Cuando una tendencia triunfa y se asienta en el mercado, no es de extrañar que, con el paso del tiempo, surjan ideas innovadoras que toman como base dicha tendencia, y un buen ejemplo de ello es el segmento de los SUV. Desde hace varios años los SUV han dejado de ser vistos como "una moda pasajera" para convertirse en las referencias del mercado, y desde hace poco algunos fabricantes han tratado de llamar la atención proponiendo originales propuestas de vehículos SUV. Así tenemos intentos de SUVs descapotables o la cada vez mayor tendencia de fabricar SUVs coupés.
Al principios del siglo XX, con el auge de los monovolúmenes, vimos algo parecido, y nuestro protagonista de hoy puede considerarse como una las propuestas más originales que se plantearon, rompiendo los cánones establecidos y, a veces, incluso con la propia lógica, mezclando dos conceptos tan antagónicos como son monovolumen y... ¿coupé?
Con estos preceptos, a finales del año 2001 Renault presentó al mercado su modelo Avantime. Obra del diseñador Thierry Metroz, estaba basado en la plataforma del Espace del que tomó salpicadero, bastidor y grupos motrices, pero es más bajo, más ancho y un poco más largo, hasta alcanzar los 4,64 metros de longitud.
DISEÑO EXTERIOR
Al contrario de lo que solemos ver hoy en día, El Avantime se caracterizaba por ofrecer mucha superficie acristalada, lo cual aumentaba la sensación de amplitud en el interior. Un rasgo característico era la ausencia de pilares centrales y las ventanillas sin marco, como en un coupé. Sin embargo, esto supuso un problema para el modelo de producción en términos de rigidez estructural, así que los ingenieros recurrieron a unos pilares traseros muy gruesos, disimulados con el techo bicolor.
El techo era totalmente acristalado, algo que se mantuvo casi intacto en el modelo de producción, y la luneta trasera tenía una forma convexa, lo cual, desde el punto de vista del diseño era llamativo, pero presentaba problemas técnicos de cara al modelo de producción.
Pero precisamente, debido a su diseño, el Avantime presentaba algunos puntos débiles. El más destacable estaba relacionado con sus puertas. Al tratarse de un vehículo de generosas dimensiones y tres puertas, éstas eran muy grandes y pesadas (1,4 metros y más de 50 kg) por lo que iban articuladas con una bisagra de doble movimiento, ya que al mismo tiempo que las abría en compás las separaba un poco de la carrocería, las cuales dieron algunos fallos en las primeras unidades.
El diseño de la parte trasera era común al de los modelos de la marca por entonces y era denominado por la prensa francesa como “fesses de fourmis” y lo podríamos traducir como “culo de hormiga” Al igual que las puertas laterales este portón era enorme, pesado, y complicado de manejar.
DISEÑO INTERIOR
Como si fuese un vehículo adelantado a su tiempo, lo primero que llama la atención en el salpicadero del Avantime es su aspecto limpio y minimalista, con pocos botones a la vista, muy al estilo actual, aunque sin tanta pantalla. La instrumentación se ubicaba en el centro, excepto el cuentavueltas, que estaba delante del conductor. Como curiosidad, el navegador y la radio se manejaban con un mando a distancia.
El espacio interior era amplio, similar al de un monovolumen, con asientos confortables, y los ocupantes tienen distintos espacios donde depositar objetos de muy diferentes tamaños y formas, como es normal en un coche de este tamaño y forma.
El maletero del Avantime tiene 530 litros de capacidad, y pueden ser ampliado de diferentes maneras: con la bandeja trasera (que puede colocarse en dos alturas diferentes) o abatiendo el asiento trasero de manera asimétrica (1/3 ó 2/3). El volumen con los asientos abatidos es 900 litros, no mucho. El maletero tiene cuatro ganchos y puede ponerse red.
SUS MOTORES
El Avantime estuvo a la venta con varias motorizaciones. La más potente y destacable era un V6 de 2.946 cc y 207 CV que enviaba su potencia a las ruedas delanteras a través de una caja de cambios manual de seis velocidades. Sin embargo, aunque con esta potencia pueda parecer que el Avantime sería un vehículo rápido, sus 1.741 kilogramos de peso le restaban prestaciones, aunque no era lento, y le hacían consumir 16 l/100 km por ciudad.
Posteriormente se introdujeron mecánicas de cuatro cilindros, un 2.0T de gasolina con 165 CV y un 2.2 dCi con 150 CV que resultaba ser bastante pesado, gastón y lento.
SU VIDA COMERCIAL
Si hay que buscar las causas que propiciaron que el Avantime acabase siendo un fracaso de ventas habría que señalar los siguientes puntos:
- Diseño extravagante, y concepto que no casaba con las tendencias de la época. ¿Un monovolumen de tres puertas?
- Motores de gasolina potentes y alto consumo en medio de un mercado donde el diésel gozaba de una popularidad enorme. Para colmo, su versión de gasóleo no ofrecía una buena relación entre prestaciones y consumo, que era lo que el comprador demandaba.
- Su alto precio, que por entones rondaba los 35.000 euros.
En resumidas cuentas, Renault quiso innovar tanto que el Avantime fue un producto incomprendido en el mercado, por lo que a los 18 meses fue descatalogado, con una discreta fabricación de 8.500 unidades sobre las 15.000 que Renault tenía previsto vender en su primer año de fabricación .
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