No es una estampa fuera de lo común en nuestras ciudades: coches de grandes dimensiones circulando por las saturadas calles de la ciudad transportando solamente a una, o dos personas como máximo. Esto supone un doble problema; se genera mayor densidad de tráfico al ocupar los vehículos más espacio, e igualmente son vehículos que por lo general emiten más CO2 al disponer de mecánicas más potentes. Esto es debido a que hay familias que no pueden permitirse el hecho de tener dos vehículos. ¿Cómo solucionar este problema entonces? Pues bien, a inicios de la década de los 90 se dio a conocer un curioso prototipo que trataba de ofrecer un nuevo concepto de vehículo familiar: el Plymouth Voyager III DOS COCHES EN UNO Lo más particular de este prototipo, resultaba ser que estaba configurado en dos partes: una cabina situada en la parte delantera, con espacio para tres ocupantes, y una segunda estructura más grande y elevada que aloja cinco asientos más. De esta forma, cuando vayamos a usar...