Unión Soviética. La 2ª Guerra Mundial ha quedado atrás y toca la complicada labor de reconstruir el país. Los soldados supervivientes de la gran guerra celebran que han podido volver a casa, pero también muchos de ellos lo hacen con serias discapacidades a causa de las lesiones sufridas en el campo de batalla, y ni siquiera podían disfrutar de una silla de ruedas para poder desplazarse.
En 1952, la planta de construcción de automóviles Serpukhov (SMZ) comenzó la producción de ciclocars especiales para personas discapacitadas. Estos vehículos fueron bautizados popularmente con el término “Invalidka” (vehículos para personas discapacitadas)
Sus dos vehículos más comunes fueron el S-3A y el S-3D, los cuales se distribuyeron en la URSS gratis, o con un gran descuento a través del sistema de bienestar social de la Unión Soviética. Jamás se vendieron (al menos oficialmente) a personas sin discapacidad. ¿Pero cómo eran estos vehículos?
El S-3A se fabricó entre 1958 y 1970. Estaba propulsado por un motor monocilíndrico de dos tiempos de 346 cc, que generaba 10 CV y una velocidad máxima de 55 km/h.
Por su parte, la creación del modelo S-3D, comenzó a principios de la década de 1960 y en 1967 se preparó para la producción. El primer coche salió de la línea de producción en julio de 1970 y los últimos 300 coches en 1997. Durante estos 27 años de existencia, se fabricaron un total de 223.051 unidades.
El S-3D era un ciclocar de cuatro ruedas y dos asientos, de 2,6 metros de largo, pero bastante pesado (unos 500 kg) debido a la carrocería de acero. Estaba propulsado por un motor de dos tiempos refrigerado por aire cuya potencia rondaba los 18 CV.
Los “invalidka” se repartían a discapacitados por departamentos sociales por un periodo de 5 años de explotación. A los dos años y medio el usufructuario podía reparar el automóvil de forma gratuita, y una vez finalizados los 5 años, debía devolverlo al departamento social. Posteriormente, el interesado podía obtener otro vehículo nuevo, aunque algunos de sus arrendatarios discapacitados lograron registrarlos como propiedad privada.
Para poder hacer uso de los “invalidka” un conductor tenía que tener una licencia de conducir de categoría A. Para ello, el departamento social ayudó también a las personas discapacitadas a aprender a conducir y obtener una licencia de conducir.
Como podemos comprobar, estos vehículos fueron un compromiso fallido entre el microcoche y el automóvil convencional, debido a sus malas características aerodinámicas, ruido, peso y consumo de combustible. Pero también aportaban muchas ventajas: debido al gran espacio acristalado, el vehículo tenía una buena vista desde el asiento del conductor, Además, el vehículo era fácil de conducir y tenía un gran espacio alrededor del asiento del conductor, lo que resultaba cómodo para las personas discapacitadas.
Hoy en día estos vehículos resultan complicados de encontrar, por lo que se están convirtiendo en deseados objetos de colección.
Articulo fascinante!
ResponderEliminarA veces me pregunto de donde encentras estos temas que siempre consiguen sorprenderme y a la par instruirme, ...jeje es broma ¡nunca reveles tus fuentes al menos eso decían en periodismo, no?
Un saludo.
¡Ja, ja, ja! Creo que tampoco hace falta que te desvele mis fuentes. Muchas gracias, compañero, ya sabes que para mí es todo un honor que alguien de tu sabiduría automovilística aprenda cosas nuevas gracias a mis artículos. Ojalá podamos seguir diciendo durante muchos años que seguimos aprendiendo el uno del otro, aunque en este aspecto creo que sigo estando bastante en deuda contigo ;)
EliminarSaludos.