La historia del automóvil está repleta de entusiastas de todo tipo que sueñan con realizar un vehículo a la medida de su propio diseño, y en algunos casos llegan incluso a crear sus propias empresas con la esperanza de poder llevar sus creaciones a la producción en serie.
Uno de estos “soñadores” fue el ingeniero francés Pierre Foissotte, quien estuvo ligado a la industria automotriz trabajando para Esso Fuels y posteriormente colaborando en el diseño y construcción de coches de carrera para Renault. Esto permitió a Foissote conocer a entusiastas que compartían su mismo sueño, por lo que en el año 1986 consiguió formar un pequeño grupo compuesto por técnicos y artesanos cuya labor sería la de diseñar un coche deportivo con estilo futurista.
Pero conscientes de sus carencias en recursos para poder llevar a cabo el proyecto, Foissote buscó aliados en Asia, consiguiendo alcanzar un acuerdo con una empresa de Yakarta especializada en plásticos y fibra de vidrio, así como otros socios en Japón para fabricar componentes de vidrio.
Llegamos así al año 1989, fue presentado en una exhibición en Clermont-Ferrand con la intención de buscar potenciales nuevos socios que contribuyesen a la culminación del proyecto. Y lo cierto es que el modelo tuvo un buen recibimiento, generando un interés bastante considerable.
Poco después de este evento, concretamente en el mes de septiembre, se fundó la empresa Charade Automobile SA, curiosamente con sede en Clermont-Ferrand, donde comenzaría la fabricación del Charade Monza, nombre elegido por el propio Pierre Foissotte en referencia a la última carrera en la que participó.
Si bien la intención no era la de llevar este vehículo a una producción en masa, sino más bien hacerlo de forma limitada, era necesario dar a conocer tanto a la empresa como al producto, por lo que a finales del mismo año 1989 el Charade Monza fue expuesto en una exhibición de coches deportivos celebrado en la capital francesa.
El Monza causó un gran revuelo en esta exhibición, y se establecieron contactos para poder distribuir el coche tanto en Francia como a nivel internacional. Pero ojo, en esos momentos el Monza era solamente una maqueta rodante a la que le faltaban componentes de lo más importante, tales como la suspensión o el motor.
Precisamente, para la motorización se mantuvieron contactos con marcas japonesas como Honda, Mitsubishi o Toyota, pero finalmente la elegida fue la motorización que equipaba el Peugeot 205 GTI, al igual que su transmisión, aunque dispuesto en posición trasera. Este motor estaría montado en una configuración media trasera dentro de un chasis de acero tubular de sección en caja.
Pero a pesar de la cálida acogida del Monza, los pedidos resultaron ser menos abundantes de lo previsto. Esto provocó un cambio de planes y la empresa se mudó a una nueva ubicación, reduciendo su capacidad. Pero esta decisión tampoco dio sus frutos y la compañía de Foissette cerró sus puertas en 1993 tras haber construido aproximadamente unas 24 unidades del Monza.
Sin embargo, este no fue el final de la historia. Como hemos dicho al principio, Foissote buscó alianzas y colaboradores en Asia, lugar donde el Charade Monza se comercializó bajo el nombre de Pawma XL300.
A diferencia del Monza, su hermano asiático empleaba el motor del Mitsubishi Colt L300, y tras su presentación en la feria de Yakarta en el año 1990 se llegó a producir en pequeñas cantidades hasta mediados de la década ofreciendo además dos versiones; una con estilo coupé y otra de estilo targa.
El morro me recuerda a un Alpine, (el 310 creo recordar), la linea lateral es la mas sorprendente con ese trampantojo en la puerta, la trasera mas convencional tal vez inspirada en los Maserati. Esta es pregunta de millón, diga un nombre de deportivo indonesio....
ResponderEliminarComo siempre sorprendente!
La verdad es que en cuanto a diseño parece una amalgama de estilos, aunque particularmente, en su conjunto global lo veo más japonés.
EliminarSin haber leído la historia enseguida me pareció algo inspirado en los Alpine, sobre todo el lateral. Modelos como el A310, o el A610. Después de leerla, se nota que trabajó para Renault. También la filosofía es parecida...carrocerías ligeras, motores "comunes"...
ResponderEliminarDe todas maneras me parece buen proyecto, una pena que terminara así.
Saludos!