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LA PROHIBICIÓN DE AZAFATAS EN LA FÓRMULA 1. ¿POR QUÉ ES UNA DECISIÓN ERRÓNEA?


Como bien sabes la Fórmula 1, el gran circo de la competición automovilística, ha dedicido suprimir a las azafatas en sus grandes premios. Personalmente creo que se trata de un gran error, y aquí expongo los motivos por lo que lo creo. 

Sinceramente, hace ya mucho tiempo que dejé de seguir la Fórmula 1. Me parece que desde hace bastantes años ha perdido la emoción, y actualmente lo considero más un espectáculo en el que el dinero manda, que una verdadera competición automovilística. Con cariño recuerdo aquellos años en los que este deporte me emocionaba, y entre mis recuerdos están esos adelantemientos imposibles, los accidentes espectaculares, o las lágrimas por la muerte de un piloto, entre otros muchos momentos. Y sí, también recuerdo esos instantes antes de las carreras en los que el paddock se inundaba de mecánicos, ingenieros, comisarios de pista y, por supuesto, las azafatas.

He leído bastantes noticias y declaraciones de gente implicada en la F-1 que piensan que con esta medida se ayudará a fomentar la presencia femenina dentro del gran circo. Pues que quieres que te diga, pienso que creer que el mundo de la F-1 es solo para hombres porque existen azafatas es toda una flatulencia intelectual. El fomentar la participación femenina en puestos más activos dentro de una escudería, como pueden ser mecánicos, ingenieros y, como no, pilotos, no pasa por erradicar la figura de la azafata. Es más, pongo mi mano en el fuego y defiendo que casi ninguna azafata que haya trabajado en un Gran Premio ha puesto sus miras en tener un futuro dentro de la F-1. 


Fomentar la igualdad no debe pasar por la erradicación. ¿Por qué demonios tenemos que ver a la figura de una azafata como algo machista y sexista? Por ahí no van los tiros, no señor. Lo que hay que combatir de verdad es la sexualización de la figura, no la figura en sí, porque todo se puede sexualizar: ¿Acaso nos suena a chino la figura de la colegiala sexy, o la secretaria de oficina? ¿O quién no ha visto alguna vez sexualizada la figura del bombero, el policia, o incluso el repartidor del butano? Pues nada, eliminemos a las secretarias, los bomberos, los policias y los repartidores de butano.

Por eso, creo que la solución no pasa por eliminar a las azafatas, sino en transformar su imagen, es más, incluso en naturalizarla alejándola de los clichés sexistas. ¿Necesariamente una azafata tiene que ser una chica joven de metro ochenta y medidas perfectas? No, a mi me gustaría ver todo tipo de azafatas; altas, bajas, delgadas, gordas, jóvenes, mayores... y si verdaderamente pedimos igualdad, pues fomentar también la presencia de personal masculino. 


Además, laboralmente se le hace un flaco favor a todas estas chicas que buscan una salida laboral dentro del ámbito de la representación y la imagen, las cuales, de seguir así, lo van a tener bastante crudo para ejercer trabajos fuera del ámbito de la moda. Como si no tuviéramos ya sufienciente con esos puestos de trabajo que se han extinguido (y se extinguirán) a causa de la automatización y el avance tecnológico. 

Vale, ahora puedes intentar tirar mis argumentos defendiendo que la existencia de tales puestos es totalmente irrelevante e innecesario. Que al margen de la figura sexualizada, se ejercen funciones meramente testimoniales que equiparan a quien lo ejerce con una simple figura u objeto. ¿Y quiénes somos para discutir el nivel de dignidad de un trabajo? Por esa regla de tres, eliminemos a los operarios de limpieza de las calles porque no es digno limpiar la mierda que soltamos por culpa de nuestra falta de urbanidad, ¿no? 

¿Cómo calificamos si un trabajo es digno, o indigno? Pues qué quieres que te diga... Yo creo que todo trabajo es digno; más indigno me parece estar en paro y sentirte un puñetero inútil porque ninguna empresa requiere de tus servicios. Y lo digo por experiencia; en mis años mozos tuve la ocasión de sacarme un dinerillo mientras estudiaba haciendo algún que otro trabajo esporádico relacionado con el mundo de la imagen, y también he sufrido en mis carnes el hecho de llevar un año sin trabajar. Está claro en qué situación me he sentido como alguien indigno, ¿no?

¿Y por qué hablo de todo esto? Pues porque me duele que el mundo de la competición automovilística se vea como un mundo machista, la verdad. Y en este sentido, creo que Moto GP ha sido valiente en no dar su brazo a torcer hacía estas tendencias feministas que ven la mano negra del heteropatricarcado machirulo falocéntrico opresor por todos lados. 


Pero ojo Moto GP, la pelota está ahora en tu tejado y creo que deberías jugar muy bien tu turno. Tienes una oportunidad de oro para lograr alejar la figura de las azafatas de carreras de la visión sexista que actualmente se tiene, y si consigues demostrar que la labor de las azafatas no tiene porqué ser sinónimo de tia buena con poca ropa que lo único que sabe es posar con enormes tacones durante horas y horas mientras esboza una risa forzada, habrás dado una buena lección, y muchas azafatas te lo agradecerán. 

Comentarios

  1. Es un tema delicado con el que hay que hablar con pies de plomo. Prohibir no es la solución a nada, o a casi nada. Se tiene que educar a que la mujer no es un objeto, y hasta que se consiga una conciencia global, fomentar la paridad. Yo como hombre no me importaria trabajar de azafato sosteniendo un cartel, vería a mis pilotos y demás celebridades de cerca, así como los coches...y encima cobraría. Otra cosa es que alguien me derrame champán por encima o me toque el culo, entonces ahí se estaría menoscabando mi dignidad.

    ¡En peores cosas he trabajado! Saludos.

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  2. James Hunt se debe estar revolviendo en su tumba...

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