Junto con las distracciones, así como la presencia de alcohol y/o drogas, el exceso de velocidad es uno de los mayores factores que están detrás de un accidente de tráfico. Por eso, si eres de los que te gusta pisar el acelerador, tal vez te venga bien conocer qué tipo de consecuencias puedes sufrir si tienes un accidente dependiendo de la velocidad a la que circulas.
Como bien sabes, a lo largo de varias décadas muchas han sido las campañas de la DGT encaminadas a recordarnos los peligros de los excesos de velocidad en la carretera. Dichas campañas han sido de lo más variopintas, teniendo más o menos dramatismo, e incluso algunas han alcanzado tan impacto que no han estado exentas de polémica. Sin embargo, lo malo de estas campañas es que sus efectos no suelen calar a largo plazo en la mayoría de los conductores, y cuando dejan de emitirse nos olvidamos de ellas y volvemos a pisar el acelerador más de lo debido.
Después tenemos las pruebas de EuroNCAP y sus famosas estrellas que se
otorgan según el nivel de protección que un vehículo ofrece a sus
pasajeros. Pero paradójicamente, como el nivel de seguridad de los coches ha aumentado considerablemente en poco tiempo, estas estrellas ya no son tan fáciles de conseguir como antes, de modo que un coche antiguo puede ser menos seguro que otro más moderno a pesar de tener más estrellas.
Y aquí estoy, proponiéndome suplantar a la DGT y a la EuroNCAP, ya que trataré de explicarte las consecuencias que acarrean el tener un accidente de tráfico en función de la velocidad a la que se produzca. Pero para que éste no sea un artículo pesado de leer, y con el objetivo también de que tampoco lo olvides a corto plazo, trateré de hacerlo de la forma más sencilla, amena, e incluso divertida posible.
ACCIDENTE ENTRE 0 y 20 Km/h
Sales de tu coche soltando tacos y acordándote de todo el árbol genealógico de la persona que te ha golpeado. Sales de tu coche y lo primero que haces es comprobar el alcance de los desperfectos, rezando que no sea nada y no haga falta dar parte al seguro. Tras dicha comprobación, si tu coche y el del otro conductor no tienen nada os marcháis con el susto en el cuerpo, pero si no es así comienza una discusión en la que acabáis rellenando el parte de accidente amistoso porque no queréis líos con la Policía.
ACCIDENTE ENTRE 20 y 40 km/h
Tras unos segundos de aturdimiento sales de tu coche y te autoexaminas para comrprobar si tienes alguna herida o golpe. Después miras tu coche y te llevas las manos a la cabeza mientras miras los desperfectos. Si la culpa ha sido tuya te arrepientes de no haber contratado el dichoso seguro a todo riesgo, y en el caso de haberlo hecho te acuerdas de la maldita franquicia.
Finalmente llega una patrulla de la Policía Local (en contadas ocasiones también la Ambulancia) y acabáis rellenando el parte de accidente.
ACCIDENTE ENTRE 40 y 60 km/h
En el mejor de los casos sales de tu coche bastante aturdido y con algunos cortes provocados por la rotura de cristales. Te sientas en un bordillo mientras que los testigos te atienden y llaman a una Ambulancia... Peor suerte ha tenido el otro conductor, ya que tiene algunos huesos rotos y altas probabilidades de tener problemas cervicales durante una larga etapa de su vida.
ACCIDENTE ENTRE 60 y 80 km/h
Acabas de sufrir múltiples fracturas en zonas como costillas, brazos y piernas, y puedes considerarte afortunado si no te has dado un golpe en la cabeza que te haya producido algún traumatismo. Nadie te quitará de pasar una larga temporadita en el hospital mientras piensas que ojalá no te despidan del curro por estar tanto tiempo de baja, aunque tal vez lo peor es que tengas alguna secuela física de por vida.
ACCIDENTE ENTRE 80 y 100 km/h
Grandes posibilidades de irte directamente al otro barrio o de que se precise UVI móvil y reanimación cardiopulmonar.
Si sales de una como ésta todo tu ateísmo se viene abajo por completo y
comienzas a ir a misa los domingos, colaborar con Cáritas, decorar tu
coche con pegatinas de imágenes religiosas y marcar la X en la casilla
en favor de la Iglesia cuando haces la declaración de la Renta.
ACCIDENTE ENTRE 100 y 120 km/h
Salvo milagro, o en el caso de que te apellides Ortega Cano, sentirás una gran paz interior mientras flotas en dirección a un largo túnel con una luz al fondo en la que te está esperando San Pedro rodeado de querubines.
ACCIDENTE ENTRE 120 y 150 km/h
Muerto, pero al menos te irás al otro barrio con la seguridad de que tu accidente saldrá en las noticias de la tarde
y quién sabe, puede que tu caso sirva para despertar la conciencia de
alguien que siempre corre más de la cuenta para que la próxima vez sea
más prudente en la carretera. A lo mejor tu muerte ha salvado una vida.
ACCIDENTE ENTRE 150 y 180 km/h
Muerto, sales en las noticias de la tarde, de la noche, de la
mañana del día siguiente y también te conviertes en viral a título póstumo en
internet. Además, las fotos de tu accidente sirve a los más sádicos como pregunta de concurso para averiguar qué coche eras el que
conducías.
ACCIDENTE ENTRE 180 y 200 km/h
Muerto y más que muerto. Al menos, lo que queda de
tu cuerpo es donado a las distintas universidades que llevan a cabo
estudios para descubrir en qué región del cerebro nace la
estupidez humana.
ACCIDENTE ENTRE 200 y 250 km/h
Súper muerto, y
para colmo decenas de operarios de mantenimiento de carreteras tienen
que trabajar a destajo para limpiar el asfalto no sólo de restos de tu
coche, sino lo que es peor, los restos de tus órganos y extremidades que se han exparcido por toda la carretera.
ACCIDENTE A MÁS DE 250 km/h
Muerto para esta vida y para tus tres próximas reencarnaciones.
No quedan de ti ni las células madre, por lo que tu familia llorará a una tumba
vacía. Al menos, servirás como ejemplo a todos los amantes del motor que
defienden que todos aquellos que quieran comprarse un súper deportivo
tienen que aprobar previamente un duro examen psicológico, otro
psicotécnico y otro de madurez intelectual.
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