De todos los coches que han existido a lo largo de la historia del motor reciente, pocos han alcanzado la fama del Fiat Multipla. Para bien en algunas ocasiones, o para mal en la gran mayoría, este vehículo ha sido objeto de cientos de publicaciones en diferentes webs y redes sociales. Pero adores u odies al Multipla, hay que reconocer que es todo un alarde de originalidad sobre ruedas, y que algunas de sus ingeniosas (y para mí prácticas) soluciones que le permitieron ofrecer un habitáculo apto para seis plazas y maletero decente en una carrocería de 4 metros de longitud rara vez se han vuelto a ver en otros automóviles
Pues bien, Fiat también estuvo barajando la opción de comercializar un vehículo que ofreciese las virtudes (y también defectos estéticos) del Multipla, pero a escala reducida. Ese vehículo era el Fiat Downtown.
Presentado en el Salón de Ginebra del año 1993, el Downtown se publicitaba como el prototipo que venía a anticipar al automóvil urbano del futuro inmediato. Sus bazas; habitabilidad y ecología. ¿Pero cómo conseguía estos dos objetivos?
A pesar de tratarse de un vehículo con solo 2,5 metros de longitud, el Fiat Downtown estaba diseñado para poder transportar a tres personas, estando el conductor situado en el centro de la carrocería, y atrás de él dos habría dos asientos más, uno a cada lado.
Pero esas no eran las únicas novedades que ofrecía este pequeño Fiat, ya que su carrocería estaba formada por una estructura rígida de aluminio y paneles de plástico, todo ello con el objetivo de aligerar al máximo el peso del vehículo, el cual se quedó en unos 700 kilogramos.
El motivo de conseguir un peso ligero residía en el sistema de propulsión del Downtown. Como he mencionado al principio, este coche pretendía ser enormemente práctico, pero también ecológico, es por ello que estaba equipado
con dos motores eléctricos ubicados en el eje posterior, uno en cada rueda, alimentados por un paquete de baterías de sulfuro de sodio que podían recargarse totalmente en 8 horas. La potencia generada en conjunto era de apenas 9,5 CV.
Con esta configuración, podía alcanzar una velocidad máxima de 100 km/h,
acelerando de 0 a 100 km/h en 9 segundos. Para uso urbano, la marca
certificó una autonomía de 190 kilómetros por carga completa, aunque a
una velocidad constante de 50 km/h podía recorrer hasta 300 kilómetros.
A esto, se sumó la regeneración de energía mediante el frenado, y un bajo coeficiente aerodinámico que le permitía alcanzar estas velocidades sin comprometer de manera importante el consumo de energía.
Y como curiosidad final, cabe destacar que el aspecto más criticable del Downtown, su diseño fue obra del conocido y controvertido diseñador Chris Bangle, muy conocido por todos vosotros por sus inconfundibles creaciones cuando estuvo al servicio de BMW.
Mas micropost que nunca, jeje!
ResponderEliminarSobre el Multipla siempre he pensado que cumple a la perfección el dicho aquel de que mas vale que hablen de ti aunque sea para mal.
En el caso del Downtown me sorprende la conciencia eco-eléctrica de Fiat en aquellos años.
Fiat siguió trabajando los años siguientes con esos microconcepts, llegaron los Zic y los Vanzic.
Saludos.
Curiosamente, detalles de diseño del Zic y del Zicster acabaron emplenándose en el Multipla.
EliminarY lo que resulta curioso es ver cómo tenían esta conciencia eco-eléctrica que comentas a finales del siglo XX, y ahora a Fiat le haya cogido el toro en temas de hibridación. Ver para creer....
Saludos ;)
Increíblemente futurista, Hubiera sido un buen rival para el smart, aunque ya sabemos lo que le costó a Daimler rentabilizar esa marca...
ResponderEliminarMe recordó a un concepto casi calcado que salió hace algunos años y que hizo mucho ruido por quien provenía, el T.25 de Gordon Murray, la forma de la ventanilla es igual, bueno es casi idéntico en imagen y también tiene 3 plazas.
Saludos!
Pues sí, la verdad es que se dan un aire, aunque me mola más el T25. ¿Será por la puerta? jejeje.
ResponderEliminarSaludos ;)