Nadie puede negar hoy en día que vivimos en un mundo en el que las fronteras que diferencian y distinguen a las distintas culturas y tradiciones se derrumbaron hace tiempo. Hoy en día no tienes que viajar para aprender a bailar tango, por ejemplo, y si quieres preparar un plato típico de tierras lejanas podrás encontrar los ingredientes necesarios en el supermercado de la esquina. Sin embargo, la cultura también está abierta a evolución y fusión. Por eso no es extraño ver grupos de música que fusionan rock y flamenco, o música clásica y heavy metal. A veces, estas fusiones pueden resultar bastante vomitivas, pero en otras son un regalo para nuestros sentidos. Con los coches ocurre lo mismo. Tradicionalmente siempre se ha asociado a un país una forma de entender el vehículo que lo diferencia del resto; es su cultura automovilística, por así decirlo, que siempre ha llevado que intrínsecamente asociemos unas marcas o fabricantes con unos valores determinados. Por eso...