En la historia del automovilismo, la década de 1950 fue una época dorada para los preparadores deportivos independientes. Mientras que hoy en día los grandes números dominan la industria, hace medio siglo aún era común encontrar pequeños fabricantes que, apoyándose en las piezas de gigantes como Renault o FIAT (como fue el caso de Alpine y Abarth, respectivamente), daban vida a modelos especializados.
Y hoy vamos a repasar una iniciativa particularmente ambiciosa procedente de Francia: el Mismaque Squal.
EL SOLITARIO SUEÑO DE GUY MISMAQUE.
Guy Mismaque era un joven ingeniero francés que, después de haber trabajado inicialmente en Bugatti, decidió fundar su propia marca de automóviles en 1955, fecha en la que todavía no había terminado sus estudios de ingeniería, ni realizado el servicio militar.
Su propósito fue la de crear un automóvil deportivo que cumpliese con las siguientes premisas: ser pequeño, ligero, construido con chasis tubular y carrocería de fibra de vidrio, y propulsado por un motor que no fuera necesariamente costoso.
Este planteamiento estaba muy en línea con el trabajo de pequeños fabricantes británicos como Colin Chapman. Sin embargo, a diferencia de otras iniciativas exitosas que se apoyaron en grandes marcas (como Rédélé con Renault), el proyecto de Mismaque carecía de una financiación solvente o contactos serios en la industria automotriz, siendo una iniciativa totalmente individual.
ASÍ SE HIZO EL MISMAQUE SQUAL.
A Guy Mismaque le llevó tres a años la construcción del prototipo de su coupé deportivo, al que bautizó con el nombre de Squal (tiburón en francés) para hacer referencia la forma fluida y aerodinámica de su carrocería, siendo considerado hoy en día como uno de los diseños independientes más interesantes de toda la historia del automovilismo galo.
Para llevar a cabo este diseño, Mismaque depositó su confianza en su amigo Paul Guitton, un diseñador de Brissonneau et Lotz (una empresa que más tarde ensamblaría el Renault Floride/Caravelle) y para 1958, el proyecto ya contaba con planos elaborados y una maqueta a escala 1:10 del que sería el Coupe Sport Mismaque.
El diseño se hizo cada vez más compacto y ligero, con líneas aerodinámicas afinadas más por intuición que por túnel de viento. Estéticamente, el coche destacaba por unas aletas traseras inspiradas en los icónicos Alfa Romeo BAT de Franco Scaglione.
En cuanto al apartado mecánico, debido a la falta de financiación y recursos, Mismaque tuvo que recurrir al popular Citroën 2CV como base mecánica para su creación. De ahí que, para muchos, este vehículo represente unas de las variaciones más extrañas y originales de este popular modelo.
Así, en el año 1959, el Mismaque Squal ya contaba con diseño completo y motor, transmisión, dirección, frenos y suspensión del 2CV 425. Ahora solamente quedaba dar vida al diseño, y para ello, Mismaque contactó con el especialista en fibra de vidrio Jean-Pierre Gouiran. Sin embargo, los problemas financieros aparecieron ero los problemas financieros reaparecieron, impidiendo a Mismaque pagarle el trabajo. De modo que, ni corto ni perezoso, Gouiran se quedó con el cuerpo de la carrocería.
Pero a pesar de estos reveses, Mismaque logró finalizar independientemente la primera unidad en 1960, presentándose en el Salón del Automóvil de París de ese mismo año. La materialización del proyecto reveló un dato sorprendente: Mismaque había diseñado un coche tan ligero que, mientras esperaba que pesara unos 350 kg en la báscula, finalmente marcó tan solo 306 kg. Gracias a ser un verdadero peso pluma, el Squal resultaba ser un vehículo con nervio a pesar de la escasa potencia de su motor 2CV.
El siguiente paso era el conseguir que algún gran fabricante se interesase por este proyecto para poder llevarlo a producción. Se tuvieron así contactos con Simca, pero la marca no mostró interés alguno en el mismo centrando su atención en el inminente lanzamiento del SIMCA 1000.
Con esto, las posibilidades de producción en serie del Mismaque Squal se desvanecieron por completo, ya que tampoco hubo ningún fabricante interesado en asumir su producción.
¿CUÁNTAS UNIDADES SE FABRICARON?
Hoy en día, los datos sobre el número exacto de unidades ensambladas son confusos, aunque la mayoría de las fuentes apuntan a un total de cuatro. Lo que sí sabemos es que se completaron nueve chasis y se ensamblaron al menos tres coches.
Entre los supervivientes conocidos se encuentran:
- Una unidad con mecánica Simca, ensamblada en 1961 junto al mecánico Germain Lambert. Esta es quizás la unidad más conocida, por su color azul francés con franja blanca, y reside en el sur de Francia.
- Un coche basado en el tren motriz del 2CV que sobrevivió con su carrocería original, aunque fue muy modificado y "estropeado" por su dueño.
- El Chasis 9C, cuya carrocería se perdió, pero el chasis y motor sí que se conservó. Todo esto fue utilizado para una nueva reconstrucción hace poco años, usando los archivos originales de Guy Mismaque. El resultado fue una unidad pintada de naranja intenso, el color original del Citroën DS de 1959 (¿un guiño al apodo "tiburón"?) Finalmente, esta unidad fue vendida en mayo de 2022 a un coleccionista en la ciudad de Nueva York y se exhibe en una Galería de Arte en Manhattan. Su historia sirve como un recordatorio de cómo la pasión y el ingenio individual pueden dar forma a creaciones automovilísticas inolvidables, incluso cuando los grandes financieros dan la espalda.
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