Podría desearos a todos un feliz año 2015. Sin embargo, prefiero recordar que los años no son felices o infelices; sólo son años. Durante el mismo, el destino, nuestras propias decisiones, o las decisiones de otros podrán acariciarnos suavemente las mejillas o darnos una tremenda patada en el trasero. Pero eso no es nada siempre y cuando no olvidéis que es lo que realmente necesitáis para ser felices, porque eso nadie os lo podrá quitar. Mientras seamos conscientes de ello, jamás seremos infelices. Así que solo os desearé un próspero año nuevo y que, si esta noche os vais de fiesta, tened mucha precaución al volante, y no lleguéis a casa muy tarde.