Tengo que admitir que he tenido bastantes dudas a la hora de escribir este artículo, ya que dentro de mi catálogo personal de fracasos de ventas en España, el Volvo C30 estaría en el límite fronterizo de lo que podemos considerar como fracaso. ¿Tal vez un coche de pocas ventas? Puede ser, pero no olvidemos que hablamos de Volvo, que tampoco es un fabricante que se caracterice por estar en los puestos nobles de las listas. Pero por otro lado, el C30 no cumplió con las expectativas comerciales de Volvo a nivel global. ¿Por qué incluirlo entonces? Pues porque creo que fue un modelo muy interesante, y máximo exponente de esa nueva era de Volvo bajo la batuta de Ford que la obligó a afrontar un cambio de estrategia: la visión del gigante americano exigía enormes economías de escala y, sobre todo, pretendía expandir todas las marcas adquiridas a segmentos inferiores. Para Volvo ello supuso una vuelta a la fabricación de vehículos compactos, donde ya estuvo presente con su peculiar y rev