Todos sabemos que hoy en día circular por la ciudad con tu coche se ha convertido en una tarea de titanes: doble o triple fila, estacionamientos en zonas prohibidas, o reservadas para minusválidos, ocupación de vados, zonas de descargas, coches encima de la acera, ocupar más sitio del señalado... Evidentemente, si solemos hacer estas malas conducta de una forma habitual seremos sancionados con una multa, lo cual nos enfadará al máximo al tener que pagar. Y esto es precisamente lo que más me indigna, que las multas tengan más un efecto castigo que un efecto reeducador. Tal vez, si fueran diferentes y dijeran las cosas a la cara, tocarían más en el orgullo del mal conductor (si es que lo tiene)