Tras haber inaugurado esta nueva sección con el Suzuki Kizashi, hoy toca repasar a otro modelo japonés que también se pegó un batacazo gordo en cuanto a sus números de ventas en nuestro país. ¿Pero por qué fue un fracaso de ventas? Vamos a conocer mejor al Toyota Urban Cruiser para sacar conclusiones y de paso, ver a cuánto se cotizan los modelo de segunda mano.
Uno de los segmentos más poblados y con competencia más dura en el panorama automovilístico actual es el de los SUV o Crossover compactos del segmento B, tanto que creo que si tuviera que ir nombrando uno a uno a todos sus representantes no acabaría nunca. Lo que hace este hecho es constatar que sin duda alguna, tener un modelo de este segmento en tu catálogo puede ser sinónimo de éxito en sus ventas debido a su gran demanda. Como he dicho, las alternativas son infinitas, y una de ellas es el recientemente comercializado Toyota Yaris Cross.
Ante este panorama, resulta muy complicado pensar que un coche de este segmento pueda ser un auténtico fiasco en sus ventas. Sin embargo, no hace muchos años a la propia Toyota le ocurrió lo mismo con el Urban Cruiser, vehículo que puede considerarse como el predecesor del Yaris Cross. ¿Acaso fue un adelantado a su tiempo, o es que simplemente era una patata de vehículo? Vamos a tratar de conocerlo un poco mejor para resolver las dudas y ver su cotización a día de hoy.
SU PUESTA EN ESCENA
Viajamos hacía el año 2009. Por entonces, el segmento de los SUV comenzaba a tener cada vez más presencia debido al éxito de la primera generación del Nissan Qasqhai. Sin embargo, los SUV del segmento B no eran tan comunes, de modo que se trataba de un nicho de mercado pendiente de explotar, y los primeros fabricantes que tuviesen presencia en él podían llevarse un buen trozo de la tarta de ventas.
Toyota se adentró en la aventura con el Urban Cruiser, que como se puede ver, tenía un guiño en su nombre con el Land Cruiser. Un nombre muy estudiado por lo que se ve, ya que pretendía vender el espíritu aventurero dentro del territorio urbano... ¿Acaso no es eso lo que tratan de vender los SUV hoy en día?
Sin embargo, tal vez el diseño del Urban Cruiser no cuadraba mucho con el mensaje que quería transmitir. Por un lado, reflejaba rasgos de SUV como una mayor altura al suelo y el capó plano, pero por otro carecía de aditamentos "offroad" típicos como barras de techo o protecciones de plástico de color negro. Así que para algunos, más que de un SUV, podía tratarse simplemente de un turismo sobreelevado o monovolumen de tipo compacto.
ASÍ ES EL TOYOTA URBAN CRUISER
Independientemente de cómo queramos ver al Urban Cruiser, lo cierto es que estamos hablando de un vehículo con un tamaño contenido, ya que mide 3,93 metros de longitud, 1,72 de anchura y tenía una altura de
1,52. Resultaba, por tanto, más pequeño que modelos como el Fiat
Sedici/Suzuki SX4 o Kia Soul, coches que también apuntaban a la moda crossover.
Con poco voladizo delantero y una zaga casi vertical, presenta una imagen bastante cuadrada a la que contribuye una la línea de cintura muy alta que maximiza los paneles de las puertas, además de cierta musculatura en toda la carrocería, con especial énfasis en morro y pasos de rueda. Para clientes más extremos en este punto, existía un pack opcional que exageraba esa robustez y apuntaba hacia un uso offroad del Urban Cruiser.
Sin embargo, a pesar de su imagen compacta también estaba enfocado para ofrecer un gran espacio interior. ¿Pero lo conseguía? Pues en líneas generales, el Urban Cruiser era un vehículo que cumplía satisfactoriamente con lo que se esperaba de él: tenía un habitáculo con capacidad para cuatro personas, aunque el espacio para la cabeza de las plazas traseras era reducido.
Por su parte, el maletero ofrecía una capacidad de 314 litros, aunque en las versiones de tracción 4x2 se contaba además con una banqueta posterior corredera en 14 centímetros que nos permitía aumentar la capacidad del maletero hasta los 388 litros.
En cuanto al interior, presentaba un aspecto bueno, con un diseño sencillo y funcional y una calidad de acabados media. Los revestimientos eran de plástico duro, algo que era común en modelos de esta categoría, y lo que más llamaba la atención era la curiosa disposición que tenía el cuadro de instrumentación dividida en tres pantallas, y en cuya zona central un solo reloj contiene a la vez cuentarrevoluciones y velocímetro.
MOTORIZACIONES DISPONIBLES
A nivel mecánico, el Urban Cruiser estuvo disponible con un motor de gasolina 1.3 de 100 CV y un 1.4 diesel con 90 CV. Este último se combinaba con la tracción delantera o total, lo cual le convertía en un coche aún más polivalente para aquellos que pudieran aprovecharla.
El motor de gasolina, asociado a una caja manual de 6 relaciones, entregaba un par máximo de 132 Nm a 3.800 rpm, necesitando 12,5 segundos para hacer el 0 a 100 km/h, y alcanzar una punta de 175 km/h. Este motor incluye la función Start&Stop, reduciendo sus consumos y emisiones. Consumos que, según cifras oficiales, rondan los 5,5 litros cada 100 kilómetros en ciclo combinado.
Por su parte, el motor diésel desarrollaba un par máximo de 205 Nm, y necesitaba 12,7 segundos en su versión AWD, o 11,7 segundos en su versión 2WD para hacer el 0 a 100 km/h. Su velocidad máxima también era de 175 km/h, y en cuanto a los consumos homologados eran de 5,1 litros / 100 km y 4,6 litros / 100 km respectivamente. Al igual que el motor de gasolina, su caja de cambios también era manual de 6 relaciones.
PRECIOS Y EQUIPAMIENTO
Durante su comercialización, el Toyota Urban Cruiser estuvo a la venta ofreciendo dos niveles de equipamiento denominados ‘Live’ y ‘Active’. En ambos casos, traía de serie siete airbags, incluido el de rodilla del conductor, el control de estabilidad, los reposacabezas delanteros activos y los retrovisores eléctricos y calefactables. Además, incluía radio CD MP3 y una rueda de repuesto.
Sin embargo, a pesar de estar bien equipado el precio de este vehículo era algo superior al que ofrecían otros modelos de la competencia como el Citroën C3 Picasso, el Renault Grand Modus, o incluso un Lancia Musa. Y es que su precio de salida partía de los 15.000 euros para la versión de gasolina más básica, y podía incluso superar los 20.000 euros para la versión tope de gama con motor diésel y tracción a las cuatro ruedas. Es decir, que estaba más cercano a precios similares de compactos del segmento C que de otros utilitarios del segmento B.
SUS PRECIOS EN EL MERCADO DE SEGUNDA MANO
¿Y por qué precio encontraríamos este coche en el mercado de segunda mano si estuviésemos interesados en adquirir uno a fecha de diciembre del año 2022?
Pues bien, como es fácil de imaginar, los modelos disponibles son pocos. Los precios más económicos parten de algo menos de 6.000 € para modelos que tienen bastantes kilómetros recorridos, o bien tienen algunos defectos de chapa y/o pintura.
Pero los precios más altos no difieren mucho, siendo el modelo más caro una unidad con motor de gasolina y 140.000 kilómetros por un precio de 8.800 €.
De todas formas, aquí os dejo tres anuncios de los modelos que me parecen más interesantes.
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