Hoy en día resulta casi imposible ir de un lugar a otro sin tener que sobrepasar algún tipo de resalto ubicado sobre la calzada. ¿Pero qué tipos de resaltos existen? ¿Pueden provocar daños en tu vehículo? ¿Y cuál es la mejor forma para rebasarlos?
TIPOS DE RESALTOS
- Neumáticos: sobre todo con aquellos resaltos de tipo lomo de asno, pueden sufrir deformaciones o presentar tanto bultos como cortes en los flancos y/o banda de rodadura. Igualmente, si cruzamos estos badenes sin reducir la velocidad se puede dañar el equilibrado de los neumáticos, lo que provocará un desgastes irregular de los mismos. Además, si éstos se encuentran en mal estado pueden producir un reventón.
- Suspensiones y amortiguadores: cruzar resaltos demasiado rápidos provoca holguras en diversos componentes del coche, como los cojinetes de los brazos de suspensión y los silentblocks. Un coche con una suspensión en mal estado puede hacer que pierdas el control ante un frenazo fuerte o una maniobra brusca fruto de una esquiva. Los amortiguadores de un coche pueden durar - en promedio, depende del peso del coche y su uso - unos 60.000 kilómetros en buen estado. Si vives en una ciudad llena de badenes, y no los pasas a una velocidad adecuada, podrían durarte la mitad.
- Interior: el salpicadero puede desarrollar crujidos, al igual que otros paneles de plástico del interior del coche. Tendrás una sensación de "coche viejo" antes de lo que crees.
¿CÓMO SE DEBE CRUZAR UN RESALTO?
Una vez repasados los daños más importantes que un resalto puede ocasionar a nuestro vehículo, toca hacer la pregunta de rigor ¿De qué forma debo cruzar entonces un resalto para evitar o minimizar al máximo su impacto sobre mi coche?
La respuesta rápida y sencilla es simple: hacerlo despacio. Pero como aquí no nos conformamos con lo fácil, voy a darte una serie de pautas y recomendaciones a seguir que debes tener siempre en cuenta.
- Si es posible, evita los resaltos: este consejo solamente te servirá para aquellos trayectos que conoces, como los del camino de ida o regreso a lugares habituales. Si para llegar a tu destino tienes dos o más itinerarios, escoge siempre alguno de estas opciones:
- El que tenga menos resaltos, aunque sea más largo.
- A igualdad de resaltos, el que tenga aquellos que sean menos pronunciados.
- Aquel que tenga los resaltos menos pronunciados, aunque sean uno o dos más que el otro itinerario.
- Anticípate a la llegada del resalto: evita tomar el resalto mientras frenas tu vehículo, ya que estarás ejerciendo más carga sobre las suspensiones y amortiguadores. Lo ideal es frenar anticipadamente y abordar el resalto a la velocidad adecuada sin pisar el freno.
- Salida del resalto: hazlo también de forma suave. No des un acelerón brusco cuando estés encima.
- No tomes el resalto en punto muerto, ni con el embrague pisado, ni cambies de marcha mientras estés cruzándolo.
- Si es posible, crúzalo con un poco de diagonal siempre y cuando no te salgas de tu carril, evidentemente. Esto no afectará a la compresión de los amortiguadores, pero sí de tus riñones, ya que notarás que el paso del mismo es bastante más suave.
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