¿Son las personas de edad avanzada un peligro a la hora de conducir? ¿Debería prohibirse el poder conducir a partir de cierta edad? ¿Cómo podemos saber si una persona de tercera edad sigue apta para conducir? ¿Y cómo deberían ser los coches ideales para personas ancianas?
Hace poco saltó a la luz una noticia en la que se informaba del fallecimiento en accidente de tráfico de un conductor de 100 años. Dicha noticia reabrió el debate sobre la edad máxima para conducir.
Cabe destacar que en En España no existe edad legal para dejar de conducir. Desde 2015 una normativa europea establece la renovación, hasta los 65, cada diez años, y a partir de esta edad cada 5 años. Hasta ahora el reconocimiento médico marca la continuidad, a la espera de que sea un facultativo quien lo haga.
Desde la Automovilistas Europeos Asociados piden que los propios facultativos tengan la obligación de comunicar a Tráfico cuando una persona tenga una enfermedad que le inhabilite para conducir. Una medida que es vista con buenos ojos por los centros psicotécnicos que proponen además, en todo caso, acortar los plazos para realizar un reconocimiento bianual a los mayores de 70 y anual a conductores mayores de 80 años.
Está claro que en la carretera circulamos una gran variedad de conductores, y que las personas de avanzada edad son uno de ellos. Creo que tratar de eliminarlos de la carretera atendiendo simplemente a su edad sería algo descabellado porque, seamos sinceros, no todos envejecemos igual, y te apuesto lo que quieras a que es fácil encontrar a una persona con 70 años que está en mejores condiciones para conducir que otra de 50. ¿Deberíamos discriminarle por ello a la hora de conducir? Mi respuesta la tengo clara; rotundamente no.
Pero ahora vayamos a lo práctico. Independientemente del estado físico de la persona, es un hecho de que con la edad vamos perdiendo facultades; visión más cansada, menores reflejos y capacidad de reacción, o disminución de la concentración son sólo algunos ejemplos. De modo que lanzo al aire las siguientes preguntas. ¿Conocen las personas mayores cómo pueden mejorar su seguridad en función de sus facultades? ¿Y existen coches en nuestro mercado que sean más adecuados para ellos? Vamos a tratar de averiguarlo.
¿CÓMO SABEMOS SI UN ANCIANO ES APTO PARA CONDUCIR?
En primer lugar, y ante todo, si queremos seguir disfrutando de la conducción cuando tenemos una edad avanzada con la seguridad necesaria para ello, debemos ser autocríticos y admitir que ya no poseemos ni lo reflejos ni la capacidad de reacción de nuestros años mozos.
Teóricamente no debe haber nadie mejor que nosotros mismos para valorar nuestras facultades al volante, pero muchas veces solemos pecar de exceso de confianza a la hora de hacer una actividad, y el conducir no es una excepción. De modo que, si eres un conductor anciano y sueles recibir algún tipo de crítica o consejo por parte de algún familiar sobre este asunto, no te lo tomes como un ataque, sino más bien como una advertencia.
Y lo mismo podemos aplicar a quienes vamos acompañando a una persona mayor, de modo que si te percatas de que es más que posible que no esté cualificado totalmente para conducir de forma segura, díselo de forma amigable e incluso mostrando preocupación, pero sin llegar a ser alarmistas. Así conseguiremos que tomen nuestras palabras más como un consejo que como una crítica, y tendremos más posibilidades de que nos hagan caso.
¿Pero cómo podemos averiguar si un conductor anciano puede ser peligroso? Sólo tienes que fijarte si realiza alguna de estas acciones al volante.
No presta atención a los retrovisores al cambiar de carril o al incorporarse.
No mantiene una velocidad adecuada a la vía, tanto por exceso como por defecto.
No es capaz de realizar una frenada de forma uniforme.
No se percata de la presencia de señales de tráfico y semáforos.
No es capaz de mantener el vehículo correctamente por el carril.
A veces se pierde, incluso en caminos que él conoce.
No respeta la preferencia de vía o no es capaz de aplicarlo correctamente.
CONSEJOS PARA QUE PUEDAN SEGUIR CONDUCIENDO CON SEGURIDAD.
Una vez realizado el primer paso y consiguiendo que nuestro sujeto admita que ya no está totalmente cualificado para conducir de forma segura, debemos hacerle saber que a pesar de ello, todavía puede circular teniendo en cuenta esta serie de consejos:
Que principalmente conduzca por calles o itinerarios que conozca perfectamente.
Que trate de limitar todo lo posible sus desplazamientos a lugares de fácil acceso.
Que utilice trayectos que no representen riesgos, tales como tráfico denso o demasiada señalización, aunque suponga hacer algunos kilómetros de más.
Evitar conducir de noche o cuando el clima es muy desfavorable.
Pero además de todos estos consejos, también es más que recomendable que las personas mayores asistan a clases diseñadas para refrescar y renovar los conocimientos sobre la conducción, además de enseñarles a adaptarse a los típicos cambios relacionados con el envejecimiento.
En otro aspecto, una medida que se contempló hará un par de años y la cual veía con buenos ojos, era la de identificar a los condutores de la tercera edad de una forma similar a la que se usa para identificar a los conductores nóveles. La placa homologada sería obligatoria a partir de los 70 años de edad y serviría para identificar a los conductores de mayor edad. El objetivo es que el resto de los conductores sepan que la persona que va delante tiene más de 70 años y conduzcan sin atosigarlos, como ocurre con los conductores noveles.
¿EXISTE EL COCHE IDEAL PARA UN ANCIANO?
Sin embargo, a no ser que esté equivocado, en toda la historia del automóvil jamás he visto un coche que se ofrezca como producto para un conductor anciano. Puede ser que los modernos SUVs, gracias a su altura (algo que facilita el acceso y la visibilidad) se adapten major a sus necesidades, pero pienso que lo mejor sería averiguar qué cualidades debe tener un vehículo para convertirse en el coche ideal para cualquier persona de avanzada edad. ¿Habrá alguno que cumpla con estos requisitos?
QUE OFREZCA BUENA VISIBILIDAD.
Tener un buen campo de visión de lo que pasa alrededor es esencial para sentirnos seguros, así que debemos buscar un coche en cuyo diseño prime el cristal. En este aspecto pienso que una postura de conducción elevada es esencial, a lo que hay que añadir la posibilidad de adquirir coches de carrocería elevada a un precio contenido.
QUE POSEA AYUDAS A LA CONDUCCIÓN.
Si ya nos cuesta a muchos, los mayores difícilmente podrán girar su cuello para mirar directamente a la luneta posterior a la hora de realizar la maniobra de marcha atrás. Afortunadamente, las cámaras y los sensores de ayuda al aparcamiento han favorecido la ejecución de estas maniobras, por lo que nuestros mayores lo agradecerán.
También sería recomendable que el vehículo dispusiera de sistemas de cambio involuntario de carril, sensores de lluvia e iluminación, detector de ángulo muerto. En fin, todas esas chorraditas que los puristas de verdad detestan pero que puedan ayudar a un conductor más despistado de la cuenta.
La pega, pues que estas ayudas solamente las encontrarás en vehículos relativamente modernos, y en algunos de ellos como equipamiento opcional. ¿La otra pega? Pues que ya sabemos lo poco receptivos que suelen ser nuestros mayores con la última tecnología.
ERGONOMÍA Y COMODIDAD INTERIOR.
Que sea fácil entrar y salir del vehículo, y no haya que agacharse mucho para acomodarse al asiento es algo que las personas mayores (y a veces no tan mayores) siempre agradecerán. La postura de conducción debe ser ante todo cómoda, para evitar los dolores de espalda, por lo que bendito sean los coches que ofrecen reglajes en altura, lumbares y de la profundidad del volante.
QUE NO SEA CORTO DE LUCES.
No, no me refiero a que el coche tenga que ser listo, sino a que tenga un buen sistema de iluminación. Para una persona mayor conducir de noche o con situaciones climatológicas adversas puede ser una odisea, así que tener el apoyo de unos buenos faros siempre es agradecido, y si son faros de xenon o de led, mejor que mejor.
QUE POSEAN ABS y ESP.
Ni dudarlo en un momento. Con unos reflejos mermados y una capacidad de reacción mayor, pueden ahorrar más de un disgusto. Afortunadamente, salvo que un anciano conserve su coche de juventud, es algo que equiparán casi con toda seguridad.
POTENCIA: SOLAMENTE LA NECESARIA.
Como decía un famoso spot publicitario: "la potencia sin control no sirve de nada". Me sorprende que hoy en día hablemos de coches con 150 CV como vehículos para andar por casa, cuando considero que con potencias que estén sobre los 100 CV es suficiente para las necesidades cotidianas.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que la mayoría de personas ancianas usan el coche para trayectos cortos, creo que un vehículo ideal para este tipo de conductor no debería irse de madre en cuanto a caballaje.
QUE TENGA UN TAMAÑO CONTENIDO.
Toda persona mayor debe aceptarlo: tus hijos ya se han independizado y normalmente conducirás tu coche sólo o en compañía de tu pareja. ¿Entonces para qué quieres un barco con ruedas? Eso de que un coche cuanto más grande más seguro ya es un mito del pasado, así que busca un coche de tamaño compacto, que lo acabarás agradeciendo a la hora de maniobrar y aparcar.
Resumiendo, si de algo pueden presumir nuestros mayores a la hora de conducir es, sobre todo, de experiencia. Pero por mucha experiencia que se tenga, no debemos olvidar que conducir es una actividad que, aunque no le guste decirlo a muchos, requiere de una condición física y psíquica adecuada. Si no estás en condiciones para conducir, no lo estás, y punto. No tiene nada que ver con la edad, así que no condenemos a nuestros mayores cuando los veamos al volante.
Al final, todo se reduce a lo de siempre: a nuestra capacidad de obrar en consecuencia, o no. Nos encontraremos con abueletes que son un verdadero peligro al volante, sí, pero cuando los veamos no olvidemos que seguramente ellos tampoco irán conduciendo mientras escriben un mensaje por WhatsApp. Tanto los que confían en sus reflejos como los que confían en su experiencia están equivocados. Los peligros y sorpresas que nos aguarda la carretera nos afectan a todos por igual; el problema es que todavía no se ha inventado el detector de idiotas al volante.
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