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PRUEBA: SUZUKI VITARA 1.0 VVT 4X2 GLE (1ª parte)

 


A parte del apellido Samurai - Jimny, dentro de Suzuki la nomenclatura Vitara puede considerarse como uno de los más importantes de su historia. No en vano, la primera generación del mítico 4x4 apareció en el año 1988. 

Desde entonces, el Vitara está viviendo el tramo final de su cuarta generación, la cual comenzó su andadura comercial en marzo del año 2015. Esta vino a representar un gran cambio dentro de su historia, ya que abandonaba su espíritu todoterreno para enmarcarse dentro del segmento de los B SUV. 

En el año 2018 sufrió una actualización que, además de afectar con ligeros cambios estéticos y en el interior, destacó por presentar una nueva gama de motores que reemplazaba a la anterior, sustituyéndose el 1.6 VVT atmosférico de gasolina y el 1.6 DDiS turbo diésel (ambos de 120 CV) por dos mecánicas de gasolina con tecnología Boosterjet: un 1.0 tricilíndrico de 111 CV  y un 1.4 de 140 CV. Igualmente, estos motores podían asociarse a una tracción 4x2 o 4x4. 

Curiosamente, desde el año 2020 el motor tricilíndrico dejó de estar disponible, el 1.4 recibió una microhibridación (bajando su potencia a 129 CV) y actualmente se ha sumado un híbrido convencional de 116 CV.

 

ASÍ ES LA UNIDAD DE LA PRUEBA. 



La unidad que vamos a analizar equipa el motor de tres cilindros (que como hemos dicho dejó de estar disponible en el año 2020) tracción 4x2, y caja manual de 5 velocidades,  de modo que vamos a comprobar si la mecánica más modesta que el Vitara ha ofrecido es recomendable a la hora de buscar una unidad de segunda mano. 

Y en cuanto al equipamiento, corresponde al acabado GLE, o lo que es lo mismo, el nivel intermedio, que se posiciona por encima del básico GL y el tope de gama GLX. 


DISEÑO EXTERIOR.

 


Hablemos claro. El Vitara no tiene un diseño que por su originalidad enamore a primera vista, aunque gracias a ello tampoco se gana detractores. Hay que tener en cuenta que aunque este modelo pertenezca al restyling de media vida, las líneas maestras de su carrocería datan del año 2015. Por contra, Suzuki da la opción de personalizar bastante el coche jugando con los colores de la carrocería. Esta unidad concretamente ofrece un gris metalizado en contraste con los pilares y techo en color negro. 

Si bien el Vitara se urbanizó con esta generación para competir en el duro segmento de los B SUV (mide 4.175 mm de largo, 1.775 mm de ancho y 1.610 mm de alto) estéticamente ofrece líneas muy rectas; algo muy propio de los todoterreno, tratando de ganar músculo con líneas de tensión muy marcadas. Como ejemplos podemos citar el capó, sin apenas caída descendente, y que eleva sus laterales tras una línea de tensión que emerge a la altura de la parte interior del faro. Estas líneas también continúan en la zona media del paragolpes, separando su parte superior de la inferior, que se reserva para ubicar las luces antinieblas, y las luces diurnas que se rodean de un contorno cromado.

 

 


Esta filosofía de diseño continúa en la vista lateral, donde destaca una línea de cintura alta y, sobre todo, la línea ascendente que recorre la parte inferior de la puerta delantera, para después subir de forma paralela al paso de rueda posterior hasta llegar al portón trasero. De esta forma, se dota de más anchura a la zaga. El lateral se complementa con molduras de plástico inferiores y en los pasos de rueda, para ganar así un aspecto más off-road, y los cromados vuelven a aparecer en los tiradores de las puertas. 

 





Y por último, la zaga presenta un pequeño alerón sobre la luna, así como unas ópticas de tipo led de generoso tamaño. Tal vez, lo más original sea la curiosa disposición de las luces de marcha atrás y antiniebla, situados en posición central bajo el parachoques trasero, algo que también lo deja más expuesto a los típicos roces o golpes de aparcamiento. 

 




Las llantas son de 17 pulgadas y presentan un diseño clásico con cinco radios bastante gruesos, si bien visualmente tienen un aspecto que puede interpretar que se tratan de tapacubos de plástico, tal y como ocurren con las versiones Stepway del Dacia Sandero. 

 



ANÁLISIS DEL INTERIOR.

SALPICADERO Y CUADRO DE MANDOS.  




Si el diseño exterior del Vitara es discreto, el interior sigue la misma tónica, presentando un aspecto sobrio, pero a la vez muy ergonómico. No olvidemos que hablamos de un modelo que salió a la venta en el año 2015, y eso se nota en ciertos aspectos que veremos a continuación. Por su parte, excepto la parte superior que es de material mullido, el resto son plásticos duros, pero que curiosamente reflejan un buen aspecto y solidez en tu conjunto.

Nos da la bienvenida un volante multifunción forrado en cuero, totalmente redondo, y con un aro algo fino para los estándares que se llevan hoy en día. Las teclas para manejar tanto los controles de la radio, el control de crucero y los comandos del teléfono son fáciles de usar y tienen un buen tacto. 
 
 

 

El cuadro de instrumentación es analógico, de lectura sencilla, y cuenta con una pantalla LCD a color de 4,2 pulgadas que nos ofrece la información variada sobre el control de velocidad, el modo de conducción seleccionado, indicadores de potencia y par, medidor de fuerzas G, o cifras del consumo, por ejemplo, pero curiosamente no disponemos de velocímetro digital. 

Pero sobre todo, lo que más llama la atención es el guiño al pasado con la presencia de dos perillas que sirven para configurar los ajustes de la pantalla y resetear los valores de los trayectos realizados, sin duda alguna un elemento desfasado hoy en día al poder ser algo que se hace con unos mandos situados en el volante. 

 



En la parte central encontramos dos salidas de aireación circulares y otro guiño al pasado: un llamativo reloj analógico con grafías en... ¿japonés? Lo cierto es que resulta llamativo y original, pero tal vez hubiese sido más práctico destinar ese elemento también a una tercera salida de aireación.

Bajo las salidas de aireación encontramos la pantalla de infoentretenimiento, algo también poco habitual en los coches de hoy en día, donde la pantalla se sitúa por encima de las mencionadas salidas. Tiene un tamaño de 7 pulgadas  y es compatible con los protocolos Apple CarPlay, Android Auto y MirrorLink. El funcionamiento de esta pantalla puede catalogarse como correcto, no estando a la última en cuanto a gráficos, pero su interfaz es sencilla de manejar e intuitiva. 



 

Bajo la pantalla encontramos el botón del warning, las luces que nos indican si el airbag del pasajero está desconectado, y los mandos del sistema de climatización. ¡Botones físicos, siiii! Un climatizador que, simplemente, es como uno espera o desea; fácil de regular sin la necesidad de tener que apartar la vista de la carretera. 

 


 

Más abajo encontramos un práctico hueco para dejar el móvil o la cartera, ubicando una toma USB y para mi sorpresa, otro guiño al pasado; una toma de 12V ¡con mechero! 

Finalmente, entre los asientos encontramos la consola central presidido por los botones que controlan la calefacción de los asientos, la palanca del cambio, un freno de mano de tipo mecánico, un pequeño hueco para dejar unas llaves, dos portavasos (uno de ellos con un cenicero extraíble) y un práctico hueco bajo el apoyabrazos. 

 

 


Por último, frente al asiento del pasajero encontramos la guantera, que tiene un tamaño correcto para guardar la documentación. 

 

PUERTAS.

 


 

Al igual que ocurre con el salpicadero, las puertas están todas cubiertas de plástico duro, y solamente encontrarás algo de tela en la parte superior del asidero, que también tiene tapizado la zona destinada a apoyar el codo, aunque tiene un mullido duro.  En este asidero encontraremos los típicos botones para los elevalunas eléctricos, el botón de bloqueo de los elevalunas traseros, bloqueo de puertas, así como el mando para regular los espejos retrovisores. En el resto de puertas solamente están disponibles los mandos de sus correspondientes elevalunas.

Por su parte, el tirador tiene un diseño sencillo pero práctico, y presenta un falso cromado. En la parte inferior de la puerta encontramos un buen hueco para dejar botellas u otros objetos.

 

ASIENTOS DELANTEROS. 

 


 

Nos sentamos a los mandos del Vitara y lo primero que notamos es un asiento cómodo, con un mullido algo blandito (pero poco) y unos pétalos que recogen bien los lumbares. Igualmente, encontrar una buena postura de conducción es fácil gracias tanto a la regulación del respaldo como de la altura y longitud, así como la regulación del volante en altura y profundidad, aunque en este apartado hubiera deseado algo más de recorrido. 

Para quienes gusten ir con una postura elevada, el Vitara es un coche ideal, como buen B SUV que se aprecie, ya que incluso con el asiento situado en la regulación más baja posible, la postura de conducción sigue siendo alta. 

Quien vaya en el asiento del copiloto también gozará de la opción de poder regular la altura de su asiento, algo muy útil si algún día tenemos el honor de llevar a Pau Gasol y no queremos que su cabeza roce contra el techo. Igualmente, Pau tampoco tendrá muchos problemas con el espacio para sus piernas, el cual es más que correcto, aunque para ello tendrá que echar mano de la regulación longitudinal del asiento. 


ASIENTOS TRASEROS.

 


Acceder a las plazas traseras no conlleva ningún problema gracias al buen ángulo de apertura de la puerta y a que el techo queda a una buena altura al no tener apenas caída. 

Una vez sentado, y con el asiento del conductor situado en mi posición de conducción (mido 1,87 mts), el espacio para las piernas es correcto, por lo que dos personas viajarán cómodamente en estas plazas traseras. Igualmente, también contamos con anclajes Isofix para transportar dos sillitas. Igualmente, no existe sensación de agobio gracias al diseño de la ventana, la cual permite el paso de bastante luz.

Desgraciadamente, aquí acaba lo bueno de estas plazas. En primer lugar porque no tenemos desplazamiento longitudinal de la banqueta, ni tampoco del respaldo. La ventana de la puerta no baja en su totalidad. Tampoco disponemos de apoyabrazos central, ni de salidas de aireación, y tampoco de tomas USB.

¿Y cómo viajarían tres personas? Pues como suele ocurrir con los coches de este segmento, tres personas viajarán algo apretadas por la cota de anchura. Al menos, al no haber reposabrazos central, el viajero de la plaza central no sufrirá de un respaldo rígido. Eso sí, el cinturón para este pasajero es de anclaje en tres puntos, lo cual está muy bien en lo que a seguridad se refiere.


MALETERO (la infalible prueba de los perretes) 

 



Lo primero que llama la atención en el maletero del Vitara no es precisamente el maletero, sino el portón que da acceso al mismo. Y es que me sorprendió que fuese tan ligero; en serio, da la impresión de que no pesa nada, por lo que abrirlo y cerrarlo no cuesta nada de trabajo. 

Sin ser el mejor de su categoría,  el maletero del Vitara puede enmarcarse en la zona noble del segmento gracias a sus 375 litros de capacidad, el cual puede aumentarse abatiendo los asientos traseros en proporción 60/40 para alcanzar los 1120 litros. ¿Es suficiente para poder llevar mis dos perretes; uno de tamaño mediano y otro grande? Pues, si bien no van a ir tan holgados como en un Citroën Berlingo, los dos pueden viajar sin problemas, aunque irán con el espacio justo para hacerlo de forma cómoda. 

Para ganar algo de espacio, o bien crear un compartimento cerrado bajo el piso, el suelo del maletero puede colocarse a dos alturas, habiendo 10 centímetros de separación entre ambos. Si se coloca en su parte superior, el maletero forma una superficie continua con los respaldos posteriores abatidos, pero no completamente horizontal, sino en ligera pendiente.

 


 

A la hora de meter bultos la boca de carga queda en una posición algo elevada, aunque presenta formas regulares que facilitan el aprovechamiento del espacio.

Debajo del tapizado inferior del maletero hay un hueco donde está el kit de reparación de pinchazos y donde cabe, en caso de pedirla, una rueda de repuesto de emergencia, es decir, más pequeña que las del resto del coche. También es posible transportar una rueda del mismo tamaño que el resto, pero esto exige colocar la tabla divisoria en la posición más alta y, por tanto, perder espacio de carga.

 


Y aquí concluye el análisis exterior e interior del Suzuki Vitara. En la segunda parte de esta prueba analizaremos en profundidad el motor de esta unidad así como su comportamiento dinámico, para finalizar con una valoración total del vehículo y destacar tanto sus puntos fuertes como sus puntos débiles. 

Ir a la segunda parte

Comentarios

  1. Todo un mito de la categoría, que por suerte parece que ha sabido evolucionar y adaptarse a las demandas de los consumidores actuales. Comercialmente lo tiene muy difícil porque ahora mismo compite en el sector bastante poblado, pero parece una buena opción en el mercado de segunda mano, esta unidad en concreto esta impecable.

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    1. Lo cierto es que con esta generación el apellido Vitara ha perdido todo lo que llevaba implícito a capacidades off-road, pero como dices; o evolucionas o mueres (cosas peores estamos viendo con otros apellidos ilustres del motor) Igualmente, compite en uno de los sectores más reñidos del mercado, a parte de que Suzuki tampoco es un fabricante con mucha presencia en España, lo cual puede provocar que sea un desconocido para muchos potenciales clientes.

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