Desde que saltó a la luz es escándalo "dieselgate" por parte de Volkswagen tengo a mi mujer muy preocupada. No, no es que ella tenga acciones de la compañía, tampoco es fan de la marca, y ni siquiera tiene o ha tenido un Volkswagen. Es más, tampoco es una amante del mundo del automóvil, aunque siempre tengo que agradecerle los esfuerzos por comprender mi locura hacía todo lo relacionado con los coches. Sin embargo, como nos pasa a todos, tiene sus defectos, y el suyo es que es una incondicional de los motores diésel. Cuando me hizo tal dura confesión, ella admitió que a pesar de ser motores más ruidosos que los de gasolina, le encanta la entrega de potencia que tienen desde bajas vueltas (es decir, esa típica patada de fuerza común a estos motores) y, sobre todo, el menor consumo de combustible. Mis esfuerzos por sacarla del "lado oscuro"del motor siempre fueron en vano, por más que le explicara que la entrega de potencia un motor diésel era com