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¿ESTÁN LOS UTILITARIOS DEPORTIVOS CONDENADOS A SU DESAPARICIÓN?

 
Tal como va evolucionando el mercado y viendo el futuro que nos espera, todo parece indicar que a los pequeños utilitarios de corte deportivo tienen los días contados. ¿Pero hay alguna solución para poder evitar que esto ocurra?



Llevo uno días realmente preocupado. A raíz de la publicación de un vídeo en el canal de YouTube "PowerArt" (el cual os recomiendo encarecidamente seguir si no lo estáis haciendo ya) en el que vaticinan el inminente fin de los vehículos deportivos del segmento B, no paro de darle vueltas a la cabeza sobre si realmente puede existir una solución a este problema, o sencillamente será un hecho inevitable a corto plazo.
Os dejo a continuación el vídeo por si os apetece verlo. No tiene desperdicio. 



¿CUÁLES SON LAS CAUSAS QUE PUEDEN LLEVAR A LA DESPARICIÓN DE LOS DEPORTIVOS DEL SEGMENTO B?

LA CULTURA POR EL AUTOMÓVIL HA CAMBIADO



Hace décadas el coche era un bien muchísimo más preciado que ahora; éramos como la criatura Gollum atontados con nuestro tesoro. Buena prueba de ello lo constituyen los anuncios de aquella época donde constantemente se remitía a la velocidad, la sensación de libertad, y la pasión para vender el producto. Hoy en día pocos anuncios pueden presumir de ello. Todo ha sido sustituido por los avances en sistemas de seguridad, los bajos consumos, o los sistemas tecnológicos que nos “invitan” a pensar que nuestro coche lo hará todo por nosotros.

Desconozco si será a causa de que cada vez me hago más viejo o porque siempre he sido una persona bastante tecnófoba, pero cuando veo esos coches cargados de sistemas de infoentretenimiento, conexión a internet, sistemas que aparcan o frenan por ti, o asientos que te dan un masaje mientras conduces, cada vez tengo más impresión de estar viendo cualquier cosa menos un coche. En serio, no se tú, pero si a mi me pones un asiento con masaje y conexión a internet, en vez de conducir lo que más me apetece es tomarme una cerveza mientras navego por la red con mis posaderas bien acomodadas. Y no hablemos ya de esos anuncios cuyo epicentro no es el propio coche, sino los sistemas de infoentretenimiento con los que están equipados que aseguran a su conductor que no sufrirá un ataque de ansiedad por tener que estar desconectado del mundo virtual debido a que tiene que soportar el incordio de conducir para trasladarse.

De modo que, si comparamos la publicidad de hace décadas con la actual, vemos como existe una eminente pérdida del sentimiento pasional a la hora de vender un automóvil, enfocándolo más como un complemento fiel a las tendencias tecnológicas y medioambientales que son las principal preocupación de la joven generación actual, que como un producto de "deseo". Y es que hemos pasado de una generación que veía al automóvil como el principal producto a conseguir, a una generación que prefiere destinar el dinero equivalente a tener lo último en tecnología móvil, moda o permitirse algún que otro viaje.

LA PROGRESIVA REDUCCIÓN DE EMISIONES 




Debido a la preocupación por el avanzado crecimiento de emisiones contaminantes producidos por el parque automovilístico desde finales de los años 80, la Unión Europea creó e implementó la norma Euro, con la cual los vehículos nuevos debían cumplir con las exigencias que limitaban los gases potencialmente peligrosos para la salud como los son el óxido de nitrógeno, el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, entre otros, que son cada vez más severos.

A partir del año 1992 entró en vigor la primera norma Euro 1, y fue así como cada 4 años aproximadamente han ido entrado en vigencia nuevas normas que implementaban nuevos  requisitos que debían cumplir los vehículos; de esta forma su evolución ha exigido ser más rigurosa en las normas Euro 2, Euro 3, Euro 4, Euro 5 y la más reciente Euro 6, la cual ya ha pasado por varias revisiones.

Precisamente, la última revisión ha entrado en vigor este mismo año (conocida como Euro 6d) Se trata de una medida aún más restrictiva a las ya existentes, la más exigente de todas las creadas en Europa hasta el momento, y que impone que todos los modelos nuevos deberán tener un límite de emisiones aún menor. Pero las medidas de la Unión Europea a favor de una movilidad eco no terminan aquí. Si bien este año la norma Euro 6d solo afecta a los modelos nuevos, para el 2021 todos los vehículos que se quieran matricular deberán cumplir la regulación.

La entrada en vigor de esta legislación no afecta a los usuarios que ya tengan un vehículo, en realidad los más afectados son los fabricantes. Son ellos quienes deben adaptar sus productos a estas nuevas restricciones, y si sobrepasan esos límites podrían hacer frente a fuertes sanciones económicas. Por eso, las marcas necesitan de manera urgente y decidida rebajar su cifra media de emisiones y hacia allí están dirigidos sus esfuerzos actuales.

COMPAREMOS CÓMO HAN EVOLUCIONADO ESTOS COCHES



Tenemos entonces dos factores importantes que han influido en la evolución del automóvil: el tipo de demanda por un lado, y los objetivos implantados a los fabricantes, por otro. El resultado de esta dicotomía ya la conoces, y los máximos perjudicados en este apartado están siendo los vehículos deportivos. Sin embargo, el coche deportivo sigue existiendo, y algunos fabricantes mantienen en su catálogo versiones deportivas, familiares, o incluso SUVs de modelos terrenales cuyas potencias pueden equipararse en algunos casos con las que tienen los superdeportivos con los que todos soñábamos hace 30 años.

Y es que esta ha sido la gran tendencia en los automóviles prestacionales. Debido al progresivo incremento de tamaño de los mismos (en los que un segmento B de hoy en día tiene prácticamente la misma longitud que un segmento C de hace dos décadas) y la mayor carga tecnológica tanto en seguridad como equipamiento, el peso de estos coches ha ido incrementándose, por lo que la potencias de los mismos también debían hacerlo para no perder prestaciones. Para poder hacernos una idea vamos a ver tres ejemplos.


Como puede observarse en dicha tabla, a pesar de que el peso de estos modelos haya ido incrementándose las prestaciones de los mismos también han ido mejorando, en algunos casos incluso considerablemente. Empero, todo incremento de potencia lleva acarreado un aumento de los niveles de emisiones contaminantes, cosa que puede apaliarse con los diferentes sistemas de reducción de emisiones, y una prueba de ello es la progresiva introducción de los odiados FAP en los motores de gasolina.

El problema es que con la nueva normativa Euro 6d, todo indica a que hemos llegado a un límite de emisiones que los tradicionales métodos de reducción ya no pueden solventar, de modo que algunos fabricantes como Renault o Peugeot hayan decidido que no habrá versiones deportivas de sus estrenados Clio y 208, o que Opel haya anunciado que el futuro Corsa más prestacional será eléctrico. 

Lo que quiero decir es que hay que asumir sí o sí que los coches deportivos no serán como nos tienen acostumbrados, y eso hay que admitirlo. Ahora bien, ¿esto significa que los deportivos de motor de combustión tienen los días contados? ¿No hay ningún tipo de solución que pueda alargar la vida de los tradicionales utilitarios deportivos? Todo parece indicar que no... ¿O tal vez sí? Pues ese es el reto que me he propuesto, y estas son las soluciones que propondría.

NO TODO ES POTENCIA. LA ABSURDA GUERRA DE LAS PRESTACIONES



Imaginemos la conversación típica de un bar entre dos amigos, y uno de ellos acaba de comprarse un deportivo ¿Qué dato del coche crees que es el primero que dirá? Exacto, su potencia, y en este aspecto mola mucho más decir eso de "tiene 300 CV" que decir "tiene 200 CV". Después, vendrá lo típico de "acelera de 0 a 100 en X segundos, y alcanza 250 km/h de velocidad punta porque está limitado electrónicamente". Y salvo que sean unos quemadillos del motor, elementos como el peso o la agilidad quedarán en un segundo plano para pasar al equipamiento.

Sinceramente, todavía me resulta extraño que el comprador normal de un coche, alguien que lo ve meramente como un medio de transporte, esté ya acostumbrado a que se le hablen de cifras para un coche del día a día que ronda entre los 120 y los 180 CV. Gran culpa de este hecho ha sido el constante crecimiento en el tamaño de los vehículos y el cada vez mayor equipamiento de los mismos, lo que se ha traducido en un incremento de los pesos (no olvidemos que la anterior generación del Opel Astra medía más de 4,40 metros de longitud y pesaba sobre 1.500 kg)

Pero paradójicamente, todo esto ha ido ocurriendo época en donde la conducción deportiva está tachada de conducta criminal. ¿Resultado? Pues que puedes ir a la cárcel si te atreves apurar la tercera marcha en tu estrenado Fiesta ST, o propiciar que el motor de tu León Cupra, más que ser un motor que le haga honor al nombre del coche se convierta en un gato gordo casero que apenas se mueve salvo para ir a comer porque no puedes pasar de 120 km/h, a no ser que constantemente estés infringiendo las normas o que alquiles un circuito.

SOLUCIÓN... ¿VOLVER A LA FILOSOFÍA ORIGINAL?


Y ahora te estarás preguntando... ¿A dónde quiere llegar este tío con todo el rollo que acaba de soltar? 

Pues te responderé también con una pregunta. ¿De verdad crees es necesario que un utilitario del segmento B tiene que tener sobre 200 CV para que sea divertido de conducir? Yo, sinceramente, creo que no. Es más, creo que si los esfuerzos de los fabricantes se concentrasen en reducir el peso de los coches sería suficiente que la potencia de los mismos rondase los 150 CV, cosa que perfectamente se puede hacer con un motor de pequeña cilindrada.

Evidentemente, no estoy diciendo que los actuales utilitarios deportivos deban tener el peso de sus abuelos de hace 30 años, eso es una quimera, tanto por tamaño como por equipamiento, pero si se lograse que el peso de los mismos no superase los 1100 kg creo que andaríamos por buenas cifras (7,3 kg/CV)

¿Pero es esto posible? Bueno, a día de hoy existe un coche en el mercado que es buen ejemplo de ello. Me refiero al Suzuki Swift Sport, un vehículo cuyo peso en vacío es algo inferior a los 1000 kg y tiene una potencia de 140 CV, siendo además un vehículo muy dotado en cuanto equipamiento. Es cierto que el Swift tiene una longitud inferior a los vehículos que hoy en día pueden considerarse como del segmento B, ya que mide 3,89 mts de largo, pero si lo comparamos con un Fiesta ST, por ejemplo, con sus 4,06 mts, son 17 centímetros de diferencia, mientras que la diferencia de peso entre ambos ronda los 300 kg y la diferencia entre emisiones de CO2 es 23 gr/km menor en el Suzuki.


Evidentemente, la diferencia de tamaño no justifica por sí solo la diferencia de peso entre ambos modelos, ya que el Fiesta es un vehículo superior tecnológicamente y está más equipado que el Swift. ¿Significa eso que el Fiesta es un coche divertido y el Swift aburrido? Pues si ves pruebas realizadas por distintos medios de comunicación todos tachan al Suzuki como un coche divertido, con un precio contenido, y que además gasta poco. 

También es verdad que si a todos esos periodistas les das a elegir todos elegirían el Fiesta ST. Pero está claro que adoptar mecánicas híbridas será la asignatura de obligatorio cumplimiento para estos vehículos si quieren seguir respetando el límite de emisiones fijado. Sin embargo mientras que el Swift Sport está a punto de adoptar una mecánica híbrida (que por otra parte habrá que ver si afectará a sus prestaciones) esta solución se antoja más complicada en coches más pesados de por sí, aunque no imposible, y ahí tenemos el ejemplo del Volkswagen Golf GTE, por citar un coche aunque sea de un segmento diferente.



Resumiendo, que me estoy enrollando bastante. Creo que si algunos fabricantes se centrasen en volver un poco a la esencia de los antiguos compactos deportivos; ligereza y una potencia que no tiene por qué ser desmesurada, tal vez se pueda alargar la existencia de estos vehículos hasta que llegue el día de la total electrificación.

Comentarios

  1. Me parece muy interesante tu reflexión. Yo creo que siguen existiendo bastantes jóvenes apasionados del motor, pero más que la preocupación por el medio ambiente u otras prioridades que también las hay, está por encima de todo la precariedad laboral. Y si hay cierta salud económica, tampoco optan por coches pequeños deportivos, sino por SUVs. Y honestamente, no todos, pero jóvenes que se ven como ciertos modelos picantes del segmento, lo hacen prácticamente endeudándose y sin pensar las cosas fríamente. ¿Un coche deportivo antes que independizarse o lo que sea? Como apasionado, y tras verme en esta tesitura, creo que la opción más lógica es no comprarme nada.

    Respecto a la segunda parte de tu post, desgraciadamente las marcas parecen que irán contracorriente de la reducción de peso y se seguirá con las frías cifras. Parece que el Clio R.S será sustituido por un Zoe Sport y lo mismo con el 208 Gti. ¡Veremos en el segmento B deportivos con pesos de segmento C como el Astra de 1.500 kilos que comentas! Y de lo único que podrá presumir será de salir rápidos en los semáforos.

    Como un acto de auto-protección mi cabeza se gira bruscamente, como perro al que le das oler el café cuando me hablan de deportivo eléctrico. Mucho par y tiempos de escándalo, pero pesos que rondan los de una antigua F-150.

    Saludos y perdón por el "tocho".

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    1. Se piden perdón por los tochos cuando no dicen nada; en tu caso, todo lo contrario, es de agradecer.

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  2. Interesante el video!.
    Otro factor clave que incidía en el vídeo era el del precio, los precios son ridículamente altos, tiene sentido un Audi A1 o un Mini JCW o un Polo GTI a esos precios?. Para mi no, si quisiera ahora mismo un utilitario deportivo acudiría mejor a coches de hace unos añitos, Peugeot 206 GTI, Civic VTEC, Ibiza Cupra, Polo GTI y tantos otros.
    El futuro no parece muy halagüeño con el tema de las limitaciones de emisiones y la electrificacion pero el presente tampoco es excitante, prestaciones deportivas tal vez si , pero sensaciones ya lo dudo, con todos estos turbos que son mas grandes que el propio motor, downsizing, tricilindricos, cajas de cambio semiautomaticas, y tamaño y pesos demasiado alto.


    Gracias por hacernos mas ameno este encierro!

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    1. Gracias Xavi.
      Los tiempos cambian, y aunque añoro épocas pasadas, soy consciente de ello y trato de comprender estas nuevas tendencias lo mejor posible. Por eso, yo no le haría ascos a un deportivo híbrido, o incluso eléctrico, siempre y cuando me transmita lo que hacían los deportivos de antes; sensaciones (tal y como comentas) y diversión. Yo lo comparo mucho con los videojuegos actuales, hay algunos juegos de hace dos décadas que me divierten mucho más que algunos actuales aunque éstos sean mucho más sencillos.

      Saludos ;)

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