ALAMAGNY: EL COCHE SIMÉTRICO CON CUATRO RUEDAS EN TRES EJES DIFERENTES




Tras finalizar la 2ª Guerra Mundial la industria automovilística tuvo que buscar soluciones ingeniosas para acercar el automóvil a la población menos pudiente. Una de las propuestas más originales fue presentada en Francia y de haber prosperado pudo cambiar la forma con la que concebimos un coche actualmente.




Siempre he pensado que es positivo que todo el mundo pase al menos una vez en la vida por una etapa complicada. Sí, sí, a todos nos gusta tener una vida tranquila y sin problemas, pero si sabemos gestionarlo bien los tiempos difíciles nos ayudan a despertar nuestro ingenio para buscar una solución al asunto.

Ni que decir tiene que los años posteriores a la 2ª Guerra Mundial fueron complicados para la gran mayoría de la población afectada, por lo que no es de extrañar que dentro del mundo del automóvil esta época sea protagonista de asombrosas "soluciones" que trataban de acercar el acceso a un vehículo a la población. Algunos ejemplos de estas soluciones fueron los pequeños vehículos herederos del mundo de la aviación o el llamativo Gomolzig Taifun. Pero hoy quiero presentaros una de las creaciones que más me han sorprendido por su ingenio y originalidad: el Alamagny.





Viajamos a Francia, concretamente al año 1947. En un país tratando de cicatrizar sus heridas de guerra, eran muy pocos los que podían permitirse el lujo de poseer un automóvil. La única opción que existía para aumentar las posibilidades de llegar al pueblo más llano era la de ofrecer productos más económicos, pero que a su vez ofreciese la ventaja de fueran automóviles que pudiesen transportar a toda la familia.

Tratando de encontrar la solución ideal a este tipo de demanda, el ingeniero francés Marcel Alamagny, que trabajaba para Renault y Gordini, presentó un llamativo prototipo de coche urbano (medía 3,42 mts de largo y 1,60 mts de ancho) que era capaz de transportar hasta cuatro personas y  que pronto llamó la atención por su peculiar disponsición tanto de las ruedas como en la forma de transportar a sus pasajeros. 


CARROCERÍA SIMÉTRICA


A primera vista, el aspecto fundamental que llama la atención de este vehículo es la perfecta simetría que presenta su carrocería, como si se tratase de algún tipo de palabra palíndroma; vamos, que el coche presenta las mismas formas si comienzas a verlo de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. 

¿Pero por qué este aspecto? ¿Se trataba de una nueva moda a implantar o de una solución para ahorrar costes? Pues nada de eso. Esta simetría se debe a que el motor estaba situado en el centro de la carrocería, por lo que los asientos se situaban a ambos lados de dicho motor. De esta forma, el conductor y su acompañante se sentaban de espaldas al motor, mientras que los dos pasajeros hacían lo propio pero mirando hacía la ventana posterior y en sentido contrario a la marcha. Por este motivo, con el objeto de que los pasajeros de la fila posterior se sintieran igual de cómodos que el conductor y acompañante, se optó por emplear la misma cabina. 





Con esta peculiar disposición la opción de contar con puertas tradicionales era inviable, de modo que para acceder al interior la solución pasó por dotar al vehículo de un sistema que permitiese abrir la cabina por completo como si ésta fuera una puerta.



CUATRO RUEDAS EN TRES EJES DIFERENTES



El otro aspecto, quizás más extravagante incluso que su simetría, es que las cuatro ruedas con las que cuenta no se disponen en formato 2 a 2 distribuídos en un eje delantero y otro trasero, sino que están situadas en formato 1-2-1; es decir un eje delantero con una rueda, un eje central con dos ruedas, y un eje trasero con otra rueda. 

¡Para volverse loco! Como hemos dicho, el motor estaba situado justo en el centro de la carrocería. Se trataba de un bloque de 4 cilindros y 569 cc procedente de un Simca 5,  de modo que se optó por colocar en dicha ubicación un eje que albergaría dos ruedas que se encargarían de llevar la motricidad. Las otras dos ruedas se ubican en los ejes delantero y trasero, respectivamente, siendo la rueda del eje delantero la encargada de marcar la dirección, mientras que la rueda trasera giraría libremente acompañando a la rueda delantera (como un eje trasero direccional pero con una tecnología más parecida a la de un carrito de la compra) Gracias a este sistema se conseguía tener un coche muy ágil para circular por ciudad, ya que su radio de giro era de tan sólo 4,25 metros. 



El Alamagny fue exhibido por diferentes lugares de Francia durante los años 1947 y 1948, siendo presentado en este año en el Salón de París y en la Society of Automobile Engineers (SIA) como el coche del futuro, pero finalmente el desarrollo del proyecto no llegó a continuar, siendo el coche conservado por Amédée Gordini.

Comentarios

  1. Un coche palindromo o capicua!, no se sabe si va o viene.
    Parece ideado para viajar con los suegros,o con la parienta si ese día estáis de morros, jeje.
    Las ruedas, o al menos los llantas parecen ser las de un 2cv.

    Un saludo!

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    Respuestas
    1. Yo lo veo ideal también para llevar a niños incordiantes que no paran de dar la brasa durante el viaje, jejejeje.

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