Hoy en día casi todos los coches están equipados con algún sistema de turbocompresión, de modo que se hace indispensable conocer cuáles son sus ventajas e inconvenientes, pero también cómo podemos detectar sus averías y, lo más importante, qué podemos hacer para evitarlas.
El mundo del automóvil está evolucionando a un ritmo endiablado. Poco a poco los automóviles han ido introduciendo nuevos sistemas y equipamiento que, hace unos años, eran más bien propios de prototipos de salón o estaban equipados en los modelos más elitistas. Uno de los elementos que se ha generalizado, y que hasta hace poco era exclusivo de modelos de carácter deportivo es el turbocompresor, tanto, que a día de hoy nos es fácil encontrar empresas como Arvigo especialistas en recambios de turbocompresores.
¿Pero por qué se ha generalizado el uso de este componente en el mundo del motor? ¿Cuáles fueron sus orígenes? ¿Qué ventajas e inconvenientes ofrecen? ¿Y cómo saber si hay que repararlo o cambiarlo?
LOS ORÍGENES DEL TURBOCOMPRESOR
La aparición del turbocompresor es solo un poco posterior a la de los motores de combustión interna entre los años 1880 y 1890. Pero el gran avance lo daría el suizo Alfred J. Büchi a principios del siglo pasado, al ser el primero en tener la idea de aprovechar la energía de los gases de escape del motor para mover un compresor, lo cual le llevó a patentar el primer compresor el 16 de noviembre de 1905.
El invento de Büchi ingresaba más aire al interior de los cilindros del motor y aumentaba su llenado, lo que, asociado a una mayor alimentación de combustible, producía un aumento notable de la potencia. Entre 1911 y 1914, el técnico suizo trabajó también con el compresor aplicado a mecánicas diésel, y en 1915 ya había avanzado lo suficiente como para registrar una patente que describe los principios de funcionamiento del turbocompresor y que son casi exactamente los mismos que conocemos en la actualidad.
VENTAJAS DE LOS MOTORES TURBO
AUMENTO DE LA POTENCIA Y PAR MOTOR
AHORRO DE COMBUSTIBLE
Los motores con turbo facilitan en gran medida la recuperación de energía, porque tienen que revolucionarse menos para obtener el mismo rendimiento. Por eso consumen menos al tener que girar el motor menos veces. Además, como permiten alcanzar más potencia sin tener que aumentar la cilindrada del motor, favorecen la disminución del peso del mismo y del rozamiento.
FUNCIONAMIENTO EN ZONAS DE ALTITUD
INCONVENIENTES DE LOS MOTORES TURBO
RELATIVA FRAGILIDAD
El turbo no tiene un mantenimiento específico. Usa el mismo aceite que el motor y no requiere de un trabajo extra en el taller para mantenerlo en óptimas condiciones. Lo que sí requiere es de un cuidado extra por parte del conductor a través de unos buenos hábitos para que te dure lo mismo que el propio coche.
RETARDO O “LAG”
Una de las desventajas más escuchadas de los turbos es que su respuesta no es inmediata; tarda unos instantes en comprimir el aire que entra en la admisión del motor y por lo tanto hay un “lag” o retraso desde que se aprieta el acelerador hasta que entra toda la potencia que le estamos pidiendo.
Afortunadamente este hecho es más cosa del pasado que de la actualidad, ya que muchos fabricantes emplean diferentes fórmulas que consiguen eliminar o minimizar el retardo del turbo.
CÓMO DETECTAR QUE EL TURBO SE HA ROTO
A pesar de que el turbo es un elemento que nos ofrece múltiples ventajas, no podemos olvidar que se trata de una pieza mecánica, por lo que no está exento de poder romperse o averiarse. Llegado el caso, no tendremos más remedio que comprar un turbocompresor nuevo si la avería no tiene solución. ¿Pero mediante qué síntomas nos avisa el turbo de que puede romperse?
CONSUMO DE ACEITE Y HUMO AZUL O BLANCO
El eje de la turbina o el cartucho del turbo está rodeado por unos casquillos bañados en aceite que giran. Estos casquillos, con un mal mantenimiento, uso, o por defecto de fabricación, pueden tener holguras. Las holguras en el cartucho del turbo provocan que se pierda la hermeticidad, haciendo que el aceite que lubrica al turbo entre en la admisión y se queme en el interior del motor.
Si notas que por el escape comienza a salir cuando aceleras un humo blanco con tonos azulados y un olor a “fritanga” es que estás quemando aceite.
RUIDOS EXTRAÑOS
Muchos fallos mecánicos pueden ser reconocidos con el oído. Si notas que el coche resopla o suena más gordo de lo habitual al acelerar y que además su rendimiento sea menor, es posible que haya pérdida de presión en el sistema. Lo más común es que los manguitos del turbo se hayan rajado o aflojado. Se suele notar cuando demandas mucha potencia.Si escuchas un sonido a sirena como de ambulancia al soltar el acelerador o suena como una aspiradora, la avería es preocupante. Significa que las aspas de la turbina están comenzando a tocar la caracola del turbo a muchas revoluciones por minuto, por lo que acabarán desintegrándose. Pero lo peor no es que se rompan, es que al romperse entran directamente al motor y destrozarán los cilindros y pistones.
De modo que si escuchas este tipo de ruidos, lo mejor es que lleves el coche a un taller cuanto antes y te encargues de reparar esa avería del turbo antes de que vaya a más.
En resumen. Las ventajas que ofrecen los motores turbo son evidentes, pero también hay que ser conscientes que el turbo requiere de un buen mantenimiento, y en su caso es fundamental si no queremos tener una desgracia grande en forma de factura de taller ilustrada con un desembolso de cuatro cifras.
Para evitarlo, es más que recomendable cumplir a rajatabla con los intervalos de sustitución del aceite del motor recomendado por el fabricante, y no sólo eso, también utilizar el aceite que éste especifique. Además, también es conveniente evitar acelerones cuando el motor está frío, o dejar más o menos un minuto el motor al ralentí cuando hemos circulado durante largo tiempo, para que el turbo se refrigere.
Hoy prácticamente con la generalización del downsizing todos los coches llevan turbo. Personalmente prefiero un atmosférico, si puede ser de gran cilindrada mejor, por la mejor dosificación de la entrega de potencia y la mayor facilidad para subirlo de vueltas y para el oido entrenado suenan un poco mejor, aunque ahora con la acústica de a bordo da un poco igual.
ResponderEliminarComo siempre muy interesante el articulo y los consejos!
Yo también soy más old school (sigo usando mayoritariamente un coche de gasolina atmosférico) pero no se pueden negar los beneficios del turbo, y más si se sabe cuidar bien.
EliminarY lo de los sonidos artificales me producen arcadas (literal)