LMX SIREX, EL DEPORTIVO ITALIANO CON ORIGEN FRANCÉS Y MOTOR FORD.




LMX Automobile S.R.L., acrónimo de "Linea Moderna Executive", fue una marca de coches fundada por Michel Liprandi y Giovanni Mandelli en 1968.

Los artífices de la empresa eran dos semi desconocidos en el mundo del automóvil, pero Michel Liprandi, francés de nacimiento, aunque no era conocido para el gran público, era un profesional y auténtica autoridad en la producción de fibra de vidrio.

Con su empresa Limaplas había participado en varios proyectos de importantes fabricantes de automóviles, pero a finales de la década de los 60 ambos socios quisieron dar un paso adelante con su empresa con el objetivo de llegar a fabricar su propio automóvil. Fue así como Limaplas acabó convirtiéndose en LMX Automobile, tomando como logotipo una modificación de la serpiente de Sforza, o conocido como Biscione (símbolo heráldico de Milán) que muchas empresas milanesas utilizan, pero con su parte inferior similar al de un caballo de mar.
 
 
 

 


Para la fabricación de su primer vehículo, y como no podía ser de otra manera, se optó por la fibra de vidrio (con puertas de acero) cuyo estilo se atribuyó a Franco Scaglione, que seguro te suena bastante, mientras que el chasis fue obra del propio Michel Liprandi. 

Pero claro, también había que buscar un motor y otros componentes en los que estos dos socios no eran expertos. El LMX Sirex estaba equipado de serie con un motor originario del Ford Taunus MGS fabricado en Alemania. Concretamente se trataba de un V6 con 2 válvulas por cilindro, y 2296 c.c con turbocompresor  que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 210 Km/h gracias a sus 200 CV de potencia. No obstante, la idea es que  los clientes pudiesen elegir un motor diferente si así lo deseaban. 

 


 

Por su parte, la suspensión procedía del Ford Zodiac. Tenía tracción trasera y una transmisión manual de 4 velocidades. Tanto el tren delantero como el trasero calzaban ruedas de 185/14. Los frenos delanteros y traseros estaban ventilados y el peso total del conjunto era de 950 Kg. 


En el interior, el coche era un estricto biplaza y estaba repleto de indicadores e interruptores, ofreciendo además opciones como el aire acondicionado y, más tarde, un reproductor de radiocasetes. 

 


 

El modelo hizo su debut en el Salón del Automóvil de Turín de 1968, aunque, tal vez, y como un presagio de lo que estaba por venir, los socios detrás de esta nueva marca no podían permitirse un stand, por lo que el LMX Sirex tuvo que exhibirse  fuera de los pabellones de exposición. No obstante, la respuesta al prototipo fue en general positiva y se llegó a un acuerdo con Carrozzeria Eurostyle de Turín para actuar como subcontratista de fabricación.

Sin embargo, como suele ocurrir con los coches de este tipo, hubo algunos problemas. El principal de ellos fue que el respaldo prometido nunca se materializó. No ayudó que Ford se negara a apoyar plenamente el proyecto, y las ventas fueron, en el mejor de los casos, lentas. Tampoco ayudó que las publicaciones de prensa fueron contradictorios, ya que por un lado se elogiaba el estilo del coche, pero no ocurría así cuando hablaban de su conducción. 

 




 

Los intentos de vender el modelo más lejos, con el Sirex exhibido en el Salón de París de 1969, entre otros eventos, fracasaron estrepitosamente y las relaciones con Carrozzeria Eurostyle, que tenía problemas de liquidez, comenzaron a desmoronarse. Aun así, la fabricación del LMX duró hasta 1973, año en el que los dos socios dejaron el negocio, fabricando un total de 50 coches. 

Sin embargo, aquí no acabó la producción del Sirex, ya que el consorcio piamontés Samas di Charlie Fratelli fabricó  otros 20 vehículos durante un año más. Estos se vendieron bajo el nombre de Sirex LMS, y entre ellos se encontraba un atractivo descapotable que ya se mostró por primera vez de forma incompleta en 1968. 

 


Comentarios

  1. Toda una belleza, me recuerda a un Mustang en pequeño.
    Como siempre gracias por descubrirnos estas joyitas que si bien no han dejado impronta en la automoción siempre merecen ser recordadas por el esfuerzo de estas pequeñas empresas en su lucha contra gigantes de la industria.
    Un saudo!

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