Dentro de la historia del automóvil tenemos modelos que se han convertido en verdaderos iconos de movilidad en ciertos países, y en España tenemos un buen ejemplo de ello con el SEAT 600.
Pero en este caso vamos a cruzar el Océano Atlántico para centrarnos dentro de las fronteras de la bella Argentina. Allí, a principios de los años 60, un pequeño y peculiar automóvil se convirtió en una pieza importante en la ayuda a la motorización del país. Pero curiosamente, para adentrarnos en el origen de este vehículo no hacía falta salir de Europa...
NACIMIENTO EN ALEMANIA
Nobert Stevenson |
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, la asolada Alemania trataba de salir de nuevo adelante revitalizando su industria. Como ya hemos visto en otros artículos, la idea de crear coches pequeños, básicos, y de precio asequible se antojaba muy tentadora para potenciar la motorización del país germánico.
Y aquí nos topamos con Norbert Stevenson, un periodista independiente con estudios básicos de ingeniería, quien diseñó un coche de tres ruedas, con dos ruedas delante y una trasera y un pequeño motor detrás. Peter Stein, editor del Rhein-Zeitung, financió los primeros trabajos del proyecto.
Sin embargo, las condiciones económicas de la época lo hicieron inviable y el proyecto se abortó. Stevenson se dirigió entonces a Karl Schmitt, un acaudalado ingeniero, que aportó la financiación necesaria para hacer realidad el proyecto.
Con el respaldo de Schmitt, nació la compañía Fuldamobil, e instalaron una línea de producción en su fábrica Elecktromaschinenbau Fulda GmbH (de ahí su nombre) La primera unidad, bautizada con el nombre Fuldamobil S6, salió al mercado en febrero de 1951. Desde entonces, el Fuldamobil fue sometido a varios cambios y actualizaciones, hasta que en el año 1957 se produjo el modelo "S7", cuya carrocería estaba fabricada en fibra de vidrio, y presentando también una mayor cota de medidas en altura y longitud respecto a sus predecesores.
Sin embargo, aunque las ventas del Fuldamobil eran constantes, pero no cuantiosas, desde el año 1955 la compañía tuvo que lidiar con un competidor al que no pudo hacer frente y que acabó por llevarla a la ruina: hablamos del BMW Isetta. Pero aunque los números de producción eran relativamente pequeños, la visión de esta empresa le permitió entregar un importante número de licencias para que el S7 pudiese circular por varios continentes, a diferencia de otros micro coches que se limitaron exclusivamente a circular por su país de origen y/o vecinos.
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD EN ARGENTINA.
Gracias a esta decisión de otorgar licencias, el Fuldamobil S7 encontró su particular paraíso al "otro lado del charco", como se suele decir en España, siendo muy particular su relevancia en Argentina.
Todo de debió a la Fábrica de Automotores Utilitarios SAIC y F de la ciudad de Buenos Aires, quien se encargaba de la fabricación del chasis y la carrocería, mientras que los motores Sachs LDR 200 que equipaban al S7 eran directamente importados desde Alemania a través de la empresa Televel, que en realidad era la propietaria de la Fábrica de Automotores Utilitarios. Una vez ensamblado todo el conjunto se puso a producción bajo el nombre Fuldamobil Bambi.
Su presentación oficial en Argentina fue organizada por la Asociación de Automovilistas de Rosario en un estadio de fútbol. Allí, el Bambi giró durante 92 horas alrededor del estadio, completando 6413 vueltas y recorriendo un total de 3206 kilómetros.
Finalmente, la producción en Argentina comenzó el 12 de mayo de 1960, y a partir de 1963, en Argentina, el Bambi comenzó a producirse solo por
encargo, hasta que dejó de construirse definitivamente en el año 1966. Pero el Fuldmobil no se limitó exclusivamente al mercado argentino en Latinoamérica, sino que también traspasó la frontera hacía Chile, donde fue conocido con el nombre de Fuldamobil Nobel.
¿Y CÓMO ERA EL FULDAMOBIL BAMBI?
Como he mencionado anteriormente, el Fuldamobil se trataba de un vehículo pequeño, ligero y espartano cuyo objetivo era el de facilitar el acceso a la movilidad. Medía solamente 3,2 metros de longitud y 1,4 metros de anchura, con capacidad para transportar a dos o tres personas, por lo que podemos afirmar que se trataba más de una motocicleta carrozada que un automóvil en sí.
Estaba equipado con un motor Sachs de 192 c.c producido por Televel, que se ubicaba en la parte posterior de la carrocería. Este pequeño motor aportaba una potencia de 10 CV, lo que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 80 km/h, llegando a tener un consumo aproximado de 4 litros cada 100 kilómetros gracias a tener un peso liviano que se conseguía por su carrocería fabricada en fibra de vidrio y su chasis de acero tubular.
Este motor estaba asociado a un cambio de marchas de cuatro relaciones que tenía la curiosidad de que, para poder dar marcha atrás, había que invertir la corriente. Es decir, tenías que apagar el motor y accionarlo nuevamente girando la llave en el otro sentido; esto le daba la peculiaridad de que también teníamos cuatro marchas para ir marcha atrás.
Los frenos sólo ejercían presión sobre las ruedas delanteras, en cambio las ruedas traseras soportaban el freno de estacionamiento. Además el tren trasero tenía las dos ruedas juntas, con lo que se ahorraba en tener un diferencial trasero, aligerando con ello el peso del vehículo.
Al interior se accedía a través de unas amplias puertas que apertura tipo suicida. Dentro, podíamos encontrar bolsillos grandes en el interior de dichas puertas, lo cual era posible gracias a que sus ventanillas eran de tipo corredizo. Por su parte, el parabrisas, las ventanillas de las puertas y las ventanillas traseras eran de vidrios de seguridad, en cambio la luneta trasera era de plexiglas.
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