Pongámonos en contexto...  Año 2006. El país entero se encuentra inmerso en un fenómeno social conocido como "Alonsomanía". Y no es para menos, porque el joven piloto asturiano ya se había proclamado campeón de Fórmula 1 en el año 2005, y posteriormente volvería a repetir en la siguiente temporada.  De modo que cuando se supo que Fernando Alonso daría una exhibición el 21 de mayo del año 2006 por las calles de Sevilla, os podéis imaginar la que se lió, con expectativas de que medio millón de personas acudirían al Road Show que se tenía preparado, aunque posteriormente, y según fuentes oficiales, acudieron unas 300.000 personas.  El espectáculo se llevó a cabo en la capital andaluza a petición de Renault, puesto que la marca celebrará próximamente en esta ciudad el 40.º aniversario de la apertura su fábrica de cajas de velocidades Finalmente, el recorrido establecido recorrería las inmediaciones del conocido Parque de María Luisa, con un total de aproximadamente 1,5 kil

La Fórmula 1 siempre ha sido considerada como la categoría reina del automovilismo, entre otros motivos, por las increíbles prestaciones de sus vehículos alcanzada gracias a la vanguardia tecnológica Muchos fabricantes, sobre todo los más emblemáticos dentro del mundo de los coches deportivos y prestacionales, han tratado de ofrecer en su catálogo algún modelo que no tenga nada que envidiar a un F-1. Sin embargo, siempre han sido coches de ensueño inalcanzables para casi todo el mundo.  Sin embargo, a finales del siglo pasado se desarrolló un proyecto que a punto estuvo de llegar a comercializar al gran público un coche con estética de F-1 y prestaciones de infarto cuyo nombre ya era de por sí una declaración de intenciones: TIGER. Su creador fue el destacado diseñador británico Chris Humberstone , cuyo primer diseño comercial fue el Mini Scorpion, creado en 1967 cuando solo tenía 21 años, y que también diseñó coches de carreras para Benetton, Force F1 y Brun Technics. Sin embargo, s