carrocería bajará su altura al suelo y la amortiguación se volverá más firme.
Este último ejemplo es ideal cuando circulamos a velocidades superiores a 120 km/h, ya que mejora tanto la estabilidad como la aerodinámica del coche, algo muy recomendable en los casos de que conduzcamos un coche cuya altura al suelo se ya de por sí bastante alta, como puede ser un 4x4 o un SUV.
SUS VENTAJAS
Una vez analizado cómo funcionan este tipo de suspensiones y sus aplicaciones, creo que lo mejor será hacer un breve resumen especificando por puntos cuáles son sus principales ventajas frente a a las suspensiones tradicionales:
- Permite la regulación de la altura de la carrocería del vehículo en función de las necesidades de la marcha.
- Permite adaptar la suspensión y la amortiguación a la situación de la carretera. Por ejemplo, es ideal si vamos a circular por terrenos fuera del asfalto con baches o desniveles que pueden hacer que nuestros bajos rocen o toquen el piso.
- Mayor confort, impidiendo que la parte trasera del coche se hunda cuando está cargado.
- Su ajuste sensible a la velocidad permite ahorrar combustible y mejorar las prestaciones.
- Mayor estabilidad en zonas viradas al evitar el balanceo de la carrocería a la hora de tomar una curva.
¿CÓMO DETECTAR UNA AVERÍA?
Ya hemos visto las ventajas que ofrecen este tipo de suspensiones frente a las suspensiones tradicionales. Sin embargo, no todo es dulce en este mundo, y como todo elemento mecánico, también tienen sus inconvenientes. El principal reside en que su fiabilidad a largo plazo es menor, ya que son más complejos y cuentan con un mayor número de componentes que pueden fallar.
Además, no hay que olvidar que los elementos que conforman una suspensión están sometidos a un elevado desgaste, por lo que tarde o temprano pueden presentar averías, comúnmente en forma de pérdidas de aire en algunos puntos del sistema.
Pero afortunadamente, como toda enfermedad, podemos detectar una avería gracias a una serie de síntomas; a saber:
- El vehículo pierde altura de forma generalizada, o presenta pérdida de altura en uno de sus extremos.
- El coche se queda desnivelado, ya sea lateralmente o longitudinalmente
- Comportamiento extraño del vehículo, ya sea por una dureza excesiva del conjunto amortiguador o al contrario, por estar demasiado blando.
- El coche no responde bien en las curvas: uno de los síntomas más claros de que la suspensión no está bien es que el coche hace extraños en las curvas. En una frenada fuerte el coche no responde bien y su conductor debe realizar correcciones con la dirección, las cuales no deberían suceder. Además, en un apoyo fuerte como al incorporarse a una carretera, el coche va a tender a inclinarse más de la cuenta o se quedará completamente recto, por lo que da la sensación de que el coche no va unido a la carretera.
Y hasta aquí mi particular manual explicativo sobre este tipo de suspensiones que espero te haya servido de ayuda para conocer un poco más esta tecnología a grandes rasgos. Pero como suelo decir, si tienes algún tipo de dato o aporte que puedas compartir sobre este asunto te invito a que lo hagas en el apartado de comentarios. Los lectores de este humilde blog, y por supuesto un servidor, lo agradeceremos enormemente.
Vaya no tenia ni idea de la pujanza en la actualidad de este tipo de suspensiones
ResponderEliminarRecuerdo la suspensión hidroactiva de Citroën, creo que la abandonó con el Xantia, una autentica maravilla tecnológica pero creo que era hidráulica (por liquido) y tu ahora hablas de circuitos de aire (neumática).
Creo que los camiones hace ya mucho que utilizan algo parecido, para reglar su altura, por tema de la carga sobre los ejes.
La suspension tradicional anda que no falla también , los amortiguadores suelen perder aceite y los silentblocks se desgastan y a poco que pongas recambios buenos se te va una pasta.
Muy interesante el articulo.
Saludos!
Tengo que admitir que me ha costado trabajo escribir el post sin hacer alguna referencia a Citröen, jejeje.
EliminarUn saludo :)
Interesante articulo. Muchos SUV se están abonando a este tipo de suspensión, ya que automáticamente bajan su centro de gravedad a partir de cierta velocidad, amén de tener la opción de bajar la boca de carga del maletero para compras. De más de moda que nunca.
ResponderEliminarSaludos!
Son una alternativa muy interesante, la verdad. Ya veremos si poco a poco este tipo de suspensiones se van generalizando en el futuro o sólo queda reservado para un sector muy específico...
EliminarUn saludo ;)