¿Por qué no fusionar entonces estas dos corrientes en un vehículo deportivo? Pues eso mismo hizo la icónica casa de diseño Zagato, que como si se tratase de un chef de alta cocina italiano que recibe un ingrediente base perfectamente cultivado y diseñado por Japón (el chasis y motor del 300 ZX) elaborase dos platos totalmente diferentes: el Seta, un plato clásico y refinado que rinde homenaje a las recetas de los años 50; y el Bambú, una creación molecular y aerodinámica que mira hacia el futuro de la gastronomía.
Metáforas gastronómicas al margen. Los dos vehículos que vamos a conocer a continuación son el resultado de un proyecto dual concebido por Zagato en el año 1992 que buscaba combinar la destreza de la ingeniería japonesa con la sensibilidad única del diseño italiano. Ambos prototipos, el Nissan 300 Seta y el Nissan 300 Bambú, se construyeron sobre la misma base mecánica robusta, la del Nissan 300 ZX desarrollado por Autech. Esta fusión no solo proporcionó un rendimiento estimulante (gracias al potente motor Nissan V6) sino que también subrayó el compromiso de unir la forma con la función.
NISSAN 300 SETA: EL HOMENAJE AL DISEÑO CLÁSICO.
NISSAN 300 BAMBÚ: A LA VANGUARDIA DE LA AERODINÁMICA
Por este motivo, la filosofía de diseño del Bambú se presentaba como más moderna y compacta, inspirada en diseños icónicos como la cola truncada y el perfil elegante del Alfa Romeo Junior Zagato. Sus líneas eran más nítidas y geométricas, reflejando un enfoque vanguardista que fusionaba funcionalidad con estética contemporánea.
DOS ALMAS DISTINTAS CREADAS DESDE UNA MISMA PLATAFORMA
Aunque los prototipos Nissan 300 Seta y 300 Bambú comparten un origen idéntico y una base mecánica común, pero sus filosofías de diseño son radicalmente distintas, representando dos caminos conceptuales explorados por Zagato.
Por un lado, con el Seta tenemos la exploración de la nostalgia y la elegancia, con inspiración en los Gran Turismo de los años 50, y creado con el propósito de homenajear a esta época. Mientras, con el Bambú, tenemos la exploración de la funcionalidad y la optimización de la aerodinámica a través de líneas nítidas y geométricas.
En esencia, mientras que el Seta fue un ejercicio de reinterpretación retro que buscaba evocar el espíritu del pasado utilizando ingeniería moderna, el Bambú fue una declaración de diseño vanguardista que adoptó la funcionalidad aerodinámica y un enfoque geométrico contemporáneo. Juntos, estos prototipos de 1992 mostraron la dedicación de Zagato a empujar los límites del diseño automotriz, demostrando cómo una misma base japonesa podía vestirse con dos visiones italianas totalmente opuestas.







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