Sí hay algo que me encantan son los clichés o tópicos que usamos para definir cómo son la gente que pueblan en una Comunidad Autónoma u otra. Me encantan porque siempre he sido de los que piensan que cuando el río suena, agua lleva, pero sobre todo porque siempre hay excepciones que confirman la regla. Como andaluz que soy, se supone que debo llevar en los genes la juerga, el cachondeo, y el flamenco. Sin embargo, no suelo cumplir con estos estándares. Es más, mi mujer dice que soy demasiado serio para ser andaluz. Ahora bien, eso no quita que no me guste reír, pero sobre todo, también ofrecer la posibilidad de hacer reír a los demás si tengo la ocasión. Porque la sonrisa es el más barato regalo que podemos ofrecer y que mejores consecuencias tiene para quién lo recibe.