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PORSCHE 914. ¿EL PORSCHE QUE NUNCA DEBIO EXISTIR?


 Dicen que para tener éxito en un proyecto primero hay que fracasar decenas de veces. Porsche es una marca de éxitos, y lo ha conseguido por méritos propios, ¿quién diría no a un Posche? Sin embargo, no todo lo que ha fabricado Porsche es meritorio de su fama, y el 914 es una buena prueba de ello.

En toda buena familia siempre existe una oveja negra; alguien que siempre va a contracorriente de aquello que está bien visto o reconocido por los miembros del clan. Normalmente, esa oveja negra suele romper con la tradición familiar,  y su figura suele asociarse como un error de fabricación, por así decirlo; un Kiko Rivera o Pocholo que puede dar al traste con la perfecta imagen y reputación de la que goza nuestro linaje

Un fabricante de automóviles es eso; una familia, y los modelos que nacen de sus entrañas los miembros que la componen. Como es fácil de imaginar, cuanto más reputación y reconocimiento tenga esa familia, más importante es que sus miembros sean dignos de la misma, y sus ovejas negras más castigadas. ¿Pero podemos decir que ocurre lo mismo dentro de una marca tan emblemática como Porsche?

Muchos fieles y seguidores de la marca no dudarán en galardonar con este mérito a la generación 996 del 911. Vale, es cierto que méritos para ello no le faltan, como su sistema de refrigeración por agua que tantos quebraderos de cabeza originó a sus propietarios, o el dudoso diseño de sus faros que eliminaron de un plumazo una de las señas de identidad de la saga 911. Sin embargo, yo quiero ir más allá de los meros aspectos técnicos y dejar a un margen el éxito del producto; quiero mirar todos los coches que forman parte de la historia de Porsche y decir "éste es el que menos Porsche parece de todos".  Busco el terrón de azúcar escondida dentro de la bolsa de sal, y creo que el Porsche 914 es ese terrón.

UN MATRIMONIO BIEN AVENIDO


Que Volkswagen y Porsche son dos fabricantes que a lo largo de su existencia han ido agarrados de la mano como una linda pareja de enamorados no es un secreto, tanto, que bien es sabido por todos que el fundador de la marca de Stuttagart fue el padre del popular Escarabajo, de modo que no es de extrañar que ambas marcas fuesen las responsables de la creación del Porsche 914. Pero entremos en detalles. 

Nos encontramos en los últimos años de la década de los 60, y no se puede decir que fueran malos tiempos para ambas marcas. Volkswagen vendía bien sus productos, mientras que Porsche acababa de presentar al mundo un vehículo que se convertiría en su particular novena sinfonía: el 911. Sin embargo, tanto un fabricante como otro buscaban la posibilidad de ofrecer un deportivo de precio más asequible, aunque por motivos diferentes: Para Porsche, el de poder llegar un mayor público de carácter generalista, y para Volkswagen la de tener un coche que sustituyese al anticuado Karmann Ghia. 

UN DISEÑO INÉDITO PARA AMBOS FABRICANTES


Hoy en día a nadie le extraña que dos fabricantes desarrollen o trabajen conjuntamente en la fabricación de un coche, y más en esta época de constantes sinergías con las que se pretende reducir costes y aumentar los beneficios. Como fruto de estas alianzas hemos visto nacer coches diferentes que en realidad no son tan diferentes como parecen. Ahí tenemos ejemplos como el Toyota GT-86 y el Subaru BRZ, el FIAT 500 y el Ford Ka, el Renault Twingo y el Smart FourFour, o por citar un modelo de similares características que nuestro protagonista, el último Mazda MX-5 y el FIAT 124 Spider. 

Estos vehículos pueden ser catalogados o considerados como "hermanos de sangre", por así decirlo, pero todos presentan diferencias que los distinguen de su homónimo, es decir, que todos tienen su sello de marca. Ahora bien, el caso del Porsche 914 es bien diferente, ya que la idea era la de comercializar un único modelo bajo la nomenclatura de ambas marcas. ¿Cómo llegar, pues, a un acuerdo sobre el diseño del msimo; debería seguir las directrices de Vokswagen, debería tener el sello visual de Porsche, o debería ser una mezcla de ambos?

Pues la decisión que al final se tomó fue muy tajante: su diseño debía parecerse en absoluto a lo visto hasta entonces en las dos marcas. Llevar a cabo tal importante responsabilidad recayó sobre los hombros de Ferdinand Peich, sobrino de Ferry Porsche y que por entonces era responsable de investigación y desarrollo de Porsche. Y lo cierto es que, guste más o menos, el objetivo se cumplió con creces, ya que el 914 ni se parecía, ni recordaba a lo visto hasta el momento en el seno de ambos fabricantes.

DOS OBJETIVOS... DOS MOTORES


Una vez confirmado que el diseño sería algo totalmente inódito para no perjudicar a ambos, era más complicado aplicar la misma solución en el aspecto mecánico. En este sentido, los intereses de Volkswagen y Porsche sí que estaban bastante alejados, ya que Volkswagen quería que su coche fuese un deportivo para el pueblo, mientras que Porsche no estaba dispuesta a perder prestigio equipando un motor que no tuviese la suficiente potencia. 

Al contrario que con el diseño, en este aspecto se optó por satisfacer a ambas marcas equipando al 914 con dos motorizaciones disponibles. El de menor potencia se conocería como 914-4, y equiparía un motor Volkswagen 4 cilindros con 1.700 c.c y 85 CV de potencia, lo que le haría alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h y una aceleración de 0-100 km/h en 13 segundos. Por su parte, el segundo motor sería más ambicioso se conocería como 914-6, tratándose de un 6 cilindros de origen Porsche con 2.000 c.c y 110 CV, lo que le permitía superar los 200 km/h de velocidad máxima y acelerar de 0 a 100 km/ en algo menos de 10 segundos. 

Con estos dos motores disponibles, el que finalmente se llamaría "Volkswagen-Porsche 914" se convertía en el coche deportivo para el pueblo a la vez que venía a cumplir las necesidades de mercado de sus credores. Sin embargo, un hecho repentino e inesperado dio un giro de 180 grados a los acontecimientos, lo que marcaría el futuro de este ambicioso proyecto conjunto. 

LA ALIANZA SE ROMPE, PORSCHE SE QUEDA SOLO


Todo parecía ir sobre ruedas. El primer prototipo del 914 fue presentado el 1 de marzo de 1968 y al proyecto le quedaba poco para su completa finalización. Por desgracia, el 12 de abril de ese mismo año falleció el presidente de Volkswagen, Heinz Nordhoff, y su sucesor en el cargo, Kurt Lotz tenía unas ideas bien diferentes a las de su predecesor, no estando de acuerdo con la línea de colaboración junto a Porsche, de modo que este acuerdo se deshizo. Al parecer, según Lotz Volkswagen tenía todos los derechos sobre el 914 y ningún incentivo para compartir el trozo del pastel con Porsche, ya que ésta quedaba ajena en los que a gastos de fabricación se refiere. 



Además, la idea inicial que ambas marcas tenían era la de vender el 914-4 bajo la nomenclatura VW-Porsche 914, y el 914-6 como Porsche 914. Sin embargo, Porsche solicitó a Volkswagen que en el mercado norteamericano el 914-4 se vendiera también como Porsche, ya que de lo contrario su volumen de ventas podría verse afectado, y esto tampoco gustó al nuevo mandatario de Volkswagen. 

La consecuencia inmediata que tuvo esta decisión fue una subida más que importante en el precio definitivo del 914, debido a que los bastidores eran de origen Volkswagen, la cual encareció notablemente el precio por sus bastidores. ¿Y económicamente cómo se tradujo esta decisión para los posibles compradores? Pues que el modelo 914-6 llegó a costar un poco menos que el 911 más asequible, y duplicando su precio respecto al 914-4.

VIDA COMERCIAL Y FINAL DEL 914



Como era previsible, cuando el Porsche 914 inició su comercialización, las unidades del 914-6 que se vendieron eran irrisorias. No ocurrió así con el 914-4, del cual se llegaron a vender más de 118.000 unidades por todo el mundo. Sin embargo, a pesar de este volumen de ventas, el 914 no ayudó mucho a la reputación de Porsche. Se le tachó de coche lento, ruidoso y con problemas como que el motor trasero no estubise bien cubierto, por lo que en días de tormenta se formaba una gran nube de vapor en la zaga. Y para más inri, en algunos mercados se vió superado en todos los aspectos por un duro competidor, el Datsun 240Z, un modelo más barato y potente. 

Con este historial, en el año 1976 Porsche decidió dar carpetazo final al 914, apostando fuertemente y centrando sus objetivos en el 911, y parece ser que no le ha ido nada mal.... 

GALERÍA FOTOGRÁFICA 








Comentarios

  1. A mí siempre me pareció un coche interesante, un deportivo de motor central, económico y divertido de conducir. Quizás su precio algo alto, lo penalizó un poco, pero la oveja negra actualmente se está convirtiendo en toda una oveja consagrada y apreciada, viendo sus precios de segunda mano...

    Saludos!

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    Respuestas
    1. Su rareza será lo que lo convierta en un objeto único y deseado. Para mí es el Porsche que menos Porsche pueda considerarse, y tal vez eso es lo que lo hace especial.

      Un saludo ;)

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  2. Me gusta el concepto de auto; es targa, tiene faros pop up, motor central, el interior es el tipicamente austero de la marca.
    Las llantas algo feuchas pero con unas Fuchs negras se puede redondear el conjunto.
    La puerta de acceso al fascinante mundo de los Porsche clasicos, pero está algo estigmatizado porque muchos elitistas de la marca lo rechazan por ser una joint venture con los hermanos pobres de wolfsburgo.

    un saludo.

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    Respuestas
    1. No sé si por la época a quienes compraban este coche se les veía como quienes "quieren un Porsche y no pueden, pobrecillos" o "eso no es un verdadero Porsche" Pero vamos, que seguro que a mí no me hubiera importado.

      Un saludo ;)

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