Hola, que tal. Perdona por no llamarte por tu nombre, ya que no lo sé, aunque ten por seguro de que si lo supiera lo remarcaría en esta carta con letras bien grandes y en negrita, para que todo el mundo se enterase. ¿Cómo va esa resaca? Espero que ya se haya pasado y comiences a ser consciente de que tu vergonzoso comportamiento se ha llevado dos vidas por delante. Pero tranquila, no todo es culpa tuya. Sólo eres una más de una gran multitud que esta puta sociedad que ha creado. Una más que todavía no ha aprendido a valorar que un vehículo puede convertirse en un arma mortal si no respetamos unas normas básicas, que la carretera es un micromundo en el que todos pasamos a estar conectados cuando circulamos por ellas, y que las acciones de unos, buenas o malas, repercuten en los demás. Un producto más de esta sociedad basada en luchar contra el aburrimiento y la vida monótona a base de una total ausencia de actividades vitales y productivas que te hubieran ap...