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PRUEBA: SUZUKI VITARA 1.0 GLE (2ª parte)

 


Tras haber analizado en la primera parte de esta prueba tanto el exterior como el interior del Suzuki Vitara, continúo con el análisis en profundidad de este B-SUV japonés. Ahora pasamos por la lupa tanto su motorización como su comportamiento dinámico, y acabaré con una valoración final sobre el modelo. 

 

ANÁLISIS DEL MOTOR.




Como ya mencioné en la primera parte de la prueba, esta unidad del Vitara monta el motor de menos potencia a conocido esta generación. Concretamente se trata del motor 1.0 de tres cilindros con turbo perteneciente a la conocida saga de motores "K" de Suzuki (todos completamente de aluminio) introducidos en el año 1994, y que desde entonces ha estado presente en muchos modelos de la marca japonesa con sus correspondientes evoluciones. 

Para el Vitara, este motor ofrece una potencia de 111 CV a 5500 rpm, con un par de 170 Nm que está disponible desde las 2000 hasta las 3500 rpm. Posee inyección directa y turbo, empleando así la conocida tecnología Boosterjet de Suzuki. 

Ahora bien... ¿Cómo le sentará al Vitara este pequeño motor? ¿Echaremos en falta algo más de potencia y cilindrada a la hora de afrontar un viaje? ¿Y cómo serán sus consumos? Esto es algo que vamos a ir desgranando en su prueba dinámica.

 

PRUEBA DINÁMICA.


ARRANCANDO...

 


 

Me pongo a los mandos del Vitara y busco mi postura de conducción. Regulo la altura del asiento a su posición más baja, y como buen SUV, noto que me queda una postura de conducción algo elevada para mi gusto. Regulo también el volante tanto en altura como en profundidad, y compruebo que si quiero tener el volante a la distancia correcta los pedales me quedan demasiado cerca, aunque al menos es en este caso es menos pronunciado que en el Suzuki SX4 ya que éste no disponía de volante regulable en profundidad. 

Regulo los espejos y observo que la visibilidad es bastante buena en todos los ángulos, lo cual otorga confianza y seguridad. Por último, y antes de arrancar, busco el cinturón de seguridad y veo que tiene regulación en altura, algo que inexplicablemente no existe en muchos coches actuales y que a mi juicio es algo indispensable para garantizar su correcto funcionamiento.

Al contrario de la versión superior GLX, el arranque de esta versión del Vitara es mediante llave convencional. Por cierto, y hablando de la llave, aquí nos encontramos con otro nuevo guiño al pasado por parte de Suzuki, ya que la llave ni siquiera es de tipo navaja, por lo que el paletón de la misma queda siempre expuesto. El último coche que vi con unas llaves semejantes fue mi añorado Fiat Punto del 99

 


 

Arrancado el motor, lo primero que me llama la atención es que apenas se aprecia que esté encendido; el silencio es sobresaliente y las vibraciones que se notan en el interior son muy leves. El pedal del embrague es súper blando y al insertar la primera velocidad compruebo que tiene un recorrido suave y preciso; algo largo en su recorrido para mi gusto, pero sin llegar a los niveles de un coche "made in Stellantis". 

 

CONDUCCIÓN URBANA. 

 


 

Los primeros kilómetros del Vitara los recorro por las calles de mi pueblo. Gracias a su tamaño contenido y su bajo peso, este SUV se nota como un coche ágil en el que es fácil callejear. Además, y al contrario de lo que me ocurría cuando probé el Citroën C3 Aircross con el motor 1.2 Puretech, este 1.0 de Suzuki se muestra como un motor mucho más fino y suave a velocidades muy bajas, por lo que no tienes esa necesidad de meter primera a menos de 20 km/h, tal y como ocurre con el modelo francés. 

En cuanto a la dirección, me pareció bastante comunicativa para los estándares actuales y precisa; al mínimo que gires el volante ya notas el giro. Es más, tengo la impresión de que existe algo de desmultiplicación entre el giro de las ruedas y el volante, girando las ruedas mucho en sus primeros 3/4 de vuelta para después hacerlo menos en el restante tramo hasta el final. 

La suspensión, por su parte, me ha gustado mucho. A la hora de afrontar los tediosos badenes o zonas en mal estado (pasé por una zona de obras que es una pesadilla) absorbe de forma excelente los impactos sin que ello afecte a la firmeza del conjunto, por lo que el balanceo de la carrocería es muy leve. 

¿Y cómo es a la hora de estacionar? Como he dicho anteriormente, el Vitara tiene unas medidas contenidas, por lo que estacionarlo en zonas angostas no resulta ningún problema. Eso sí, al menos en este acabado GLE, eché en falta unos buenos sensores de aparcamiento, aunque sí pude contar con una cámara de marcha atrás cuyas grafías eran correctas. Además, aunque tampoco había cámara de 360º, gracias a su buena visibilidad en todos sus ángulos resulta fácil tener controlado todo lo que hay alrededor del vehículo. 


CONDUCCIÓN EN CARRETERA Y AUTOVÍA.

 


Para probar el Vitara fuera el ámbito urbano, y aprovechando las festividad de Semana Santa, decidí que no había nada mejor que hacer una escapadita con la familia. Nuestro destino, Setenil de las Bodegas, un precioso pueblo de la sierra de Cádiz catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España.  En total sería un viaje de hora y media en el que la ida la haría por carretera nacional (con sus curvas y sus pendientes) y la vuelta la haría principalmente por autovía; de esta forma podría comprobar cómo se desenvuelve este SUV. 

Mencionar también, que el Vitara cuenta con versiones 4x4, pero al tratarse esta de una unidad con tracción 4X2, descarté hacer alguna prueba por terrenos fuera del asfalto; se entiende que quien opte por este sistema de tracción no circulará por este tipo de terrenos.

Tras recorrer los primeros kilómetros, los cuales transcurren por un tramo cuyo firme está en bastante mal estado, las impresiones que me habían dado el sistema de suspensión se confirman: está muy bien puesta a punto para aislar a los ocupantes y  para que la carrocería no se mueva excesivamente a la hora de una conducción normal, o incluso algo rápida. Es más, me atrevería a decir que, salvo en maniobras muy exigentes, sus reacciones son muy parecidas a las de un buen turismo. Tal y como dijo mi mujer durante el viaje (y eso que iba de acompañante) "da la impresión de que este coche está muy bien asentado a la carretera y transmite mucha seguridad". A ello también contribuye el tacto del cambio, que si bien es algo blando en sus engranajes, permite insertar cualquier marcha de forma rápida y efectiva, aunque como dije anteriormente, para mi gusto tiene un recorrido algo largo, pero admito que soy amante de los cambios cortos y algo duros en su inserción. Eso sí, creo que a la palanca no le vendría mal tener un pomo algo más grueso.

Igualmente, destaca la ausencia de ruidos provenientes de la suspensión o piezas de guarnecido al circular sobre carreteras en mal estado, lo que contribuye a dar la sensación de que el ajuste y calidad de realización son buenos.

 


 

Lo que no me gusta tanto es el tacto del acelerador, ya que tiene poco recorrido y le falta cierta progresividad. Parece que está diseñado para darlo "todo o nada", por lo que siento que falta feedback, por usar un término anglicano que tan moderno está ahora.  Al menos, es algo a lo que te acabas adaptando rápido. 

Afortunadamente esto no ocurre con el pedal del freno, el cual actúa nada mas pisarlo y con la progresividad que uno desea. Todo correcto en este apartado. 

Y vamos ahora con lo más interesante. ¿Cómo responde este motor fuera del ámbito urbano? Pues si bien es verdad que no es como para tirar cohetes, creo que no me equivoco si digo que el 1.0 de tres cilindros es un motor apto para la mayoría de conductores que simplemente quieran su Vitara para desplazarse de un punto a otro a velocidades legales dejando a un lado las prestaciones deportivas. De todas formas, cuando hay que pisar para hacer un adelantamiento, el motor responde bien a partir de las 2000 rpm y aguanta bien el nivel de aceleración hasta las 4500 rpm, por lo que tenemos un buen margen de revoluciones en los que el par disponible será el máximo, o casi el máximo.

Tras disfrutar de un agradable día en Setenil, tocaba hacer el regreso a casa, cambiando la ruta para poder probar el Vitara por autovía.

 


 

Al igual que ha ocurrido con su comportamiento urbano y en carretera, hacer tiradas largas por autovía o autopista no será ningún suplicio para sus ocupantes. Circulando a velocidad constante de 120 o 130 km/h el nivel de sonoridad en el interior no es para nada molesto, ya que el habitáculo está bien insonorizado, siendo el ruido aerodinámico el que sobresale un poco respecto al ruido de rodadura y el ruido del motor, y eso a pesar de que el Vitara con este motor tiene una caja de cambios de 5 relaciones, por lo que el motor gira a 3000 rpm. a 120 km/h. Sinceramente, pensaba que iba a echar de menos una sexta relación para circular por autovía, pero no fue así. 

En resumen. Puedes estar tranquilo si quieres hacer un viaje largo por autovía, a velocidades legales y con el aire acondicionado encendido sin tener que echar mano de una Biodramina o Paracetamol al final del mismo, ya que podrás tener una conversación con tu acompañante sin necesidad de elevar la voz, o escuchar música sin tener que subir el volumen de la radio en exceso.


CONSUMOS. 

 


 

Si hay algo que no me gusta de los motores tricilíndricos es que sus cifras de consumo pueden ser muy engañosas. Y es que es un mal endémico que sufren estos motores; buscan consumir lo menos posible en condiciones normales, pero en cuanto les exiges un poco estas cifras se van al garete. De modo que tenía ganas de comprobar si los consumos oficiales declarados por Suzuki para el Vitara distan o no de la realidad.

Evidentemente, los consumos reales han sido superiores a los declarados, los cuales podrás comprobar en la ficha técnica al final de este artículo. Durante los 200 kilómetros de nuestra escapada, en la que hemos alternado carretera (con una velocidad media entre 80 y 100 km/h, curvas y desniveles) y autovía (procurando circular a 120 km/h) el consumo total ha sido de 5,9 litros según el ordenador del vehículo. 

Posteriormente, hemos seguido usando el Vitara para el día a día, con una conducción mixta, y aquí el consumo subió hasta los 6,2 litros.  

En total, habiendo llenado un depósito y hasta que saltó la reserva, pudimos recorrer unos 700 kilómetros. Teniendo en cuenta que el Vitara cuenta con un depósito de 47 litros, y que en el depósito quedan entre 4 y 5 litros cuando salta la reserva, sale la media indicada de un consumo aproximado de 6 litros en unos recorridos que podrían desglosarse en un (75% carretera - 25% ciudad) 

Resumiendo, que el Vitara presenta unos consumos que están en la media para este tipo de motores, ni destacando por ser de los más eficientes, ni tampoco por ser de los que más consumen.

 

CONCLUSIONES. 

 


Suzuki nunca ha sido una marca que destaque por su número de ventas en el mercado español (tampoco tiene una gran red para ello) pero no porque haga malos productos, simplemente porque están orientados hacía los intereses de otros mercados. Por este motivo, quien en España compra un Suzuki sabe lo que quiere; un vehículo bien hecho, y punto; en donde las preferencias por el diseño o el empleo de materiales más agradables al tacto y a la vista quedan en un segundo plano. 

Y el Vitara es un buen ejemplo de ello. Un vehículo que no llama la atención por su diseño ni por su interior, pero que a la hora de conducirlo te da todo lo que esperas de un buen coche, con el añadido de que tendrás la impresión (y eso solo el tiempo lo corroborará, o no) de que tendrás vehículo para muchos años.

 

LO MEJOR. 👍

  • Comportamiento dinámico. 
  • Insonorización del interior.  
  • Ajuste de materiales.


LO PEOR. 👎

  • Ausencia de sensores de estacionamiento con el acabado GLE y tracción 4X2
  • Falta de equipamiento en las plazas traseras. 
  • Abundancia de plásticos duros en el salpicadero y puertas. 


 FICHA TÉCNICA.

  • Motor: Gasolina, 3 cilindros en línea
  • Código motor: K10C 
  • Cilindrada: 998 cm3
  • Situación: Delantero transversal
  • Válvulas: 12 (4 por cilindro)
  • Diámetro x Carrera: 73.0 x 79.5 mm
  • Relación de compresión: 10.0:1
  • Sobrealimentación: Turbo Intercooler
  • Potencia: 111 CV a 5500 rpm.
  • Par: 170 Nm de 2000 a 3500 rpm. 
  • Cambio: Manual, de 5 relaciones
  • Tracción: FWD
  • Peso: 1150 Kg. 
  • Depósito: 47 litros. 
  • Consumo combinado WLTP: 5,3 litros 
  • Consumo urbano WLTP: 6,2 litros  
  • Consumo extraurbano WLTP: 4,8 litros.

Comentarios

  1. Excelente y completísima reseña como siempre. No soy muy entusiasta de este tipo de carrocerías, ni de los tricilindricos pero parece un coche solvente y cómodo ideal para los desplazamientos y las necesidades de una familia.
    Un saludo.

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  2. ¡Muchas gracias, Xavi! Yo tampoco soy muy amigo ni de los SUVs, ni de los motores tricilíndricos, pero es lo que ahora mismo impera dentro del mercado de vehículos "terrenales". Para quienes busquen un vehículo con el mero fin de trasladarse de un sitio a otro, no están mal; estos motores responden bien (aunque tengo claro que sufren más cuando se les exige, por lo que no van a ser tan duraderos) y son confortables. Los que buscamos, además, sensaciones.... Mejor mirar para otro lado ;)

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