RÖHR TATZELWURM, IMAGINANDO AL COCHE DEL FUTURO EN LOS AÑOS 30.


 


A lo largo de la historia del automóvil siempre hemos visto creaciones y propuestas que trataban de romper con los estándares de diseño dominantes, haciendo propuestas originales o transgresoras para la época. Hoy viajamos nada más y nada menos que 90 años al pasado, para conocer una extraña creación realizada por un joven estudiante.



BREVE HISTORIA DE RÖHR. 

 

Alemania, época de entreguerras. Tras su derrota en la I Guerra Mundial, el país lucha por recuperarse económicamente, siendo muchas las empresas que se crean o se reinventan. Una de estas nuevas empresas fue Rörh, un fabricante de automóviles (conocido oficialmente como Rör Auto AG) fundado por el genio de la ingeniería Hans Gustav Röhr junto con el inversor Hugo Greffenius en 1926. Hans fue hábil piloto y sirvió en las fuerzas armadas alemanas como piloto de combate durante la Primera Guerra Mundial antes de dedicarse al diseño de motores. Después de la guerra, cuando se prohibió la fabricación de aviones alemanes, cambió su enfoque al diseño de automóviles.
 
Su primer automóvil fue el Röhr 8, un vehículo avanzado para la época con suspensión delantera y trasera independientes y un motor de ocho cilindros en línea en la parte delantera. Le siguió el Röhr 8 Type R y luego el Röhr 8 Type RA.

Se vendieron miles de automóviles Röhr hasta que la Gran Depresión se extendió por Europa y gran parte del mundo. El dinero para comprar nuevos coches se agotó y Röhr no pudo continuar con su producción, declarándose en bancarrota. 


 
Röhr Junior (1934)
Röhr Junior (1934)

 
Sin embargo, este no sería el final para la empresa, la cual fue revivida por nuevos inversores en 1931 y rebautizada como Neue Röhr AG. Se reinició la producción de automóviles y se desarrolló un nuevo modelo sobre la plataforma pequeña y económica del Tatra 75, el Rörh Junior.


ASÍ ES EL RÖHR TATZELWURM.




 
Dentro de la compañía Rörh, un prometedor aprendiz y estudiante de ingeniería mecánica llamado Karl-Wilhem Ostwald, adquirió el chasis de un Rörh Junior y se atrevió a construir su propio automóvil que bautizó como Röhr Tatzelwurm.

Llamado así por la criatura mítica con cabeza de gato y cuerpo de serpiente. El diseño creado por Ostwald destacaba por su aerodinámica avanzada; según los estándares de mediados de la década de 1930, este automóvil debía parecer una espacial de vuelo bajo en comparación con los otros automóviles en la carretera en la época.

Ostwald diseñó su automóvil como un fastback largo e inclinado, con una parte delantera inusual que cubría completamente las ruedas y los faros dentro de una sección de capó completamente carenada. Esto suponía una gran novedad, ya que la gran mayoría de los automóviles en producción en ese momento tenían faros expuestos, una sección central de cubierta/capó del motor y guardabarros separados, que se curvaban hacia arriba sobre las ruedas delanteras. 
 


 
 
Pero su capó no era de sección única, ya que como los coches de entonces se dividía en dos secciones, uno a cada lado, que se pueden abrir individualmente para acceder al compartimento del motor. Mientras, en el lateral se mantenía la gran puerta de apertura suicida del Rörh Junior, y el pilar C queda totalmente cubierto. Destaca también la escasa altura del techo, dejando una superficie acristalada bastante escasa, y dándole un estilo muy hot road americano gracias también a su línea de cintura alta, aunque esto es algo que ya podía contemplarse en el Junior. 
 
 


 

Por último, en el interior encontrábamos cuatro asientos individuales, siendo los dos delanteros regulables longitudinalmente, mientras que la capota de tela se podía deslizar de forma sencilla para disfrutar más de los días soleados. 
 
 
 

 

Desgraciadamente no he llegado a averiguar si la intención de Ostwald fue la de llevar su creación a producción, o simplemente creó este automóvil como un desafío personal, pero está claro que fue la única unidad que se construyó. Sea como fuere, Ostwald y su familia conservaron el automóvil durante casi 40 años, antes de que lo comprara un coleccionista.



Comentarios

  1. Interesante historia de un desconocido fabricante, al menos para mi.
    El Dragon de los Alpes da miedito, afortunadamente este Rohr parece más dócil.
    De nuevo gracias por el descubrimiento!

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    1. Sería interesante saber qué pensarían en aquella época ante semejante creación...

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